Es noticia
De dueño de un salón de belleza a comandante de una brigada islámica
  1. Mundo
LOS REBELDES SIRIOS DENUNCIAN QUE “LAS ARMAS PROMETIDAS POR EEUU Y EUROPA” NO LLEGAN

De dueño de un salón de belleza a comandante de una brigada islámica

Para los rebeldes sirios, el Ramadán es una prueba de fuerza, de voluntad. Son combatientes en primera línea del frente y por ello una fatwa los

Foto: De dueño de un salón de belleza a comandante de una brigada islámica
De dueño de un salón de belleza a comandante de una brigada islámica

Para los rebeldes sirios, el Ramadán es una prueba de fuerza, de voluntad. Son combatientes en primera línea del frente y por ello una fatwa los exime de cumplir con su obligación islámica. Pero los milicianos del grupo Liwa Al Tauhid también son musulmanes de fuerte convicción, capaces de continuar la lucha mientras ayunan.

Liwa al Tauhid es una escisión del Frente Islámico Sirio, que se formó en mayo pasado. Es una de las brigadas más grandes de Alepo con cerca de 10.000 combatientes. Su cuartel militar está a sólo 100 metros de la línea enemiga, en uno de los pocos edificios que aún se mantienen en pie porque los continuos bombardeos que se producen cada día han reducido el barrio a escombros.

Abu Abdel Rahman está al cargo un batallón de 700 hombres. Antes de unirse a la brigada islámica, el comandante era dueño de un salón de belleza. “El 98% de mis hombres cumple con el ayuno. Tienen la suficiente fuerza para luchar sin comer”, dice orgulloso, sentado en el suelo y recostado sobre una pared de la que cuelga una enorme tela negra en la que está inscrita la Shahada: “No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta”.  

Desde hace poco los combatientes rebeldes reciben una pequeña ayuda de 20 dólares al mes que proviene de donaciones privadas. Pero el armamento, que necesitan desesperadamente, sigue sin llegar. “Hemos recibido algunas armas nuevas, pero muy pocas”, lamenta el comandante rebelde. Reconoce que hace unas semanas recibieron unos cuantos proyectiles korkurs (misiles antitanque) pero “en tres días se acabaron”.

“El Grupo de Amigos de Siria (formado por EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Egipto, Italia, Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Turquía y Emiratos Árabes Unidos) dicen que quieren conseguir un equilibrio entre el Ejército de [Bachar] Al-Asad y los rebeldes, pero en realidad no quieren que ninguno de los dos bandos gane en la batalla”, se queja Abdel Rahman.

“EEUU y Europa sólo nos dan palabras. No cumplen sus promesas”

“En Alepo estamos en guerra. Necesitamos más armas, muchas armas, pero las envían a Idlib, donde ahora no hay combates. Allí tienen ahora más de 100 korkurs y los tienen almacenados”, critica, furioso, el jefe de Liwa al Tauhid. “Sinceramente, no confío en que vayamos a recibir nada. Sólo palabras y palabras. Pero, a la hora de la verdad, los amigos de Siria no cumplen con sus promesas”.

El comandante que, en otra vida lejana, regentaba un salón de belleza insiste en denunciar que el dinero que ha entregado la comunidad internacional se destina “únicamente para proyectos de reconstrucción, educación, asuntos civiles, pero nada para los combatientes sirios”. “El Consejo Nacional Sirio (CNS, rama política de la resistencia) es el siervo de la comunidad internacional. Las ayudas son para los campos de refugiados, pero qué ocurre con los millones de sirios que viven dentro del país”, denuncia el jefe rebelde.

Para Abdel Rahman no hay ninguna posibilidad de poner fin al conflicto mediante una solución política: “Hay más de 100.000 muertos en Siria. Qué acuerdo puede haber con un régimen que está masacrando a su país. Somos consientes de que vamos a seguir perdiendo a muchos civiles, pero esta revolución nació porque el pueblo está harto de Bachar Al-Asad. No hay solución posible, sólo seguir luchando”, sostiene el mando militar de Liwa al Tauhid. El régimen miente. Dijo que atacaría Alepo en Ramadán, pero no ha hecho nada

Respecto a la ofensiva inminente de las fuerzas del régimen contra Alepo, una batalla que recogen algunos medios de comunicación occidentales, el comandante rebelde sostiene que dicha operación sólo existe en los periódicos. “No hay ninguna ofensiva del régimen en Alepo. La situación no ha cambiado. Siguen los bombardeos en algunas zonas y hay combates de menor intensidad en el Oeste (bajo control de las fuerzas de Al-Asad). El régimen miente. Después de la batalla de Al Qusair dijo que atacaría Alepo en Ramadán, pero no ha hecho nada”, sentencia.

“No tenemos ningún problema con Al Qaeda. Aquí hay afganos, chechenos, iraquíes…”

Abdel Rahman apoya a los grupos yihadistas, porque “han venido para apoyar la revolución y ayudar al pueblo sirio”. “No tenemos ningún problema con el Frente Al Nusra ni otros grupos de Al Qaeda. Han asegurado que se retirarán una vez que termine la guerra. Hay afganos, iraquíes, chechenos que han venido a luchar por la revolución, pero una vez que caiga el régimen volverán a su país”, insiste.

La realidad es distinta. Los enfrentamientos entre los grupos yihadistas y el Ejército de Liberación sirio (ELS) son habituales. Un grupo denominado Estado Islámico de Iraq y de Levante (ISI-S) asesinó el pasado jueves al jefe del ELS,Kamal Hamami en Latakia. Tras el ataque, los rebeldes exigieron en un comunicado que todos los combatientes del ISI-S salieran del país. Imposible averiguar si los yihadistas han obedecido.

Tampoco es optimista Abdel Rahman sobre el futuro de una oposición unida contra Al-Asad. El comandante vierte sin tapujos sus críticas hacia la rama política de la resistencia, el Consejo Nacional Sirio (CNS): “Mohamed Khatib ha dimitido porque sabe que no tiene respaldo en Siria. Ha perdido la confianza de todas las brigadas de Alepo. Nadie cree en el CNS”. 

Para los rebeldes sirios, el Ramadán es una prueba de fuerza, de voluntad. Son combatientes en primera línea del frente y por ello una fatwa los exime de cumplir con su obligación islámica. Pero los milicianos del grupo Liwa Al Tauhid también son musulmanes de fuerte convicción, capaces de continuar la lucha mientras ayunan.