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"Que Ariel sufra en la cárcel todo lo que han sufrido esas tres chicas"
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HABLAN LOS HERMANOS CASTRO, ONIL Y PEDRO

"Que Ariel sufra en la cárcel todo lo que han sufrido esas tres chicas"

·No es nuestro hermano, es un monstruo, un monstruo del infierno”. Con esas palabras define Onil Castro, de 50 años,  a su hermano Ariel, de 52, el hombre detenido

"No es nuestro hermano, es un monstruo, un monstruo del infierno”. Con esas palabras define Onil Castro, de 50 años, a su hermano Ariel, de 52, el hombre detenido tras ser acusado de secuestrar a Amanda, Michelle y Gina durante una década. Se trata de uno de los peores secuestros que se recuerdan de toda la historia estadounidense, durante el que violó a las chicas en infinidad de ocasiones, las martirizó, e incluso las forzó a abortar a base de golpes.

En una entrevista en exclusiva a la CNN, desde un lugar desconocido en las cercanías de Cleveland (Ohio), los hermanos Castro han descrito cómo fue su detención minutos después de que las tres chicas fueran liberadas, gracias a la valentía de la mediana de todas ellas, Amanda Berry. Onil estaba en el coche con Ariel, y la policía les detuvo. "¿Te has saltado un semáforo en rojo? ¿Has dejado de pagar alguna multa? ¿Qué es lo que has hecho?”, le espetó Onil a su hermano. “No sé”, dijo Ariel. Cuando Onil preguntó al agente por qué estaba detenido si él no había hecho nada, el agente le respondió: "Por alegaciones muy serias".

Pedro Castro, de 54 años y el mayor de los tres, estaba en casa de su madre, una mujer de 71 años, durmiendo cuando la policía entró en su habitación y también fue detenido. Exactamente igual que declaró su hermano Onil, al que no vio durante las 36 horas que estuvieron encarcelados, asegura que no se enteró de lo que estaba sucediendo hasta que el interrogatorio en comisaría dio comienzo.

Los hermanos Castro (Onil y Pedro) fueron puestos en libertad al no encontrar la policía ningún indicio de que tuvieran relación con el secuestro que su hermano Ariel había perpetrado, ni tampoco conocimiento del mismo. Pedro aseguró en la entrevista que "no tenía ni idea, nunca supimos nada. Yo no sé cómo mi hermano lo ha podido hacer durante tantos años. He estado en su casa ayudándole a arreglar coches, motos, nunca hubo nada raro, salvo que él siempre ha sido algo extraño. Yo no podía entrar en la cocina, porque tenía alcohol y yo soy alcohólico. Además, tenía cortinas, no se veía nada. Siempre tenía la televisión o la radio puesta, siempre había algún ruido de fondo. ¿Cómo me iba a imaginar que algo tan horrible estaba pasando”.

Durante el coloquio, los dos hermanos revelaron que, desde que se conoció la tragedia hace unos días, vivían escondidos porque la gente pensaba que habían sido cómplices de las atrocidades de su hermano. "Estamos preocupados de que la gente crea que nosotros sabíamos algo, cuando nunca hemos sabido nada. No me imagino lo que puede ser hacer algo así, y yo, si hubiera sabido algo, no hubiera dudado un minuto en ir a la policía, fuera mi hermano o no", asevera Pedro Castro.

Para Onil, su hermano Ariel no existe desde el lunes de la detención y aseguró, que al ver las fotografías de las chicas, "se me cayó el alma. No me lo podía creer. Quiero que mi hermano sufra en la cárcel, no quiero nunca su libertad, no existe para nosotros, tiene que pagar lo que ha hecho. Estoy contento de que dejara la puerta abierta (de la casa) para que las chicas salieran. No es mi hermano, es un monstruo".

Preguntados por qué le dirían a la familia de las víctimas, lo primero que hicieron los hermanos Castro fue pedir perdón, visiblemente afectados. "Yo las diría que lo siento mucho, siempre he pensado en estas chicas perdidas... Les pediría perdón por lo que mi hermano ha hecho. Cuando supe que Ariel tenía secuestrada a Gina, me rompí", afirmó Pedro. "Nosotros conocemos a Félix, el padre de Gina de toda la vida, fuimos a colgar fotografías por las calles cuando desapareció, estuvimos juntos en las vigilias, en las búsquedas... ¡Y Ariel tenía a su hija secuestrada! ¡La hija de nuestro amigo! Es un monstruo, que no tiene corazón, no tiene sentimientos” concluyó.

Los hermanos aseguran que han concedido la entrevista porque quieren que "todo el mundo sepa que ellos nunca supieron nada, que no son culpables de nada, que es una vergüenza y algo horrible lo que les está pasando por culpa de su hermano, quien es el único responsable de cometer crímenes”. "No quiero ser castigado como un perro por un crimen que nunca cometí. Estamos recibiendo amenazas de que quemarán nuestras casas, nos insultan, nos lanzan objetos por la calle a nosotros y a nuestros familiares”, imploró Onil en otro momento de la entrevista.

El FBI continúa la investigación

En la casa del secuestrador Ariel Castro siguen trabajando los equipos de investigación del FBI y la Policía recogiendo diversos materiales. De hecho, el fiscal que lleva el caso ha pedido más pruebas del forense sobre los instrumentos encontrados en la vivienda, y con los que al parecer apaleaba y sodomizaba a las jóvenes, a las que tenía literalmente aterrorizadas. Un escenario que también ha afectado a la hija del ‘monstruo Ariel’ con Amanda Berry, una pequeña de seis años, según algunas fuentes cercanas a la familia.

De quien todavía no se tiene un documento gráfico es de Michelle Knight, la primera joven que fue secuestrada y quien podría haber sufrido al menos cinco abortos brutales. La familia de Gina DeJesus confirma que ambas chicas están en contacto.

Entre las personas que investiga el fiscal está también la exmujer de Ariel Castro, quien al menos en tres ocasiones (1989, 1993 y 1994) le denunció por violencia doméstica, aunque nunca se llegaron a investigar las denuncias. Murió el año pasado por las secuelas de las palizas que recibió. En el historial policial de Castro también figura una denuncia de un vecino al que amenazó con darle una paliza en el año 1996.

En 1998, Ariel Castro compraba y, cuatro años más tarde, secuestraba a Michelle Knight -entonces de 21 años-, que fue liberada hace apenas unos días, con los 32 ya cumplidos. Según los informes policiales a los que ha tenido acceso el NYT, y en vista de que fue “relativamente sencillo el secuestro a Michelle”, en 2003 decidió secuestrar a Amanda Berry, entonces de 16 años de edad. Un año después fue el turno de una hija de un amigo suyo, Gina DeJesus. Era abril del 2004 y Gina tenía 14 años.

Tras contrastarse el ADN de Ariel Castro con el de la pequeña nacida en cautividad, se ha confirmado que es efectivamente hija suya y de Amanda Berry. El fiscal que lleva el caso, Timothy McGinty, ya ha anunciado que buscará la pena de muerte en una sentencia condenatoria contra Castro.

En el estado de Ohio existe la pena de muerte siempre que la condena sea de asesinato con agravante. Sin embargo, el fiscal considera que, de probarse los cinco abortos, el sospechoso sí podría ser condenado por asesinato.

"No es nuestro hermano, es un monstruo, un monstruo del infierno”. Con esas palabras define Onil Castro, de 50 años, a su hermano Ariel, de 52, el hombre detenido tras ser acusado de secuestrar a Amanda, Michelle y Gina durante una década. Se trata de uno de los peores secuestros que se recuerdan de toda la historia estadounidense, durante el que violó a las chicas en infinidad de ocasiones, las martirizó, e incluso las forzó a abortar a base de golpes.