'Caso Brassner': el único muerto de la Torre Trump que odiaba vivir allí (y al magnate)

Sábado 7 de abril. Planta 50 de la Torre Trump en la céntrica Quinta Avenida de Manhattan. Un incendio acaba con la vida de Todd Brassner, un comerciante de arte venido a menos que fue amigo personal de Andy Warhol. Desde ese día, se han conocido cada vez más cosas de él como que le gustaban los coches de lujo o que el artista le pintó un retrato en 1975, pero hasta ahora no se sabía que odiaba vivir allí. Había intentado mudarse en varias ocasiones pero nadie le comparaba su apartamento. Lo puso a la venta por 2,5 millones de dólares pero ningún comprador llamó a su puerta.

Su deteriorado estado de salud le impedía apenas salir a la calle a sus 67 años. Criticaba sin parar a Donald Trump, sobre todo tras ser elegido presidente de Estados Unidos. Desde entonces, un odio enfermizo hacia el magnate le corroía por dentro. Así lo relata uno de sus amigos al 'New York Daily News': "Pensaba que Trump era lo peor para este país". De hecho, el 'odio' era mutuo, sobre todo tras las continuas quejas de Brassner por el incremento del despliegue de seguridad cada vez que Trump o algún miembro de su familia acudía al edificio.

Sus tiempos de ricachón y de coleccionista de piezas de arte terminaron en 2015 cuando lo perdió todo, sin embargo, poco después recibió un buen pellizco de una herencia familiar y retomó el vuelo hasta que en 2016 el dueño del edificio en el que vivía anunciaba su candidatura a la Casa Blanca. Desde entonces, su casa era "como vivir en un campamento armado" tal y como cuenta su amigo Stephen Dwire en 'The New York Times'.

¿Pudo Trump evitar su muerte?

El único hombre que murió en la Torre Trump falleció solo, en una casa que odiaba y sin la esperanza de que nadie se la compara. Sin embargo, su muerte pudo evitarse. Tal y como publican varios medios de Estados Unidos, el rascacielos del presidente carecía de una instalación de aspersores o rociadores antiincendios. A pesar de que la Torre Trump se construyó en 1983 y no era necesario instalarlos, en 1999 el Ayuntamiento de Nueva York obligó que a partir de esa fecha los edificios de nueva construcción o que se fueran a renovar contaran con este tipo de dispositivos tras varios incendios en edificios de Manhattan.

Sin embargo Trump, uno de los grandes magnates del mundo inmobiliario por aquel entonces y amigo del alcalde Giuliani, se opuso a este tipo de modernización en edificios anteriores a 1999 ya que creía que era algo innecesario y costoso. Y así lo consiguió. El edificio no colocó ni un solo aspersor a pesar de que allí vivió con su familia y tuvo la sede central de sus negocios hasta su llegada a la Casa Blanca.