Las mafias logran más de 100.000 euros por cada cayuco que viene a España

El negocio no puede ser más lucrativo. El beneficio económico que obtienen las mafias que organizan viajes de inmigrantes ilegales desde las costas subsaharianas hasta Canarias supera los 100.000 euros por cada cayuco que pone rumbo a España, según los datos que maneja la Guardia Civil.

Los números cantan. Un viaje desde las costas de Mauritania en una embarcación de unos 25 metros de eslora equipada con dos motores en el que se embarcan 150 personas con salida garantizada tiene unos costes de organización de aproximadamente 28.100 euros de gastos, mientras que los ingresos obtenidos por la venta de pasajes alcanzan la friolera de 135.000 euros.

"Se trata de unos beneficios de explotación desproporcionados en comparación con los riesgos asumidos por los organizadores", explica Francisco Javier Vélez Alcalde, comandante de la Guardia Civil y jefe de Planes y Organización del Centro de Coordinación Regional de Canarias.

En el lado de los gastos, el precio de un cayuco en reventa oscila entre los 6.000 y 12.000 euros, mientras que el precio de los motores se cifra en torno a los 1.800 euros. Para garantizarse un amarre, debe abonarse un canon a quienes pueden garantizar la salida de las embarcaciones sobre el terreno de entre 9.000 y 11.000 euros.

Continuando con la lista de gastos, para el trayecto del viaje el combustible necesario empleado desde las costas de Mauritania tiene un precio aproximado de 1.000 euros, al que se suma el sueldo de cada uno de los tres patrones del cayuco, que oscila entre los 300 y 500 euros, "aunque a veces estas labores se hagan a cambio de no pagar el viaje", apunta Vélez.

No todos son iguales

Desde el punto de vista de los ingresos, una salida garantizada con apoyo logístico completo y vestuario para el trayecto supone unos 900 euros. Claro que no todos pagan lo mismo. A los inmigrantes de origen subsahariano y asiático la travesía desde el Sáhara Occidental les saldría por entre 800 y 1.000 euros. En el caso de los marroquíes, la cuantía asciende a la mitad, entre 400 y 600 euros.

El despliegue policial y el mayor apoyo de los países de origen en la lucha contra la inmigración clandestina ha reducido progresivamente desde 2002 la afluencia de cayucos. Sin embargo, también ha propiciado que las mafias hayan buscado nuevos procedimientos y medios de transporte, alargándose las rutas hasta el archipiélago de Cabo Verde como punto intermedio o proliferando el empleo de "cayucos-taxi que transportan inmigrantes irregulares hasta otros de mayor porte, para eludir el despliegue aeromarítimo en África y condicionando las operaciones de control", explica Vélez.

Las redes migratorias clandestinas se estarían además utilizando para el tráfico de drogas o el contrabando, "sin descartarse que estas mismas rutas pudieran ser aprovechadas en un futuro por elementos terroristas procedentes de los campos de entrenamiento establecidos en la zona del Sahel", puntualiza en un artículo titulado Pateras, cayucos y mafias fronterizas en África: el negocio de las rutas atlánticas hacia las Islas Canarias publicado por el Real Instituto Elcano.