Es noticia
Toca hacer caja: cómo WhatsApp puede convertirse en una máquina de hacer dinero
  1. Tecnología
los 'bots' muestran el camino

Toca hacer caja: cómo WhatsApp puede convertirse en una máquina de hacer dinero

Con 1.000 millones de usuarios, la aplicación de mensajería espera, silente, a que Facebook ponga en marcha la maquinaria para convertirla en un negocio rentable

Foto:

Tiene 1.000 millones de usuarios y no es capaz de generar ingresos para Facebook. WhatsApp es una de las aplicaciones más suculentas de la actualidad: tiene la mayor base de usuarios de todo el planeta. Una base que, bien administrada, debería convertirse en una auténtica máquina de imprimir billetes. "Es el canal principal de comunicación de millones de personas. Tienen una capacidad brutal para llegar a sus bolsillos", explica a Teknautas Fernando Calvo, fundador de Spotbros, una aplicación de mensajería española que ahora está centrado en IMbox, una plataforma enfocada a las empresas. Justo algo con lo que WhatsApp quiere empezar a experimentar.

La pasada semana, Facebook insistió en la importancia de los 'bots' que iban a comenzar a poblar Messenger, la 'app' nativa de comunicación de la red social. Esa táctica ofrece un vistazo al futuro que Facebook tiene pensado para WhatsApp, la red de mensajería que adquirió por 19.000 millones de dólares en febrero de 2014.

Que Facebook implemente un buen puñado de 'bots' en Messenger indica por dónde pueden ir los tiros en WhatsApp a corto plazo

Hasta la fecha, WhatsApp se ha mantenido siempre como un servicio libre de publicidad y ha alternado diferentes formatos de suscripción con sus usuarios, que en los últimos años estuvieron sometidos, como mucho, a una cuota anual de un euro. Esos consumidores ahora disfrutan la aplicación de manera gratuita y a perpetuidad.

Renunciar a 1.000 millones de euros, lo que ganaría Facebook de mantener esa cuota anual, no es nada si se compara con las posibilidades económicas que se pueden derivar de la integración de la plataforma en las relaciones entre los usuarios y los negocios o a partir de los ingresos derivados por compras de 'apps' dentro de la misma plataforma. ¿Qué escenarios tiene WhatsApp por delante? Jan Koum y Brian Acton, creadores de la 'app', dejaron claro a comienzos de año que la respuesta está en las empresas y en la interacción de esta con los usuarios. No han desvelado ninguna pista concreta, pero varias fuentes especialistas en el sector del móvil consultadas por Teknautas coinciden en señalar cuáles pueden ser los métodos clave de monetización.

Un 'bot' entre el cliente y la empresa

Es una de las posibilidades que más se contemplan gracias a la aparición de los 'bots'. "Si WhatsApp organiza de manera interna la comunicación entre el cliente y el negocio, tiene un mercado enorme. Imagina abrir un canal proactivo en el que poder pedir una pizza cuando tengas hambre. No quiero que me mandes promociones. Solo tienen que hacerlo bien y poner los medios para que los negocios no hagan 'spam", opina Calvo.

En esa relación, que WhatsApp se lleve una tajada de cada transacción económica entre un cliente y una compañía parece un movimiento natural. Si la plataforma va a ejercer de versión de bolsillo de Paypal, solo tiene que sentarse a esperar a que sus usuarios comiencen a gastar su salario y estos ni siquiera se darán cuenta, ya que la aplicación se quedaría con un pequeño porcentaje de cada compra.

Nacho González Barros, fundador de Mailtrack, 'startup' que permite conocer quién y cuándo lee tus correos, también ve muy factible esa orientación corporativa: "Cada vez se va a meter más en ese entorno, que es donde está el dinero. Lo prueba el que quisiera cobrar un euro a los usuarios y luego reculara".

Eduardo Manchón, cofundador de Panoramio (comprada luego por Google), cree que la integración de una inteligencia artificial que gestione esa comunicación es un paso inevitable. "Se pueden solucionar muchos problemas por chat. Hay menos fricción, es un canal más informal que el correo, te salta al momento y lo tienes a mano. Cambia el lenguaje y las maneras, de forma que agiliza todo el proceso", explica Manchón, ahora en Hooks, dedicada a una mejor gestión de las notificaciones en el móvil.

Cobrar una cuota a los negocios

Parece menos probable, pero no por ello descartable. "Pasaría por una cuota mensual por prestar el servicio", especula Calvo. Pero el responsable de IMbox cree que tiene más sentido la opción del porcentaje sobre cada transacción.

Parece poco probable que cada negocio pague una cuota mensual, o anual, a WhatsApp, aunque es un escenario factible

Calvo se aventura a avistar un futuro en el que serán "tres o cuatro líderes a nivel geográfico" los que se repartan el pastel de las aplicaciones de mensajería: "WhatsApp en Europa, Line en Japón, WeChat en China...". Se imponga o no este servicio, Calvo está convencido de que el usuario, "en ningún caso", va a tener que pagar por utilizar WhatsApp.

Un modelo 'freemium' en función del servicio

Parece sencilla la monetización cuando la relación entre un cliente y un negocio se reduce a una transacción derivada de un servicio, ya sea pedir comida a domicilio, comprar una entrada o pedir un taxi. Pero ¿qué sucede cuando en esa relación no hay intercambio económico alguno?

"Entiendo que se puede insertar un modelo 'freemium' en el que, si quieres que el 'bot' haga más cosas, debes pagar", explica Manchón. Este experto en el diseño de interfaces de usuario recuerda que ya existe un modelo de 'bot' "semihumano" en el que una persona es la que se encarga de escuchar las peticiones de los clientes y de clasificarlas.

Manchón pone el ejemplo de aplicaciones de 'fitness' o de gestión económica que podrían beneficiarse de este modelo, aunque no vendan un producto al cliente, ya que tienen un canal "muy potente" a través de las notificaciones que se derivan de esa relación.

Insertar publicidad

Sería la opción más agresiva de todas y la que tanto Calvo como Manchón descartan. Calvo incluso apuesta por que la relación entre los 'bots' de los negocios y los usuarios establezcan una relación que estará regulada: "Estoy seguro de que establecerán reglas que impidan el 'spam' si no has escrito antes o que regulen los mensajes que te pueden escribir si no has interactuado con anterioridad".

Manchón opina que una opción para monetizar WhatsApp es que aparezca publicidad en los chats con los 'bots'. Aunque el cofundador de Panoramio no esconde su escepticismo con esta idea: "Interferiría demasiado dentro de los chats".

La publicidad podría ser una opción, pero Manchón la descarta. "Interferiría demasiado" en la relación entre el usuario y el negocio con el que se relaciona

¿Existe alguna opción que no sea agresiva con el usuario? Manchón lo duda y pone como escenarios posibles situaciones en las que la 'app' pueda obligarte a visitar "cierto tipo de página". En última instancia, tiene claro que esa medida no tiene mucho futuro: "La publicidad no funcionará en absoluto".

Compras 'in-app' y videojuegos

Cuando Facebook compró WhatsApp, la aplicación de mensajería ya competía en desigualdad de condiciones frente a sus rivales. Por aquel entonces, WeChat era capaz de ganar una media de siete dólares al año por cada uno de sus usuarios, mientras que WhatsApp no ha sido capaz de elevar esa cifra en ningún momento en los últimos dos años.

La red social china lleva varios cuerpos de ventaja a la de Facebook en este aspecto. A través de WeChat, un usuario puede comprar entradas, pedir un McMenú o comentar una foto en Facebook. Más que una 'app' de comunicación se ha convertido en un 'hub' en el que poder llevar a cabo acciones de todo pelaje.

Manchón cree que a WhatsApp no le queda otra opción que abrir la plataforma, "aunque siempre han tenido una filosofía muy reaccionaria". Kik ya ha iniciado ese proceso en Estados Unidos y cuenta con canales para Burger King o la NBC, capaces de ofrecer comida o noticias al usuario desde la propia aplicación. "Han aprovechado la lentitud de WhatsApp y Messenger en este aspecto", remata Manchón.

El futuro de las aplicaciones de mensajería parece muy alejado de lo que fueron en un primer momento, hace ya más de un lustro. Aquella sencilla herramienta para comunicarse quiere convertirse, como ya lo han hecho otros competidores, en una herramienta esencial en el día a día. Tan esencial que centralice algunos aspectos básicos de nuestra vida y permita rentabilizar un gigante de 1.000 millones de usuarios que hoy no ofrece rentabilidad económica alguna a su dueño, Facebook.

Tiene 1.000 millones de usuarios y no es capaz de generar ingresos para Facebook. WhatsApp es una de las aplicaciones más suculentas de la actualidad: tiene la mayor base de usuarios de todo el planeta. Una base que, bien administrada, debería convertirse en una auténtica máquina de imprimir billetes. "Es el canal principal de comunicación de millones de personas. Tienen una capacidad brutal para llegar a sus bolsillos", explica a Teknautas Fernando Calvo, fundador de Spotbros, una aplicación de mensajería española que ahora está centrado en IMbox, una plataforma enfocada a las empresas. Justo algo con lo que WhatsApp quiere empezar a experimentar.

El redactor recomienda