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Comunio, el mayor juego de fútbol 'online', "es un barco que se hunde"
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DOS EMPRENDEDORES LE BIRLAN EL NEGOCIO EN ESPAÑA

Comunio, el mayor juego de fútbol 'online', "es un barco que se hunde"

El juego de fútbol online creado en Alemania cumple diez años en nuestro país afrontando su momento más bajo de popularidad

Foto:  Mourinho, sorprendido por las picas del As
Mourinho, sorprendido por las picas del As

Hay muy pocos casos de flechazo tan longevos como el de Comunio con España. El juego de fútbol online, creado por el alemán Fabian Loscheck en 2000, llegó hace diez años a nuestro país y cuajó desde el primer momento, en parte porque ocupaba el hueco que había creado la Liga Fantástica de Marca en los años noventa. Desde su llegada, decenas de miles de españoles han creado sus ligas privadas en Comunio y competido entre ellos, a veces con apuestas de por medio, por ver quién tiene mejor ojo con los jóvenes talentos.

Si sabes cómo funciona Comunio pincha aquí y ve directamente a las novedades; si no, sigue leyendo y te explico de qué va el juego. El sistema es sencillo: cada usuario controla un equipo dotado de un presupuesto limitado, el mismo para todos. La clave del éxito radica, como en el fútbol real, en comprar futbolistas baratos y, o bien venderlos con plusvalía, o bien explotar los puntos que generen en cada jornada. Al final de la liga, el usuario que tenga más puntos acumulados, gana.

Hay dos formas de reconocer a un jugador de Comunio. La primera -y más flagrante- es que sigue partidos que no le interesan solo para ver si su delantero marca, con independencia del resultado o el arbitraje. La segunda es que se conecta a Comunio varias veces al día para ver cómo anda el mercado, especialmente si participa en una liga con compañeros de trabajo. En estos casos, la conversación de la máquina de café retroalimenta el uso del juego y deriva en una espiral de piques y alianzas entre compañeros inesperados. Comunio es a Recursos Humanos lo que la termita a la madera.

Lo que hace interesante al juego es que el mercado reacciona a la demanda del resto de jugadores, incluso de los que no compiten en la misma liga, de modo que un futbolista muy demandado sube de precio y viceversa. Esto abre las puertas a muchas formas de juego. Un usuario A, por ejemplo, puede centrarse en fichar a comienzo de temporada un equipo con proyección y esperar a los réditos de su criterio mientras que otro, el usuario B, prefiere vender a cualquiera de su plantilla con la sola condición de ingresar más de lo que pagó por ellos. Así, especulando, podrá juntar a mitad de temporada una bolsa suficiente para adquirir futbolistas de primer nivel como Modric o Luis Suárez.

Picas que carga el diablo

El número de puntos que cada jugador consigue en una jornada está determinado por tres variantes: si ha marcado, si ha sido expulsado y las picas que le otorgue el diario As en la crónica del partido. Aunque existieron acercamientos, no hay ninguna relación entre el diario de Prisa y Comunio; Loscheck tan solo importó el modelo de los fantasy sports norteamericanos, que basan sus puntuaciones en el juicio de los analistas deportivos. Esta es precisamente una de las características más controvertidas de Comunio, ya que los usuarios a menudo enloquecen con las puntuaciones que no consideran justas. "Es un tema difícil, la emoción puede interferir en el enjuiciamiento de un jugador", reconocieron en una reciente entrevista desde Comunio. El Confidencial se puso en contacto con la empresa sin recibir respuesta.

Los principales damnificados son los cronistas de As que, sin comerlo ni beberlo, se encuentran después de cada partido con un sinfín de ataques a su criterio. José Antonio Espina, redactor que cubre los partidos del Betis, es uno de los más zarandeados en las redes sociales. "Al principio sí nos sorprendimos, porque ni sabíamos lo que era Comunio, pero a día de hoy ha dejado de ser un problema. De hecho puedo decir que nos sirve para ponernos un poco las pilas, para prestar más atención al juego individual de cada futbolista", explica desde Sevilla.

Cada jornada, al terminar su crónica, una avalancha de tuiteros le preguntan, le amenazan o tratan de corregir su opinión, siempre basada en las sensaciones: "No creo en la estadística aplicada al fútbol. Me encanta este deporte, conozco a todos los jugadores, veo fútbol a todas horas y puntúo según considero oportuno. No voy a ponerle una buena puntuación a un delantero por haber marcado si antes ha fallado cinco goles", relata. El periodista ha conocido casos de usuarios que "se han jugado mucho dinero" y han perdido los papeles en sus quejas, pero nunca le han propuesto amañar las picas de un determinado jugador o partido.

Superado en España

Sin embargo, los buenos tiempos de Comunio en España se han acabado. Más allá del polémico sistema de puntuaciones, los usuarios han criticado sistemáticamente a los alemanes por descuidar su producto. En muchas ocasiones, sobre todo coincidiendo con los picos de tráfico del comienzo de liga, Comunio ha permancido offline durante varios días sin dar explicaciones. Y, cuando las ha ofrecido, como en el tuit embedido de abajo, solo han servido para enervar aún más su comunidad.

Los alemanes tampoco se han preocupado de actualizar el aspecto del software, desfasado gráficamente hace tantos años que hasta podría ser interesante para los fanáticos del vintage, ni en ofrecer métricas avanzadas para mejorar el análisis de los fichajes. Uno de los usuarios que se hartó de la desidia de Comunio fue el murciano Javier Marín, CEO de la startup Ideatic. "Me ponía muy nervioso su diseño, que no cambia nunca, que no hacían ningún caso de las sugerencias para mejorar la usabilidad de la comunidad o el tener que calcular los puntos con una calculadora" dice Marín, que en la primavera de 2015 aprovechó su formación como ingeniero de telecomunicaciones para programar un clon de Comunio para usarlo con sus amigos.

Y llegó la oportunidad. Con el juego terminado y completamente funcional, Comunio entró en una época de caídas constantes del servidor y Marín se lanzó a por la alternativa. Comuniame, el primer nombre de su criatura, ofrecía mucha más información e incluso seguir la jornada en directo. "Desde el primer momento tuvo una recepción increíble", explica Marín, que hace unos meses optó por cambiar la marca a Biwenger, una expresión "que no significa nada, aunque suena a Arsene Wenger o a alemán", dice entre risas para finalmente confesar que estaba preocupado ante un hipotético choque por la propiedad intelectual con Comunio.

Tiene motivos: el crecimiento de Biwenger es exponencial e incluso acaba de superar en tráfico a la web de Comunio, un hito histórico en el internet patrio: "Comunio es un barco que se hunde. España era su mercado más importante y lo está perdiendo. Tenían la gallina de los huevos de oro y la han dejado ir por no escuchar ni tratar con nadie", zanja Marín, que no quiere desvelar sus ingresos pero ya emplea a cuatro personas a tiempo completo en el juego.

Otro que al que Comunio forzó a emprender fue al sevillano Miguel Ángel Ruiz. "Jugaba mucho al Comunio y me faltaba mucha información, así que creé un programa que me ofreciese los datos que no tenía en el juego", explica. Su idea, Comuniazo, es redonda porque no suple a Comunio ni Biwenger, sino que ofrece un servicio complementario de gran valor. Tiene todo lo que un entrenador virtual puede desear: información de lesiones, precio de los jugadores, once ideal del torneo, horarios de partidos e incluso las portadas de la prensa deportiva.

Situándose como un actor over the top en el sector, Ruiz y su Comuniazo consiguen hacer casi el doble de tráfico que las webs de los juegos de los que habla. A sus 29 años, mantiene solo el negocio ejerciendo como programador, editor de la web y relaciones públicas. Con una inversión de siete euros, lo que costó el dominio, y un par de horas diarias a trabajar en la plataforma, que ha conseguido automatizar para que se actualice sin demasiado mantenimiento, el emprendedor sevillano abandonó la carrera y vive exclusivamente de los rendimientos de Comuniazo.

En lo que respecta a Comunio, Ruiz comparte el análisis de Marín. Trató de ponerse en contacto con ellos, como usuario, para ofrecerles ayuda con los servidores y la programación, y no tuvo respuesta. Después, ya como dueño de Comuniazo, también intentó comunicarse con ellos sin éxito. "A todos los jugadores de Comunio, y a los que tenemos servicios que depende de él, nos gustaría que el servicio funcionase bien, pero ellos no aceptan consejos ni ayuda. Son muy cerrados. Por su dejadez han sido incapaces de escalar el juego con el incremento de usuarios y se les ha creado una bola de nieve que no saben parar", dice Ruiz.

Hay muy pocos casos de flechazo tan longevos como el de Comunio con España. El juego de fútbol online, creado por el alemán Fabian Loscheck en 2000, llegó hace diez años a nuestro país y cuajó desde el primer momento, en parte porque ocupaba el hueco que había creado la Liga Fantástica de Marca en los años noventa. Desde su llegada, decenas de miles de españoles han creado sus ligas privadas en Comunio y competido entre ellos, a veces con apuestas de por medio, por ver quién tiene mejor ojo con los jóvenes talentos.

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