El circo mediático de Telma Ortiz

¿Es Telma Ortiz un personaje público? Esa es la pregunta a la que se ha intentado buscar respuesta en el ‘macrojuicio’ de la hermana de la Princesa de Asturias contra la prensa española. Durante el día de ayer, el Juzgado de Instrucción nº 3 de Toledo se convirtió en un auténtico circo donde periodistas, cámaras de televisión, fotógrafos, radios… intentaron captar aquello a lo que precisamente Telma se opone: la mejor instantánea acompañada de las declaraciones de la acusada, todo ello con 25 letrados de fondo que intentaban arrojar luz a este extraño caso.

“Telma Ortiz es un personaje público con publicidad sobrevenida”, dijo Cristina Peña, la abogada de la revista Semana a su entrada al juzgado de Toledo. Y es que esta era la manera de pensar de muchos de los letrados allí presentes que fueron desgranando sus argumentos ante Enrique Martín Llop, novio de Telma. La pareja había llegado a primera hora de la mañana y entró por la puerta de atrás sin pasar por el arco de seguridad para despistar a los medios presentes. Aunque algunos dudaban de su asistencia, la hermana de Letizia se vio cara a cara con los medios, incluso con los que no había denunciado. A través de su abogado, pidió a la jueza María Lourdes Pérez Padilla ausentarse de la sala nada más comenzar el juicio. Nadie se opuso y no volvió.

Muchos fueron los argumentos esgrimidos por los abogados para hacer frente al apagón informativo solicitado por Telma Ortiz y Enrique Martín Llop, que piden que la prensa se “abstenga de captar, publicar, distribuir, difundir, emitir o reproducir por medio alguno imágenes o instantáneas “ suyas. En líneas generales consideran que la denuncia no cumple con ninguno de los tres preceptos legales necesarios para imponer las medidas cautelares: buen derecho, mora procesal y caución.

“No puede solicitarse una censura previa”, dijeron algunos de los abogados de la defensa al considerar que las medidas eran “a futuro”. Entre ellos había un gran malestar, ya que consideraban que en este requerimiento había incluso irregularidades. Otros, en cambio, fueron denunciados sin haber publicado una fotografía fuera de su “agenda oficial”. El fiscal tampoco ha apoyado las medidas cautelares solicitadas por Telma Ortiz y ha pedido que se desestimen porque no procede.

El calvario de Telma

La vida es distinta para Telma Ortiz y su novio. Según ha contado su abogado, Fernando Garrido, “no se puede consentir que Telma viva su posparto a escondidas, en un infierno como el que están viviendo para no ser fotografiados. Considera que sus defendidos “no son personajes públicos ni por cargo, ni por profesión ni por haber hecho ostentación pública ni por parentesco”. Y es que la hermana de la Princesa de Asturias sufre un “acoso insoportable y permanente las 24 horas del día”. Y es por ello que quieren ser personas anónimas ajenas a los medios rosa y a los paparazzi.

A tenor del número de medios presentes para cubrir la vista, Telma ha conseguido lo contrario de lo que quería. Aunque su pretensión es convertirse en una ciudadana anónima y vivir sin la presión de ser la hermana de la Princesa de Asturias y tía carnal de la futura reina de España, el juzgado de Toledo se convirtió en un auténtico circo. Más de cien medios, con cámaras y fotógrafos, pululaban a sus anchas por las dependencias judiciales. Pasillos abarrotados, salas poco acondicionadas, controles policiales… El Juzgado de Toledo se quedó pequeño para acoger a unos periodistas que, en ningún momento, se mezclaron con los demandantes. Distribuidos en dos salas, tuvieron que seguir el juicio por televisión. Y tuvieron suerte porque en un principio la jueza Pérez Padilla pretendía celebrar un juicio a puerta cerrada.

Tampoco faltaron algunos manifestantes que pusieron la nota de color. Una veintena de personas, uniformadas con camisetas, protestaron a la puerta del juzgado. Megáfono en mano, defendieron la información rosa con independencia del rango del noticiable. Sin embargo, quizás no vuelvan a ver una portada de Telma Ortiz, siempre y cuando gane. Si no, tendrá que pagar una alta suma de dinero a los abogados contrarios y al juzgado por los perjuicios causados. Según fuentes consultadas por Vanitatis.com, la cifra podría ascender a 30.000 euros si se cumplen las tarifas oficiales. ¿Y de dónde sacará el dinero? Eso seguro que es materia de unas cuantas exclusivas.