Detectados dos compuestos químicos en Antártico claves para cambio climático
Una investigación cuyo autor principal es español ha desvelado que, sobre el casquete helado del Polo Antártico flotan altos niveles de dos compuestos químicos durante todo
Una investigación cuyo autor principal es español ha desvelado que, sobre el casquete helado del Polo Antártico flotan altos niveles de dos compuestos químicos durante todo el año, aun en fases de luz solar, que pueden ser claves en la formación de nubes y en otros procesos ligados al cambio climático.
El autor principal de este trabajo que se publica en el último número de Science, el investigador conquense Alfonso Saiz-López, miembro del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, explicó a Efe que, a los científicos les ha "sorprendido" detectar tan "altas concentraciones" de óxido de bromo y de óxido de yodo suspendido sobre el hielo del Antártico, en contraste con lo que sucede en el Ártico, en donde no se ha detectado yodo. Ha resultado sorprendente además comprobar que esas concentraciones persisten aun en períodos de luz solar, añadió.
Este estudio demuestra, por primera vez, que el yodo aumenta "enormemente" los niveles de destrucción de ozono, hasta cuatro veces, dijo, en la capa más baja de la atmósfera del Polo Antártico, mientras que en el Ártico no se ha detectado esa sustancia. En su opinión, es de señalar además que las concentraciones detectadas en el Antártico parecen tener "importantes consecuencias en la química atmosférica de las capas inferiores"; hasta ahora, se pensaba que los efectos de esos compuestos sobre la química atmosférica estaban asociados a cambios en latitudes altas y congeladas, especialmente, pero no bajas.
Según el científico, desde hace unos veinte años se creía que las sustancias químicas denominadas halógenos, entre las que se incluyen el bromo, flúor, yodo, cloro, tenían gran impacto en la reducción de niveles de ozono en latitudes medias y del norte de la troposfera (zona inferior de la atmósfera, hasta la altura de doce kilómetros). Se sabía además de la capacidad oxidante así como de formación de aerosoles de estas sustancias en esas alturas, explicó el científico, cuya investigación fue codirigida con el Profesor John Plane de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y en la que han participado asimismo expertos de otras entidades científicas británicas.
Hasta ahora no existían mediciones directas de los halógenos activos sobre el hielo del Antártico, debido especialmente a motivos logísticos para el establecimiento de la instrumentación científica en un paraje "tan remoto" como el Antártico. Las mediciones realizadas ahora han sido posibles después de largas observaciones realizadas en la estación Halley sobre los compuestos químicos que flotan a pocos metros del casquete del Antártico.
Según el estudio, los niveles de óxido de yodo en primavera son los mayores detectados en cualquier parte de la atmósfera, y la aparente sinergia entre ese tipo de óxido y el de bromo hace pensar en la existencia de "un mecanismo emisor de yodo desconocido hasta ahora". La presencia de altas concentraciones de óxido de yodo en la atmósfera apunta a la posibilidad de formación de aerosoles de yodo; estas partículas crecerían hasta convertirse en núcleos de condensación de nubes y por tanto tendrían impacto sobre el clima.
Una investigación cuyo autor principal es español ha desvelado que, sobre el casquete helado del Polo Antártico flotan altos niveles de dos compuestos químicos durante todo el año, aun en fases de luz solar, que pueden ser claves en la formación de nubes y en otros procesos ligados al cambio climático.