Anticuado y 'analógico': así funciona el bombardero ruso Su-24 derribado
El Su-24 derribado ayer es un bombardero táctico con muy mala fama: la de ser al avión de combate ruso con mayor siniestralidad. Carece además de equipamiento moderno de guerra electrónica
Una reliquia de los años 70 sin el equipamiento electrónico necesario para repeler el ataque en pleno vuelo de todo un deprededador como el F-16. Así podría resumirse lo que ocurrió ayer sobre espacio aéreo turco cuando dos F-16 derribaron un Sukhoi Su-24 Fencer ruso que sobrevolaba territorio turco sin permiso. Los F-16 dispararon misiles aire-aire Amraam, utilizados para objetivos a media y larga distancia. El Su-24, pensado para bombardeos a baja altura, con escasa capacidad de defensa y maniobra, simplemente no tuvo nada que hacer.
El Su-24 es uno de los tres tipos de bombarderos tácticos que Rusia está utilizando en el conflicto sirio. En concreto, el avión derribado es un Su-24M2, una versión modernizada del original, cuyo primer vuelo de prueba se realizó en 1971, entrando en servicio tres años después.
Según varios analistas, se estima que Rusia ha desplegado en Siria en total 12 cazas SU-24M2, además de 12 Su-25, cuatro Su-30SM y seis Su-34. Este último es el bombardero más moderno ahora mismo en las fuerzas aéreas rusas y está llamado a sustituir precisamente al Su-24. El aparato derribado lleva ya cuatro décadas en servicio y, aunque sigue estando en buen estado, su tecnología ha dejado de ser ya competitiva en determinadas situaciones, como un enfrentamiento cara a cara con cazas F-16.
El Sukhoi Su-24 tiene la mala fama de ser el avión de combate con más accidentes a sus espaldas en la flota de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia
Rusia fabricó alrededor de 400 Su-24 desde comienzos de los años 60, de los cuales hoy en día solo 120 están operativos. Es probablemente uno de los aviones de combate rusos más exportados de toda su flota, aún en uso en los ejércitos de Irán, Libia, Irak, Argelia, Ucrania y Siria, entre otros. Cuando se estrenó, a comienzos de los 70, destacó sobre todo por su diseño, muy aerodinámico para un bombardero, y por utilizar alas de geometría variable. Esta son capaces de adoptar 4 posiciones: 16º para despegues, 35º y 45º para velocidades de crucero y 69º para velocidades superiores. En su momento fue tecnología punta. Sin embarg, las versiones posteriores modernizadas no han logrado evitar que el Su-24 se haya quedado ya en el pasado tecnológico.
El avión de combate con mayor siniestralidad
El Sukhoi Su-24 tiene la mala fama de ser el avión de combate con más accidentes a sus espaldas en la flota de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia. Dejó de fabricarse en 1993, pero las unidades aún operativas se siguen adaptando y mejorando. Aún así, su pilotaje es bastante complejo y ha registrado un promedio de 6 a 8 accidentes anuales desde el inicio de su explotación en 1975.
El avión, llamado Fencer-A en la clasificación de la OTAN, es capaz de lanzar tanto bombas como misiles contra objetivos en la retaguardia operativa del enemigo. Los 120 Su-24 de las Fuerzas Aeroespaciales y la Armada rusa tienen una edad media de 30 años, aunque la intención de las autoridades de ese país es renunciar totalmente a ellos en 2020, justo cuando el Su-34 estaría ya completamente listo y probado en todo tipo de combates.
El radio de acción máximo del Su-24 es de 560 kilómetros y es capaz de albergar más de una docena de bombas y misiles
El Su-24 tiene un largo historial de participación en conflictos armados, entre ellos la invasión soviética de Afganistán, la guerra civil de Tayikistán y las dos guerras chechenas, además de la guerra del Golfo (1991), donde fue empleado por las Fuerzas Aéreas iraquíes. Desarrolla una velocidad máxima de 1.700 km/h a más de 10.000 metros de altitud (sin depósitos de combustible externos), o de 1.350 km/h a baja altitud (con depósitos externos). Su radio de acción máximo es de 560 kilómetros y es capaz de albergar más de una docena de bombas y misiles, entre ellas bombas nucleares TN-1000 o TN-2000, bombas de racimo o bombas incendiarias.
Motores menos eficientes
Uno de los problemas que el Su-24 se ha encontrado en los conflictos recientes viene dado por su diseño inicial. Especialistas en aeronaves militares consultados por Teknautas señalan a los motores como una de los principales puntos débiles del avión. Se trata de dos turborreactores Saturn/Lyulka AL-21F-3A en lugar de motores turbofan.
Los primeros son mucho menos eficientes y consumen más combustible, por lo que el alcance del aparato acaba siendo menor. Eso no solo hace que el coste de mantenimiento sea mayor, también supone limitaciones a la hora de desplegarlos en conflictos, ya que su rango de ataque es relativamente pequeño.
La utilización de turborreactores para el Su-24 contrasta con la elección que se hizo para aviones rivales en Occidente, como el Panavia Tornado, un avión de combate bimotor desarrollado conjuntamente en los años 70 por Reino Unido, Alemania Occidental e Italia. El Tornado utilizó el motor de reacción turbofan Turbo-Union RB199, lo que le permitía entre otras cosas superar los 1.000 kilómetros de rango de combate.
Sin equipamiento electrónico moderno
Además de su complejo pilotaje, motores ineficientes y diseño poco maniobrable, el Su-24M2 actual presenta un inconveniente adicional que ha podido jugar un papel decisivo en el derribo ocurido ayer. Este aparato carece de equipamiento moderno de guerra electrónica, fundamental para intentar detectar lo antes posible el lanzamieto de misiles enemigos.
Los misiles Amraam lanzados por los F-16 turcos son los estándar de la OTAN, van guiados por radar. En cuanto son disparados, comienzan a localizar al avión objetivo. Este, con su equipamiento de guerra electrónica, intenta interferir los sistemas de guiado del misil para evitar que alcance su objetivo. "El Su-24M2 está modernizado con equipamiento electrónico, pero siempre hay un límite: el que marca el propio diseño y materiales del aparato. Nunca va a tener la última tecnología militar de interferencia", explican especialistas militares consultados por 'Teknautas'.
Los mapas publicados con el trazado del Su-24 muestran cómo el aparato parece que efecticamente invadió el espacio aéreo turco, pero solo en una pequeña área. "Las imágenes de radar publicadas señalan que se trata de un pequeño pico de espacio aéreo invadido. Y parece coincidir con los circuitos de bombardeo que se estaban produciendo sobre suelo sirio. Es decir, técnicamente sí estaba volando sobre espacio turco, pero en realidad parece que se trataba solo de un pico generado por las maniobras en pleno vuelo", explican las fuentes consultadas.
¿Error de Turquía? ¿Del piloto ruso? ¿De ambos?¿Acción intencionada? Será difícil saberlo con certeza. "El problema fundamental del conflicto en Siria es que ahora hay cinco fuerzas aéreas de cinco países distintos participando en los bombardeos: Irak, Rusia, Turquía, EEUU y Francia. Y parece que pronto se unirá también Reino Unido. Muchas de estas fuerzas aéreas utilizan los mismos aviones. Si no hay coordinación, al final sucede lo inevitable: posibles identificaciones erróneas y derribos de aparatos", señalan expertos consultados. El incidente de ayer no es el primero ocurrido en Siria de este tipo. Desgraciadamente, tampoco parece que vaya a ser el último.
Una reliquia de los años 70 sin el equipamiento electrónico necesario para repeler el ataque en pleno vuelo de todo un deprededador como el F-16. Así podría resumirse lo que ocurrió ayer sobre espacio aéreo turco cuando dos F-16 derribaron un Sukhoi Su-24 Fencer ruso que sobrevolaba territorio turco sin permiso. Los F-16 dispararon misiles aire-aire Amraam, utilizados para objetivos a media y larga distancia. El Su-24, pensado para bombardeos a baja altura, con escasa capacidad de defensa y maniobra, simplemente no tuvo nada que hacer.