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Los inversores en México pierden el miedo a Trump
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"ya no creen en sus amenazas comerciales"

Los inversores en México pierden el miedo a Trump

Los inversores han dejado de creer en sus amenazas. El principal índice de la bolsa mexicana está en máximos históricos. El mercado descarta la destrucción del NAFTA

Foto: Mexicanos se manifiestan contra el presidente de EEUU, Donald Trump, en Ciudad de México. (Reuters)
Mexicanos se manifiestan contra el presidente de EEUU, Donald Trump, en Ciudad de México. (Reuters)

Donald Trump sería el fin de la economía mexicana, o al menos eso se auguraba. Tras frases memorables como “el Tratado de Libre Comercio (NAFTA) es el peor acuerdo de la historia” o el famoso “México pagará el muro”, los inversores huían de la nación azteca después de la inesperada victoria de un presidente que prometía ser el azote de cualquier empresa interesada hacer negocios en el país de los “bad hombres”. Solo dos días después de que se hiciera con la Casa Blanca, el peso y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se hundían casi un 10% cada uno.

Pero tras casi 100 días de gobierno del republicano, los inversores en México han dejado de creer en sus amenazas y tanto la BMV como el peso se encuentran ya en niveles a.T. (antes de Trump). Es más, el IPC, el principal índice de la bolsa mexicana se encuentra en máximos históricos superando por primera vez los 49.000 puntos y, por su parte, la moneda ha roto a la baja la barrera psicológica de los 20 pesos por dólar cotizando en torno a 18,7, un tipo de cambio impensable para muchos mexicanos después de devaluarse alrededor de un 20% a lo largo de 2016.

“Los inversores ya no dan credibilidad a que implemente una política comercial tan dura como prometió durante la campaña, lo que ha devuelto la confianza en México”, asegura Jorge Sánchez Tello, economista de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), un think tank. El mercado descarta la destrucción del NAFTA -como bramaba el magnate- con aranceles del 20% hasta el 35% a las importaciones aztecas y todo parece indicar que veremos una renegociación del tratado en la segunda mitad del año, generando una mayor certidumbre en el comercio México-EE.UU., una relación que ronda los 500.000 millones de dólares al año.

Y el Gobierno de Trump, consciente del impacto que tendría la desaparición del NAFTA en la economía de algunos de sus estados, ya da pasos en esa dirección. A finales de marzo, la Administración entregó al Congreso un primer borrador con los cambios generales que le gustaría realizar al acuerdo y los dos países hablan públicamente sobre una “modernización” del tratado en vez de su eliminación.

Pero los mercados suelen adelantarse a los comunicados oficiales y el peso y la bolsa llevan un fuerte recorrido alcista desde inicios de febrero, es decir, hace tiempo que los mercados vieron que los intimidantes ‘tuits’ a las industrias y a las empresas que planearan invertir en México eran un ‘farol’ de Trump para presionar en las futuras negociaciones. Ya lo dijo Carlos Slim en una conferencia en enero: “Trump no es terminator, es negotiator”, afirmó entonces el magnate.

De hecho, la gran mayoría de las multinacionales han continuado con sus planes de expansión. BBVA, por ejemplo, anunció este año una inversión de 1.500 millones de dólares para fortalecer su negocio en México, país que supuso casi el 50% del beneficio atribuido del banco en 2016. O el gigante de los supermercados Walmart, incrementará en un 20% su inversión en el país azteca hasta alcanzar los 900 millones de dólares sólo en 2017.

“Los movimientos de estas empresas demuestran que su apuesta en México es a muy largo plazo y Trump como mucho estará ocho años. Es decir, su estrategia va más allá que el mandato de un presidente”, explica Sánchez Tello.

“Tenemos previstos varios escenarios, y en el que planteamos la destrucción del NAFTA le damos prácticamente un 0% de probabilidad”

“Tenemos previstos varios escenarios y en el que planteamos la destrucción del NAFTA le damos prácticamente un 0% de probabilidad”, indica Armando Rodríguez, analista bursátil de Signum Research, quien asegura que la BMV todavía tiene recorrido para continuar alcista a corto si, irónicamente, se cumplen las promesas de Trump de invertir 1 billón de dólares en infraestructura y de realizar recortes masivos de impuestos a empresas, dos factores que han llevado a Wall Street a continuar batiendo máximos históricos en 2017.

“Muchas empresas mexicanas tienen una fuerte exposición a EE.UU., por lo que sus resultados se verían muy beneficiados por estas iniciativas de Trump”, estima Rodríguez sobre unas promesas electorales que podrían dejar de dar alas a la bolsa estadounidense si en las próximas semanas el presidente no comienza a concretar en qué consistirá su ambicioso plan de infraestructura y cómo serán las reducciones fiscales a empresas y asalariados, según el analista.

Pero la bonanza que ha vivido México en el primer trimestre también tiene causas internas. México importa el 70% de sus gasolinas y tanto el dólar como el del barril WTI se han abaratado desde enero, lo que ha aliviado significativamente la creciente inflación, que se espera que ronde el 5,6% en 2017. Igualmente, el banco central mexicano, Banxico, ha mantenido una estricta política monetaria para contener el galopante aumento de precios, subiendo hasta tres veces la tasa interés en lo que va de año, adelantándose así a los movimientos al alza que está realizando la FED.

Todavía, no obstante, es un poco pronto para que México cante victoria. “Hemos sorteado de manera exitosa esta primera etapa del Gobierno de Trump”, seña Sánchez Tello, quien si bien asegura que se ha vuelto a la certidumbre, resulta imposible saber cuándo pueda ocurrir una nueva crisis. Aunque, en opinión del economista, con Trump los inversores han aprendido una cosa: “No va a poder cumplir todas sus promesas porque en EE.UU. hay muchos contrapesos que limitan sus discursos. En otras palabras, no le están dejando hacer sus locuras”, sentencia.

Donald Trump sería el fin de la economía mexicana, o al menos eso se auguraba. Tras frases memorables como “el Tratado de Libre Comercio (NAFTA) es el peor acuerdo de la historia” o el famoso “México pagará el muro”, los inversores huían de la nación azteca después de la inesperada victoria de un presidente que prometía ser el azote de cualquier empresa interesada hacer negocios en el país de los “bad hombres”. Solo dos días después de que se hiciera con la Casa Blanca, el peso y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se hundían casi un 10% cada uno.

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