Tres tragedias sacuden Estados Unidos

Boston, Cleveland y Nueva Orleans. Tres ciudades y tres tragedias. Un tiroteo con una veintena de heridos en la capital de Louisiana ha vuelto a sacudir a Estados Unidos que, en poco menos de un mes, ha visto como atentados, tiroteos y secuestros ponen a prueba una sociedad cada día más castigada por la violencia.  Pero a la vez, este último tiroteo, que todavía está en plena investigación, ha reavivado la batalla por el control de armas en el país. Y es que  el presidente Obama pretende controlar los antecedentes de las personas que desean adquirir cualquier tipo de armamento. Sin embargo, para sacar adelante su ley tiene que enfrentarse con la poderosa asociación del rifle y con la industria armamentística.

La primera tragedia fue el pasado quince de abril cuando dos hermanos de religión musulmana y ciudadanos de Estados Unidos explotaron dos bombas caseras durante el maratón de Boston causando la muerte a tres personas y dejando heridas a 176. Una huída desesperada, un vigilante tiroteado, un terrorista muerto y otro herido fue el balance final de este atentado lleno todavía de incógnitas.

Semanas después, llegó la tragedia de Cleveland. La Policía rescató a tres chicas secuestradas durante una década por Ariel Castro, un ciudadano casi ejemplar del que nunca nadie sospechó. Las tres jóvenes fueron sometidas a todo tipo de agresiones físicas y violaciones. Mientras muchos se preguntan todavía cómo pudo pasar, un nuevo tiroteo amenaza con teñir de luto EEUU.

Cerca de la tragedia

Al menos diecinueve personas, entre ellas un niño y una niña de tan sólo diez años, han resultado heridos en un tiroteo a plena luz del día. El domingo se celebraba en el país el Día de la Madre. En Nueva Orleans (Louisiana), la fiesta culminaba con un desfile público por el centro de la ciudad. Hacia las dos de la tarde, unas doscientas personas abarrotaban la intersección entre las calles Frenchmen y Villere cuando se escucharon unos disparos indiscriminados.  

Según los policías presentes, los asistentes comenzaron a correr asustados al oír los disparos y un ruido aterrador. En pocos minutos, algunos de los vecinos de la ciudad yacían en el suelo gritando y ensangrentados. Los disparos se efectuaron contra un público que se agolpaba en la última parte del desfile, muchos de los cuales participaban activamente en el evento. El caos fue absoluto.

“Se trata de la última línea del desfile”, ha explicado el jefe de Policía de la ciudad Ronald Serpas, aclarando que los destinatarios de los disparos fueron personas que participaban de forma espontánea en el evento, gente que bailaba tras la banda de música pero que no formaba parte de la organización.

La zona donde se ha producido el tiroteo es de las más deprimidas de Nueva Orleans, y una de las más devastadas por el huracán Katrina, que arrasó la ciudad hace ya ocho años.

Las primeras investigaciones del FBI, según la cadena FoxNews, descartan que se trate de una acción terrorista y apoyan la versión de violencia callejera.  La portavoz del FBI en Nueva Orleans, Mary Beth Romig, ha negado cualquier relación con un acto similar al vivido en Boston hace unas semanas.

En estos momentos, la policía busca “puerta a puerta” a tres sospechosos. Según testigos presentes durante la nueva tragedia, se escucharon entre “seis u ocho disparos”. El Comisario de Policía de la ciudad, Ronald Serpas, asegura que los testigos vieron a “tres personas salir corriendo tras las detonaciones”. Uno de ellos ha sido descrito como un joven entre 18 y 22 años de edad, aunque todavía hay pocos datos del incidente. De acuerdo con las autoridades policiales,  se han utilizado, al menos, dos armas diferentes en el tiroteo.

Según el NYT,  se desconocen las razones de este nuevo intento de asesinato masivo. En las inmediaciones del desfile había entre 500 y 800 personas. De los diecinueve heridos hay tres en situación muy grave. Entre ellos se encuentra un padre que intentaba rescatar a su hija pequeña del tumulto mientras sonaban los disparos.

Al menos nueve personas han sido intervenidas por heridas de bala, muchas de ellas en el propio Hospital de Nueva Orleans. Otras, en cambio, han sido hospitalizadas con diferentes traumatismos y contusiones.  

Desde que empezó 2013, sólo en el área metropolitana de Nueva Orleans se han producido 57 asesinatos o muertes violentas por arma de fuego. Durante el 2012 en Nueva Orleans 427 personas fueron heridas por armas de fuego y se cometieron 193 asesinatos. Sólo en el año pasado, la policía de la ciudad detuvo a 700 personas por posesión de armas ilegales.