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¿Quién mató al embajador italiano? La mortal emboscada revuelve las misiones de la ONU
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Luca Attanasio

¿Quién mató al embajador italiano? La mortal emboscada revuelve las misiones de la ONU

La conmoción tras el asesinato al embajador italiano en el Congo ha dado paso a las preguntas y a las polémicas que han salpicado también a distintos organismos de la ONU

Foto: El cuerpo de Luca Attanasio llega al aeropuerto de Roma. (Reuters)
El cuerpo de Luca Attanasio llega al aeropuerto de Roma. (Reuters)

Ya ocurrió algo parecido en enero de 1993. Un levantamiento de tropas que se enfrentaban al dictador Mobutu Sese Seko (1965-1997) derivó en sangrientos choques en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo (RDC), y el embajador francés perdió la vida. Casi 30 largos años después ha sido el turno de Luca Attanasio (43 años), embajador italiano en el país, quien el lunes fue brutalmente asesinado tras caer víctima de una emboscada —en la que también fueron asesinados el carabinero Vittorio Iacovacci y el chófer Mustapha Milambo—, cuando transitaban por la carretera N2 a poca distancia de Goma (este), cerca de la frontera con Ruanda y del parque nacional de Virunga, el más antiguo de África.

Rápidamente, la conmoción ha dado paso a las preguntas —¿cómo pudo pasar?— y a las polémicas —¿de quién es la culpa?—, que han salpicado también a distintos organismos de la ONU, entre ellos el Programa Mundial de Alimentos (PMA), cuya delegación Attanasio acompañaba —en el marco de una visita a un programa de alimentación escolar— cuando tuvo lugar el ataque. Una primera respuesta: la decisión de declarar segura la ruta elegida por el convoy del PMA, donde finalmente se produjo el ataque. De hecho, en una nota difundida el lunes, el PMA sostuvo que “el ataque ocurrió en una carretera que previamente había sido autorizada para viajar sin escoltas de seguridad”, una versión que 'a posteriori' muchos han criticado con dureza por muchos motivos. Algunos: la presencia de más de 100 grupos armados en la zona, entre ellos las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), la Cooperativa para el Desarrollo del Congo (Codeco), las milicias hutu Nyatura, los Mai Mai, el M23 y el Estado Islámico en África Central (ISCA). En este contexto, tan solo en 2020, murieron más de 2.000 civiles en las provincias del noreste de este país, según una denuncia de la semana pasada del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

La ONU, cuestionada

En su declaración urgente de este jueves ante el Parlamento italiano, el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Luigi Di Maio, fue claro. Evitó la crítica directa al PMA, aunque subrayó que la misión de Attanasio respondía a “una invitación de la ONU, y por tanto también el recorrido del coche se realizó en el marco de la organización prevista por el PMA”.

Di Maio también explicó que el embajador había llegado previamente a la zona en un avión de la MONUSCO, la misión de la ONU en la República Democrática del Congo, y que el carabinero que acompañada a Attanasio, entrenado por un programa de adiestramiento de élite en Italia, tenía en dotación una pistola. No fue suficiente cuando se produjo el ataque, presuntamente llevado a cabo con armas ligeras y que empezó cuando el paso de los vehículos fue bloqueado por disparos en el aire y algunos obstáculos puestos en la ruta por la que transitaba el convoy.

Por ello, dijo Di Maio, “hemos pedido formalmente al PMA y a la ONU la apertura de una investigación para esclarecer qué pasó, las razones que justifican el dispositivo de seguridad aplicado y a quién incumbe la responsabilidad de esas decisiones", dijo Di Maio ante los diputados. "Hemos explicado que esperamos, lo más rápido posible, respuestas claras y exhaustivas", añadió sobre las circunstancias que le costaron la vida a su diplomático, asignado a Congo desde 2017, nombrado embajador en 2019 y muy comprometido con varios proyectos de ayuda a la población local.

Recortes con Trump

Pero no solo el PMA ha sido puesta en el punto de mira. También muy sonada ha sido la polémica contra MONUSCO, que desde 2010 opera con poco éxito en el intento de pacificar al país, a pesar de que tenga a su disposición unos 18.000 efectivos, entre ellos más de 12.000 soldados, y un presupuesto anual muy alto (1.154 millones de dólares en 2020-2021, según la última información publicado por la organización). En la actualidad, la misión está integrada principalmente por tropas y policías procedentes de Pakistán, India, Bangladés, Senegal y Egipto.

En los últimos años la misión ha sufrido recortes. En concreto, bajo la presión de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad votó en marzo de 2017 por recortar 2.000 soldados de MONUSCO, a la vez de que todos los Estados miembros de ONU acordaron ese mismo año un recorte en el presupuesto. Para más inri, el secretario general de la ONU, Antonio Gutierres, ha insistido en reiteradas ocasiones en que cifras sustanciales de los fondos asignados a esta misión han quedado sin pagar. Esto coincidió con la ventilada decisión de la administracion de Donald Trump de recortar su presupuesto destinado a las misiones en África.

Pero la misión tampoco ha sido siempre vista con buenos ojos por la política congoleña. En 2018, el saliente jefe de Estado, Joseph Kabila, llegó a decir que la misión MONUSCO debía irse del país en el año 2020, mientras que el actual presidente, Felix Tshisekedi, afirmó que los soldados del operativo deberían estar “mejor armados y preparados”, según reportó en 2019 el portal AfricaNews.

Camillo Casola, investigador especializado en África del Instituto per gil Studi di Politica Internazionale (ISPI), cree que este enfoque es razonable. “Las críticas a la ONU, y a MONUSCO en particular, son justificadas en la medida en que, a pesar de la longevidad de este operativo y la amplitud de recursos a disposición, el objetivo fundamental de proteger a los civiles, en especial en la zona noreste, y estabilizar el país, no se ha conseguido”, afirma Casola, en entrevista con El Confidencial. “En los últimos dos años, el número de ataques y de víctimas en RDC, así como el de desplazados, ha alcanzado máximos, lo que muestra un empeoramiento de la situación de seguridad en el país y la ineficacia de la contribución de la ONU”, añade Casola.

Minerales para los móviles

El empeoramiento del que habla este analista es, en efecto, visible en la hemeroteca. Desde hace tres décadas, los conflictos en el RDC siguen siendo heridas que no sanan. Tras el terrible conflicto de 1998 y 2003 —que dejó millones de muertos—, el país se hundió en el desgobierno de Joseph Kabila quien, tras 17 años en el poder, abandonó su puesto en 2018. Desde entonces las cosas no han ido mucho mejor, en particular en el noreste, una zona presa de grupos armados, políticos corruptos y —aquí una clave importante— multinacionales que se lucran con este país rico en minerales.

También Di Maio insistió sobre este aspecto. “Esta emboscada ocurrió en una región en la que hay una seguridad muy frágil, en un país que encarna algunas de las contradicciones de África: enormes riquezas naturales, pobreza y violencia. En Congo hay amplias reservas de cobre, un cuarto del oro que hay en el mundo, un tercio de diamantes, cobalto y coltán, minerales cada vez más codiciados para móviles y baterías”, subrayó Di Maio, al añadir que su país “no se ahorrará ningún esfuerzo para llegar a la verdad”. “Sobre la dinámica del ataque ya investiga la Fiscalía de Roma, y una misión de los ROS (carabineros) ya ha viajado a la región”, aclaró el titular de Exteriores de Italia. Según la autopsia practicada en Italia a cuyas conclusiones ha tenido acceso el diario local 'La Repubblica', ambas víctimas recibieron dos balas que les atravesaron de izquierda y a derecha.

Un reflejo del avispero que rodea la muerte de Attanasio también se ha visto en la carrera salpicada de acusaciones mutuas ocurridas tras la mortífera emboscada. Se han publicado múltiples versiones sobre las circunstancias que llevaron a la muerte del embajador. Además de por qué una ruta situada en una de las zonas más peligrosas de África había sido declarada “segura” para ir sin escolta, tampoco se entiende la razón del ataque. Se ha especulado sobre un posible secuestro de “hombres blancos”, pero no hay pruebas claras de esto, lo que ha aumentado las sospechas sobre lo que podría estar detrás.

Múltiples versiones

Tampoco se sabe quién llevó a cabo el ataque. El Gobierno congoleño ha acusado a las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), una guerrilla de hutus que está activa desde 2000. Pero FDLR no solo no ha reivindicado el ataque, si no que además lo negó y acusó al ejército ruandés y congoleño, según un comunicado citado por el periódico local 'Actualité'. “La responsabilidad de este vil asesinato debe buscarse en las filas de esos dos ejércitos y de sus patrocinadores que acordaron una alianza contra natura para perpetuar el saqueo del este de RDC”, afirmaron en una nota. Por ello, FDLR “exige a las autoridades congoleñas y a MONUSCO esclarecer las responsabilidades de este vil asesinato en lugar de recurrir a acusaciones precipitadas”.

Luigi Di Maio, ministro de Exteriores de Italia. (Reuters)Más aún, en las primeras horas después del ataque, uno de los primeros en desentenderse fue el Ministerio congoleño de Interior que, en una nota, aseguró que “los servicios de seguridad y las autoridades provinciales no pudieron garantizar la seguridad particular del convoy" del embajador italiano y de su séquito, “por falta de información sobre su presencia en esta parte del país”. Y así mismo, el comisario de la policía del norte de Kivu, Aba Van Ang, quien subrayó que las autoridades no habían sido informadas del viaje del embajador. “Ni la policía ni el ejército estaban al tanto”, subrayó el militar, en declaraciones a la prensa local.

El martes en la tarde, el PMA emitió un segundo comunicado sobre los hechos. De acuerdo con esta información, el convoy atacado incluía dos vehículos del PMA en el que viajaban siete personas —de los cuales cinco funcionarios de la organización, entre ellos Mansour Rwagaza, experto en seguridad del PMA— que abandonaron Goma a las nueve de la mañana. Una hora después, a las 10:15 aproximadamente, los dos vehículos fueron detenidos por un grupo armado y sus pasajeros fueron obligados a descender de los coches. El chófer Mustapha Milambo fue asesinado poco después, mientras que el resto fue obligado a adentrarse en los bosques cercanos y allí comenzó el enfrentamiento armado.

Durante este tiroteo, el carabinero Iacovacci perdió la vida, y Attanasio fue herido con una bala en el estómago que provocó su posterior fallecimiento en el hospital de Goma.

Mensaje a los socios

Como era de esperar, el trágico ataque ha disparado las alarmas de la diplomacia europea y estadounidense. Un funcionario de la nueva administración del presidente estadounidense Joe Biden se puso en contacto con las autoridades italianas para expresar su preocupación por los hechos, según informaron fuentes italianas. Y el debate también ha servido al principal partido de la oposición italiana, el derechista Fratelli D’Italia (FdL), para tirar dardos contra el Gobierno de Roma. “Tenemos la sospecha de que el Ministerio de Asuntos Exteriores (de Italia) invierte cada vez menos en la seguridad de las legaciones diplomáticas y en los servicios secretos”, criticó Andrea del Maestro delle Vedone, diputado de FdL.

Todo ello, sin embargo, no ha implicado la decisión de disminuir su presencia en el país, o retirarse de los programas de cooperación que apoya en África. Al revés. Di Maio insistió en que “para honrar” la memoria de Attanasio —cuya mujer, Zakia Seddiki, es fundadora de la ONG Mamá Sofia, que ayuda a madres y jóvenes en Congo— habrá que “reforzar nuestra atención en este continente”, un mensaje que también pareció dirigidos a los socios europeos.

Es necesaria una política “que ponga África en el centro de la atención internacional. Es lo que pedía Luca (Attanasio) y lo que creemos”, dijo Di Maio. “Hay que acercar África a Italia”, ha dicho, en la misma línea, Piero Fassino, diputado y uno de los directivos del Partido Democrático (PD), socio del Movimiento 5 Estrellas que integra Di Maio. Pronto se verá si era solo una cortina de humo.

Ya ocurrió algo parecido en enero de 1993. Un levantamiento de tropas que se enfrentaban al dictador Mobutu Sese Seko (1965-1997) derivó en sangrientos choques en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo (RDC), y el embajador francés perdió la vida. Casi 30 largos años después ha sido el turno de Luca Attanasio (43 años), embajador italiano en el país, quien el lunes fue brutalmente asesinado tras caer víctima de una emboscada —en la que también fueron asesinados el carabinero Vittorio Iacovacci y el chófer Mustapha Milambo—, cuando transitaban por la carretera N2 a poca distancia de Goma (este), cerca de la frontera con Ruanda y del parque nacional de Virunga, el más antiguo de África.

Joe Biden Ministerio de Asuntos Exteriores