Los siete errores de bulto que han conducido a Atari a la bancarrota
Atari Interactive, la compañía que dio forma al concepto videojuego con el popularísimo 'Pong', anunció ayer su bancarrota. Concretamente la empresa se ha acogido al capítulo
Atari Interactive, la compañía que dio forma al concepto videojuego con el popularísimo 'Pong', anunció ayer su bancarrota. Concretamente la empresa se ha acogido al capítulo 11 del Código de Bancarrota de los Estados Unidos con el fin de reorganizarse y desprenderse de una deuda de 5,25 millones de dólares que lastra su actividad en los últimos años. La jugada pasa por separar la parte norteamericana del negocio, dedicada a los juegos para plataformas móviles y responsable del 17% de los ingresos totales, de la deficitaria matriz francesa.
Así, Atari tiene de margen los próximos cuatro meses para subastar sus activos de más valor -logotipo, licencias de clásicos como Pong, Asteroids o Centipede-, liquidar los números rojos y lanzarse a la obtención de capital privado en solitario.
Sin embargo, muchos se preguntan estos días cómo la empresa que creó un sector que mueve más dinero que el cine y la música juntos puede encontrarse en una situación tan comprometida. En sus 31 años de historia Atari ha cometido muchos errores, pero son siete los que podrían considerarse fatídicos para el devenir de la compañía.
El genio de Apple se convirtió, en 1974, en el empleado número 40 de Atari. Pese a que contaba apenas 19 años, Jobs ya mostraba una personalidad demasiado directa y con tendencia a mofarse de los compañeros que él consideraba "tontos", lo que le granjeó la enemistad de una buena parte del equipo.
Entonces, para evitar problemas mayores, el CEO Nolan Bushnell decidió moverle al turno de noche de ingenieros, del que Jobs sería el único representante.
Jobs, frustrado, acabaría por renunciar al puesto poco tiempo después para fundar Apple junto a su amigo Steve Wozniak.
Por si dejar marchar a Steve Jobs no fue suficiente, Bushnell rechazó invertir unos ridículos 50.000 dólares para entrar en la 'startup' Apple. De haber aceptado, el dirigente de Atari se habría hecho con el 33% de las acciones de la nueva compañía, un volumen que hoy le hubiese reportado 200.000 millones por su venta. "Debí haberlo hecho, es una decisión de la que me arrepiento de vez en cuando", comentaba entre risas Bushnell en 2009.
Quien sabe si una hipotética relación entre ambas empresas no le hubiera granjeado a Apple la posibilidad de entrar en el negocio de los videojuegos y a Atari el control de la tecnológica más innovadora y exitosa conocida hasta el momento.
Lanzada en 1977, la Atari 2600 (o VCS) fue la primera consola que se introdujo con fuerza en los hogares. Su joystick hoy se recuerda como un elemento icónico, si bien su diseño limitó drásticamente la vida útil de la consola. Básicamente presentaba dos grandes problemas: por un lado era un palo rígido y nada ergonómico, que provocaba dolor en la mano al jugador después de unas horas de uso.
Además, al contar con un solo botón, supuso un quebradero de cabeza para los programadores de juegos, que vieron demasiado acotadas sus opciones a mover y disparar con el personaje protagonista.
Es quizá el punto de inflexión negativo de Atari. Corría 1982 y el ET de Steven Spielberg era la película del momento. Atari olió el negocio y le compró a Universal Pictures los derechos para hacer el videojuego por una cantidad millonaria, confiando en que se vendería al ritmo que crecía la popularidad de la película entre los jóvenes.
Sin embargo los plazos se fueron acortando y ET, el videojuego para atari 2600, solo dispuso de cinco semanas para su desarrollo íntegro. El resultado fue un programa horroroso, casi injugable, que poco o nada tenía que ver con la creación de Spielberg. Para colmo se produjeron más unidades que consolas había en el mercado y millones de cartuchos fueron enterrados en el desierto de Alamogordo, en Estados Unidos, para evitar que nadie descubriese tan rotundo fracaso.
En 1985, con sus consolas sucumbiendo ante el poderío de las máquinas de Nintendo, el CEO Jack Tramiel optó por dar un golpe de timón y enfocar el rumbo de Atari a los pujantes ordenadores personales. Su apuesta fue el Atari ST, un sistema basado en el chip Motorola 68000 que fue pionero en mostrar una interfaz gráfica y en implementar el sistema de sonido MIDI. Su arquitectura se 'inspiró' en el Macintosh de Apple, solo que no contaba con la sencillez ni el diseño de éste.
Posteriormente el mercado se movería hacia los ordenadores basados en los chips de Intel que funcionaban bajo Windows, dejando a Apple y Commodore con una escasa porción del pastel y a Atari y a su sistema operativo completamente fuera de juego.
Hasta que salió la Lynx no se concebía el fracaso en el sector de las consolas portátiles. En 1989 Atari le compró los derechos a Epyx se su máquina Handy, que rebautizó como Atari Lynx y se apresuró a lanzar para adelantarse a Game Boy y Game Gear, las apuestas de las asiáticas Nintendo y Sega. No obstante la primicia no fue suficiente para que Lynx triunfase en las tiendas y terminó por colocar medio millón de unidades a nivel mundial.
Unas cifras que palidecen con las 118 millones de unidades de Game Boy vendidas. Curiosamente el artefacto de Nintendo era inferior técnicamente en todos los apartados, pero podía presumir de un menor tamaño y, sobre todo, de una autonomía mucho mayor que la Lynx.
En los último años Atari se ha dedicado al desarrollo de videojuegos poco brillantes para plataformas móviles. Por el camino ha dejado pasar una oportunidad de negocio que ha florecido delante de su nariz. Y es que la moda 'vintage' ha escogido el logotipo de la compañía como uno de los principales iconos para los miembros de las generaciones X e Y.
Sudaderas, camisetas, llaveros, gorros e incluso edredones con el logo de Atari han sido comercializados por miles de empresas sin que la propietaria de los derechos viese un euro. Aún hoy algún ejecutivo de la compañía seguirá dándose de cabezazos cuando una de estas prendas no oficiales se cuela entre los productos más vendidos de eBay año tras año.
Atari Interactive, la compañía que dio forma al concepto videojuego con el popularísimo 'Pong', anunció ayer su bancarrota. Concretamente la empresa se ha acogido al capítulo 11 del Código de Bancarrota de los Estados Unidos con el fin de reorganizarse y desprenderse de una deuda de 5,25 millones de dólares que lastra su actividad en los últimos años. La jugada pasa por separar la parte norteamericana del negocio, dedicada a los juegos para plataformas móviles y responsable del 17% de los ingresos totales, de la deficitaria matriz francesa.