Un premio a la innovación: Pablo Soto recibe 1,6 millones para su buscador Foofind

Para las discográficas era un delincuente, pero para el Gobierno es una mente innovadora que contribuye al desarrollo tecnológico del país. Pablo Soto, absuelto hace pocos días de pagar 13 millones de euros a la industria discográfica, acaba de recibir 1,497 millones de euros de créditos blandos y 138.000 euros de subvención del programa Avanza Contenidos, ambas dotaciones dirigidas al desarrollo de su buscador Foofind.

La convocatoria de 2011 del Plan Avanza 2 incluía 54 millones de subvenciones y 608,75 para préstamos y el 99,56 % del programa iba dirigido a subprogramas para pequeñas y medianas empresas, según los datos que aporta EFE. Dentro de este Plan, el de Contenidos Digitales contaba con 15 millones de subvenciones y 130 millones de préstamos dirigidos a sistemas, plataformas, servicios y procesos que facilitaran el diseño, producción y empaquetamiento de contenidos digitales así como su soporte.

Foofind, el Google de las descargas

Si alguien pensaba que, después de la demanda millonaria, a Pablo Soto se le habían quitado las ganas de seguir investigando y desarrollando en torno a las herramientas para compartir archivos, se equivocaba. Foofind es un buscador de archivos a nivel global: música, películas, imágenes, ejecutables de software... . Si Google sólo escanea webs en busca del contenido que quiere el usuario, Foofind va mucho más allá, escaneando los servidores de descargas directas, los torrents o los enlaces eDonkey, entre otros. De este modo, la búsqueda de contenidos se vuelve mucho más efectiva.

Foofind tiene indexados más de 284 millones de archivos y cuenta con una audiencia de más de 100.000 visitantes mensuales pese a estar aún en fase inicial. Además, está construido desde una filosofía de conocimiento y software libre: el portal tiene licencia Creative Commons y el código, disponible para desarrolladores, licencia GNU.

Ayuda pública ante la ausencia de la privada

Esta ayuda parece venirle como agua de mayo a la empresa de Pablo Soto, MP2P Technologies, que parecía avocada al fracaso empresarial por la demanda de las discográficas, que durante tres años prácticamente impidió la posible entrada de capital por parte de inversiones privadas.