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Los cierres de escuelas afectan para siempre: los niños ganarán un 3% menos toda su vida
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Según un informe de la OCDE

Los cierres de escuelas afectan para siempre: los niños ganarán un 3% menos toda su vida

Un informe de la OCDE advierte que, en el caso de los estudiantes desde primaria a secundaria afectados por los cierres de escuelas, probablemente ganen un 3% menos toda su vida

Foto: Niños en una escuela en Toronto. (Reuters)
Niños en una escuela en Toronto. (Reuters)

"Cerrar las escuelas debe ser el último recurso", ha declarado esta semana el director general de la OMS, Tedros Adhanom. "Cerrar las escuelas por largos periodos de tiempo tiene consecuencias devastadoras para los niños", señalaba este mismo martes Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef. "[Si no van a clase] Están más expuestos a violencia física y emocional. Su salud mental se ve afectada, son más vulnerables al trabajo infantil o al abuso sexual...". Pero no solo eso: según un reciente informe de la OCDE, los menores afectados por los cierres prolongados de escuelas verán también afectados sus ingresos el resto de su vida adulta. Y eso no solo en los países pobres, sino también en los países más desarrollados.

"Las pérdidas [de rendimiento educativo provocadas por los cierres] tendrán un impacto económico duradero tanto en los estudiantes afectados como en los propios países, a menos que sean remediadas efectivamente", reza el informe de la OCDE, publicado este septiembre. Sus datos pronostican que los estudiantes de los grados 1-12 (primaria y secundaria) alcanzarán de media un 3% menos de ingresos durante toda su vida, comparados con el histórico de no haber sufrido los cierres escolares por la pandemia. El informe no se detiene ahí: para los países, estas pérdidas podrían traducirse a largo plazo en un crecimiento del PIB un 1,5% más bajo del potencial esperado para el resto del siglo.

"El valor actual de las pérdidas económicas para los países alcanza proporciones enormes", advierte la OCDE.

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La OCDE no es el único organismo que pronostica un futuro incierto para los jóvenes afectados por los cierres escolares. Un estudio publicado este junio por un investigador del King's College de Londres calculaba las pérdidas de ingresos en la vida futura de los jóvenes de Estados Unidos de entre 2 y 2,5%, y otro estudio, de la Royal Society, publicado este julio, estimaba también un 3% de pérdidas de ingresos para los estudiantes de Reino Unido.

Con el estallido de la pandemia de covid-19 y con la mayoría de gobiernos luchando a ciegas contra un virus todavía casi desconocido, el cierre de las escuelas fue una de las primeras medidas tomadas para intentar controlar su expansión. En el peor momento de la pandemia educativa, la primera semana de abril, 1.596 millones de alumnos se vieron afectados por los cierres de escuelas ordenados en más de 190 países, según un 'timeline' recogido por la Unesco. A día de hoy, 870 millones de estudiantes, o "la mitad de la población estudiantil en 51 países" todavía no han podido regresar a las clases.

Con la llegada de septiembre y el inicio del curso escolar muchos países están reabriendo sus escuelas, entre dudas sobre el potencial transmisor del coronavirus de los colegios e institutos. Algunos países, como Israel, se vieron forzados a volver a cerrar los centros educativos tras un tremendo rebrote. Otros celebran con cautela sus primeros pasos en la "nueva normalidad", como Francia, que en las dos primeras semanas de curso "solo" ha tenido que cerrar 81 colegios y 2.100 clases, "un 0,13% de las escuelas y un 0,3% de las clases; la vuelta ha sido buena", ha declarado este miércoles el ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer. En España, más de 100 colegios han vuelto a cerrar tras detectar casos entre sus alumnos o profesores tras apenas una semana desde el inicio del curso en la mayoría de comunidades autónomas.

Consecuencias económicas

Hasta el momento, se había hablado especialmente de un ramo de consecuencias negativas para los alumnos, desde psicológicas por el encierro desmedido o por la falta de contacto con otros menores, físicas y sexuales por estar más vulnerables a abusos en casa, sociales por la mayor facilidad de acabar en el trabajo infantil o matrimonios y embarazos prematuros para las niñas, e incluso sanitarias en los países más pobres por la dificultad de acceder a un calendario de vacunación o incluso alimentos regulares que muchas escuelas ofrecen. Pero ahora las consecuencias medibles son también económicas.

Las pérdidas educativas de los jóvenes, que se exacerbarán si continúan los cierres de escuelas o se vuelven a imponer con los rebrotes, "seguirán a los estudiantes al mercado laboral, y tanto los estudiantes como sus países sentirán muy seguramente los resultados económicos adversos [de esas pérdidas educativas]", sostiene el informe de la OCDE.

La relación entre pérdidas educativas y menores ingresos en el futuro es especialmente exacerbada para los niños en países donde mayores habilidades cognitivas y más años de escolarización conducen a mayores ingresos. La fuerza laboral en sí se volverá menos calificada que en 2019 a medida que un número cada vez mayor de personas nuevas y menos capacitadas [por las pérdidas educativas] ingresen al mercado laboral y reemplacen a las más calificadas que se jubilan.

placeholder Una clase organizada en una antigua biblioteca del colegio en Roma. (EFE)
Una clase organizada en una antigua biblioteca del colegio en Roma. (EFE)

Hay que añadir además un nuevo riesgo: al menos 24 millones de estudiantes podrían abandonar la escuela por culpa de la pandemia, según ha advertido la ONU este martes. "Cuanto más tiempo están los niños fuera de la escuela, es menos probable que regresen", ha declarado Henrietta Fore, directora de Unicef. Y si aumentan los estudiantes que dejan la escuela y la educación, aumentan los jóvenes con menos perspectivas de ingresos el resto de su vida futura.

Los jóvenes que sentirán más profundamente las pérdidas económicas son los de un estrato social más desfavorecido: los estudiantes cuyas familias son menos capaces de apoyar el aprendizaje fuera de la escuela enfrentarán mayores pérdidas de aprendizaje que sus compañeros más favorecidos, lo que a su vez se traducirá en mayores pérdidas de los ingresos de por vida. Algunas organizaciones están advirtiendo que los cierres escolares están ampliando la brecha entre estudiantes de familias con mayores ingresos y los de menos, efectivamente ampliando la futura brecha entre clases sociales y poniendo trabas a la escalera social.

"El valor actual de las pérdidas económicas para los países alcanza proporciones enormes", advierte el informe de la OCDE, que incide en la necesidad no sólo de adaptar las escuelas y los profesores a las nuevas necesidades y huecos de aprendizaje que ya hayan dejado los meses de cierre de la primavera de 2020, sino también de algún tipo de programas o estímulos económicos para hacer frente no "sólo a la logística de una reapertura segura", sino a "los impactos económicos a largo plazo".

"Cerrar las escuelas debe ser el último recurso", ha declarado esta semana el director general de la OMS, Tedros Adhanom. "Cerrar las escuelas por largos periodos de tiempo tiene consecuencias devastadoras para los niños", señalaba este mismo martes Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef. "[Si no van a clase] Están más expuestos a violencia física y emocional. Su salud mental se ve afectada, son más vulnerables al trabajo infantil o al abuso sexual...". Pero no solo eso: según un reciente informe de la OCDE, los menores afectados por los cierres prolongados de escuelas verán también afectados sus ingresos el resto de su vida adulta. Y eso no solo en los países pobres, sino también en los países más desarrollados.

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