El SIDA ya se puede autodiagnosticar en casa

En pocos meses, el test del sida podrá hacerlo cualquier persona en la más estricta intimidad. En el salón de su casa, en el baño, sin necesidad de acudir al hospital, de igual manera que se puede hacer un test de embarazo. Bastará con adquirir en la farmacia un pequeño kit que consta de una paleta y una solución. El interesado solo debe frotar la pequeña paleta en las encías, sumergir la muestra en la solución y esperar 20 minutos. La fiabilidad del resultado de este análisis es del 99%. Con una sola matización: tienen que haber pasado al menos tres meses desde el contagio, es decir, cuando ya se han desarrollado los anticuerpos.

La prestigiosa revista científica The Lancet Infectious Diseases acaba de publicar los resultados de una investigación, llevada a cabo en la McGill University Health Centre de Canadá, que verifica la enorme fiabilidad de esta prueba. Las agencias del medicamento europea y norteamericana también han avalado ya la efectividad del test oral.

“Este nuevo estudio otorga oficialidad científica a las garantías que publicitaba la empresa farmacéutica comercializadora del OraQuick VIH ½”, señala Ramón Barrios, miembro de la comisión ejecutiva de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida. Él mismo lleva varios años aplicando este test. En 2011, realizó 363 pruebas en Zaragoza, obteniendo seis resultados positivos.

Ahora que ya está garantizada “oficialmente” la fiabilidad del OraQuick, la comunidad médica se divide entre los partidarios de comercializarlo abiertamente en las farmacias y quienes prefieren mantener su distribución en el ámbito exclusivamente hospitalario, como ha sucedido hasta ahora.

Los defensores del libre comercio de este test alegan que mucha gente que ha vivido situaciones de riesgo de contagio es reticente a someterse a la prueba hospitalaria por miedo a que un posible positivo se filtre a su entorno familiar y laboral. Permitir la compra anónima del OraQuick en una farmacia donde no te conozcan y realizar la prueba en casa reduciría, según ellos, el número de infectados que son inconscientes de su dolencia. En España hay cerca de 40.000 enfermos de sida y el 30% de ellos desconoce que son portadores de la enfermedad.

“Sería contraproducente por los prejuicios”

Juan Ramón Barrios es contrario a esta distribución sin ningún tipo de control. “Sería contraproducente. Las personas, en la primera etapa, tras conocer que están infectados, se plantean problemas muy serios como si deben comunicárselo a su familia, a sus amigos, en el trabajo. Los auto-test ya se han probado, por ejemplo, en las farmacias del País Vasco. Estos eran con sangre. Y hay un dato preocupante: la mitad de las personas que dieron positivo en estas pruebas no acudieron después al sistema de salud para hacerse una segunda prueba o empezar un tratamiento. No acudieron por miedo a los prejuicios, para evitar la discriminación. Siguieron con su vida sin ningún tipo de tratamiento, manteniendo solo las precauciones que ellos mismos se imponían”.

Estos prejuicios sobre la enfermedad, según Barrios, deberían ser desterrados de una vez de la sociedad. “En EEUU se ha realizado recientemente un estudio con 1.750 parejas en las que uno de sus miembros es seropositivo y está recibiendo tratamientos antirretrovirales. Estas parejas mantuvieron relaciones sin ningún tipo de protección, y se demostró que el tratamiento reduce en un 96% la posibilidad de contagio”. Los resultados de este estudio se pueden consultar en esta dirección y fueron calificados por la revista Science como uno de los mayores hallazgos científicos del año. En España, la Clínica Sandoval realizó un estudio similar con 700 parejas y obtuvo resultados idénticos. Es decir, con un tratamiento antirretroviral adecuado, el riesgo de contagio se reduce al mínimo.

El gasto farmacéutico español en atirretrovirales ronda los siete millones de euros anuales. Una cifra que, según Barrios, podría reducirse enormemente. “La mitad de la población a la que se le detecta VIH en España, unos 3.000 al año, son diagnósticos tardíos. Es mucho más difícil y más costoso recuperar la salud para estas personas que, por debilidad de sus defensas, ya van acumulando un montón de enfermedades. Si es una persona recién infectada, sencillamente se le trata de un virus, el VIH, que ni siquiera, por sí solo, es mortal”.