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Los europeos (incluso los españoles) son más ricos que los estadounidenses
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EL CIUDADANO MEDIO DE USA ES UN 20% MÁS POBRE

Los europeos (incluso los españoles) son más ricos que los estadounidenses

En EEUU, el 10% más rico posee el 75% de la riqueza total. Si eliminamos el efecto de la élite, la mayoría es un 20% más pobre que la mayoría de los europeos

Foto: Tres veteranos de guerra estadounidenses hablan en un campo de Aurora, Illinois (Reuters).
Tres veteranos de guerra estadounidenses hablan en un campo de Aurora, Illinois (Reuters).

Gran parte de la admiración que muchos profesan por Estados Unidos proviene de su poderío militar, de su cuasi infalibilidad geoestratégica. Otro buen porcentaje se debe a su cultura, floreciente, dominante, imán para los grandes cerebros de todo el mundo. Nueva York, Hollywood y Washington son la nueva corte del planeta, metrópolis como en su día lo fueron Londres, París o Madrid. Y hay también gente que cree, equivocadamente, que los estadounidenses son más ricos que los ciudadanos del Viejo Continente, y por ello se declara admiradora de su sistema político-económico. Sin embargo, su creencia se asienta sobre cálculos falsos. En realidad, Estados Unidos tiene más ricos y sus ricos lo son más, pero el ciudadano medio es más pobre que el europeo.

El error de percepción proviene de la imagen que se proyecta, pero también del uso de indicadores imprecisos, como el PIB per cápita, una mala medida en tanto que es temporal, pues dura tan sólo un año. Además, enmascara las distorsiones de las desigualdades de distribución de la renta, algo clave en Estados Unidos, donde el 10% más opulento posee el 75% de la riqueza total, según un estudio del Congreso.

Si eliminamos el efecto distorsionador de la élite estadounidense, la mayoría de los norteamericanos es un 20% más pobre que la mayoría de los europeos. Dicho de otra forma: es mejor nacer en Europa, puesto que es mucho más probable uno lo haga en el 90% de los de abajo que en el 10% de los privilegiados.

Pensemos en un linaje familiar, digamos el de los González. Son, supongamos, 100 miembros en total. Sólo los parientes que viven en Estepona son ricos. El resto malvive tratando de llegar a fin de mes. En estas circunstancias, ¿diríamos que los González son ricos? Es cierto que los de Estepona tienen de todo: yates, mansiones, millones en el banco. Su riqueza total es de 500 millones, y son 10 personas.

El resto de los González, 90 miembros, son clase media o pobres: se reparten entre todos 5 millones en total. Cuando se calcula la riqueza media de los González, el valor resultará muy alto, parece que tienen 505 millones entre 100 miembros, y por tanto tocan a 5 millones por cabeza. Pero si se hace un mínimo esfuerzo por aproximarse a la realidad, se tratará de eliminar la distorsión que provoca la riqueza de los familiares de Estepona. En este caso, lo que hay que repartir son 5 millones entre 90 personas: tocarían a 55.000 euros por cabeza. La riqueza media del 90% de los González es de 55.000 euros por persona. No, no se podría decir que la referida familia es rica.

El europeo medio es un 18% más rico

Ese valor mediano es la otra forma más adecuada de acercarse al valor real de lo que tienen las clases medias. En este sentido, el valor mediano de la riqueza en EEUU es de 45.000 dólares, mientras que el de España es de 120.000 y el de Europa oscila entre 110.000 y 140.000

Hay varias formas de eliminar el efecto de distorsión de los más adinerados. La primera, sugerida por este corresponsal, es la de eliminar a los “familiares de Estepona” de la ecuación, sustraer de la media al 10% más potentado y lo que a este le corresponde de riqueza. En ese caso resulta que cada europeo del 90% es, de media, un 18% más rico que el estadounidense. A cada europeo le corresponden unos 70.100 dólares de la riqueza nacional, frente a los 59.200 de cada estadounidense. (Ver los cálculos al final del texto)

“Esta es una idea interesante, porque se acerca al valor mediano” de la distribución de riqueza, nos confirma por e-mail Tony Shorrocks, coautor del Informe de Riqueza Global de Credit-Suisse. “Quizá incluso habría que quitar al 10% más pobre también, porque en Estados Unidos incluye a muchos estudiantes con deudas”, explica refiriéndose a los cuantiosos préstamos que los jóvenes deben a las universidades, a menudo durante años después de haberse licenciado.

Ese “valor mediano” que sugiere el informe de Credit-Suisse es la otra forma más adecuada de acercarse al valor real de lo que tienen las clases medias de los países. En este sentido, el valor “mediano” de la riqueza en Estados Unidos es de tan sólo 45.000 dólares, mientras que el de España es de 63.300 y en Bélgica, Francia, Reino Unido e Italia oscila entre 110.000 y 150.000.

“Si se ordena a los ciudadanos por niveles de riqueza, desde el que menos tiene al que más posee, la mediana es lo que posee el que está en medio de ese ranking”, explica a El Confidencial el sociólogo Eduard Bonet. “Así, aunque los más ricos multipliquen por 1.000 su riqueza, o los más pobres empeoren todavía más, la mediana seguirá siendo la misma”. Es el valor que mejor se puede utilizar si se quiere saber cuál es la riqueza de la clase media: es, de hecho, lo que tiene justo la persona que está en medio, con igual número de gente que gana más a derecha y a izquierda de la distribución.

La clave es la desigualdad en la riqueza

Estados Unidos está en la posición 27 de la lista de valor mediano de la riqueza, encabezada por Australia, Luxemburgo y Japón, donde España se sitúa en el lugar número 20. ¿Qué tipo de riqueza se está teniendo en cuenta en el informe? “La riqueza de los hogares, la suma de las propiedades inmobiliarias (sobre todo casas) y los activos financieros (ahorros, pensiones, etcétera) menos la deuda”, nos explica Shorrocks. Es decir, no se trata de determinar la calidad de las economías, o los estándares de vida y consumo, sino de los activos con que cuentan los ciudadanos de cada país.

Cuesta creerlo. ¿El ciudadano medio español, un país con un 27% de desempleo, es más del doble de rico que el americano? ¿Quizá por la tendencia a poseer más casas? “Ese puede ser un factor: el valor de las casas en Estados Unidos cuando sales de las grandes ciudades es realmente bajo. Pero la clave más importante es la desigualdad en la riqueza”, afirma Shorrocks. “El desempleo afecta más a los ingresos que a la riqueza. Por supuesto, se pueden ver los efectos a largo plazo”.

Hay datos que matizan esta realidad. Si se quiere ajustar por el acceso a la salud, a la educación y a los otros valores esenciales de una existencia digna, el mejor indicador es el Índice de Desarrollo Humano Ajustado por Desigualdad de Naciones Unidas. En esta lista, Estados Unidos se sitúa en el número 16 (según datos de 2012), por encima de España (20), Francia (18) y Reino Unido (19), aunque por debajo de Australia, Noruega, Alemania, Holanda o Suiza, entre otros muchos. El efecto de la crisis es claro: si para Estados Unidos lo peor de ella fue en 2009, para Europa llegó en 2011. Hace dos años, de hecho, España aún estaba en el lugar 17; Francia, en el 16; y Estados Unidos, abajo en el 23.

Al menos en EEUU es más fácil medrar en la escala social...

En Estados Unidos, el 10% más rico posee el 75% de la riqueza total. Si eliminamos el efecto distorsionador de la élite estadounidense, la mayoría de los norteamericanos es un 20% más pobre que la mayoría de los europeos

Si la distribución de riqueza hace que el estadounidense medio sea considerablemente más pobre que el europeo, ¿no es al menos cierto que en el país del sueño americano es más fácil medrar en la escala social? No, esto también es falso. La porosidad social, la posibilidad de acabar en un “quintil” (una de las partes si dividimos la sociedad en tramos de 20% de riqueza) superior, es más baja en Estados Unidos. El 42% de los hombres que han nacido en el quintil inferior se quedan ahí para siempre, frente al 25% de los daneses o suecos y el 30% de los ingleses. Francia, Canadá, Alemania, Noruega, Finlandia… todas superan a Estados Unidos, estas últimas incluso triplican esas posibilidades, según Time Magazine.

Estados Unidos es un gran lugar para la mitad de la población, y un lugar inhóspito con pocas salidas para el resto: sin bajas pagadas por enfermedad, con 48 millones de personas sin seguro médico o con seguros precarios, donde el acceso universal gratuito a la educación se ve como una quimera europea. Y es que, aunque la realidad del país es múltiple, al ciudadano medio le va mucho mejor al otro lado del Atlántico.

Nota metodológica

En Estados Unidos, el 75% de la riqueza pertenece al 10% de la cúspide de la pirámide social, según datos de 2010 de la Oficina de Investigación del Congreso de EEUU. En Europa, la cifra cae al 50%, según el Banco Central Europeo.

Para Europa, de los 69 billones de dólares totales de riqueza (según el Informe sobre la Riqueza Global de Credit-Suisse) descontamos el 50% que les corresponde al 10% y lo dividimos entre el 90% de los 503 millones de habitantes totales de la Europa de los 27 en 2012. El resultado es 34,5 billones entre 492 millones de europeos: 70.100 dólares, aproximadamente.

Si se hace lo mismo para los 68 billones de dólares de riqueza estadounidense, menos el 75% que le corresponde al top 10%, y se divide entre el 90% de 313 millones de habitantes, quedan 17 billones a repartir entre 287 millones de personas: 59.200 dólares por cabeza aproximadamente.

Gran parte de la admiración que muchos profesan por Estados Unidos proviene de su poderío militar, de su cuasi infalibilidad geoestratégica. Otro buen porcentaje se debe a su cultura, floreciente, dominante, imán para los grandes cerebros de todo el mundo. Nueva York, Hollywood y Washington son la nueva corte del planeta, metrópolis como en su día lo fueron Londres, París o Madrid. Y hay también gente que cree, equivocadamente, que los estadounidenses son más ricos que los ciudadanos del Viejo Continente, y por ello se declara admiradora de su sistema político-económico. Sin embargo, su creencia se asienta sobre cálculos falsos. En realidad, Estados Unidos tiene más ricos y sus ricos lo son más, pero el ciudadano medio es más pobre que el europeo.

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