Spanish revolution: del 15-M al 22-M; ¿cómo no iban a salir los jóvenes a la calle?

La “spanish revolution” de la última semana ha sido brutal. Por un lado unos resultados de las elecciones del 22M que han sido una contundente moción de censura popular. La que no quiere hacer Rajoy en el Parlamento lo han hecho los ciudadanos en las urnas. Han borrado del mapa al PSOE que pierde todos sus feudos tradicionales en comunidades autónomas y ayuntamientos con la excepción de mi paisano Fernández Vara que podría conservar el poder si pacta con IU.

Detrás del triunfo del PP hay otros factores relevantes como el ascenso de formaciones en las que el ciudadano canaliza un voto regenarador, como IU o UPyD. Los españoles le han dicho a ZP que están hartos de su forma de gobernar cuajada de mentiras, demagogia, sectarismo, e incompetencia. Un país con 5 millones de parados, un 45% de los jóvenes desocupados, un diferencial de la deuda disparado, un gasto público insostenible, una legislación laboral ineficiente o unos bancos/cajas que no pueden prestar a empresas y particulares exige una acción de gobierno decidida, audaz, innovadora y contundente. España exige reformas. Muy urgentes algunas como la laboral  o la del sistema financiero pero de largo calado otras como la educación, cuestión en la que insistimos un día sí y otro también. Rajoy tiene la palabra. Si quiere generar ilusión debe captar el mensaje. Es el tiempo para la grandeza de acción. Debe haber otra forma de hacer política que esté mucho más en sintonía con el inmenso sentir de la calle.

Con este panorama cómo no iban a salir los jóvenes a la calle. Cómo no estar indignado. Lo extraño es que hayan esperado tanto. La llamada “spanish revolution” no ha impactado en los resultados del 22M por lo que no caben ya temores sobre teorías conspiratorias que impulsen estas iniciativas. Pero harían muy mal los partidos políticos en no escuchar la voz que emerge de estos campamentos.

Basta visitar la Puerta del Sol para darse cuenta de tanta y tanta frustración. Jóvenes, sí pero también desempleados de cualquier edad y condición, pequeños empresarios y autónomos arruinados, o jubilados conforman un espacio de desahogo. Se leen pintadas o se escuchan voces que son una explosión para desfogarse ante tanto desconsuelo. Esto del 15M es una movida que va mucho más allá del movimiento contra la Ley Sinde o de una acción subversiva de los antisistema. No sé cómo se va a canalizar este “basta ya” de la sociedad civil porque hasta ahora los mensajes son confusos. Se proclaman reformas como la electoral que pueden contar con un amplio respaldo pero también se oyen voces que claman por políticas estatalistas que ya han demostrado su ineficacia en buena parte del planeta.

En definitiva, España ha hablado. En las urnas el 22M o en las plazas el 15M. Y España quiere ser escuchada porque quiere otra forma de entender la política y de actuar en la acción de gobierno.