Occidente también duda de los resultados

Occidente mira con recelo y lejanía el resultado de las elecciones en Irán. Sin embargo, las reacciones de los opositores han provocado las primeras reacciones desde países occidentales. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, expresó este domingo, por ejemplo, su preocupación por los informes sobre presuntas irregularidades en los comicios de Irán y cuestionó la credibilidad de las elecciones.

 

"Espero de las autoridades de Teherán que respondan con claridad a tales acusaciones y esclarezcan la cuestión como corresponde", dijo el jefe de la diplomacia alemana. La contundencia empleada por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes "no es aceptable", como tampoco lo es la represión de las protestas pacíficas, añadió Steinmeier.

El ministro alemán se comprometió a "observar muy de cerca la situación en el país" tras unas elecciones cuya credibilidad "ha dejado muchas cuestiones abiertas". Steinmeier hizo estas declaraciones tras la violencia desatada en Teherán a raíz de las elecciones presidenciales iraníes, en las que Mahmud Ahmadineyad ha sido elegido para un segundo mandato al frente del Gobierno iraní.

Francia también se pronuncia

Por otro lado, el Gobierno francés ha lamentado la reacción "un poco brutal" a las protestas contra la reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y ha pedido el diálogo entre las autoridades de Teherán y "la población civil", según declaraciones de su ministro de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner. Francia "lamenta la reacción un poco brutal" de las autoridades después de las protestas del sábado y las detenciones practicadas entre destacados miembros de la oposición, actuaciones que "dejará marcas".

El jefe de la diplomacia francesa reaccionaba así después de conocerse las detenciones de un centenar de seguidores del candidato reformista iraní Mir Husein Musaví tras la reelección de Ahmadineyad por un 64 por ciento de los votos entre numerosas sospechas de posible fraude. "No hay solución en la brutalidad", agregó el ministro francés en declaraciones a la prensa a la salida de una reunión en París con el enviado especial de Estados Unidos para Oriente Medio, George Mitchell.

Desde Nueva York

Desde Estados Unidos, el periódico The New York Times explica que la victoria de Mahmoud Ahmadineyad en las elecciones iraníes pone al presidente de EEUU, Barack Obama, en la difícil posición de tener que lidiar con un mandatario sospechoso de fraude electoral, según recoge el artículo firmado por el director del rotativo Bill Keller.

Keller, que escribe hoy un artículo analítico desde Teherán, señala que es imposible decir con certeza en qué medida la reelección de Ahmadineyad refleja la preferencia de un público iraní esencialmente conservador y en qué medida, como cree la oposición, es el veredicto de un régimen fundamentalmente autoritario.

Los resultados de los comicios presidenciales del viernes dados a conocer ayer muestran que Ahmadineyad se hizo con un 62,6% de los sufragios y su rival, el aperturista Mir Husein Musavi, logró el 34%. El derrotado denunció un fraude electoral generalizado, lo que propició que miles de sus seguidores se manifestasen ayer en la principal avenida de Teherán para exigir que se repitiesen los comicios. Esa situación, dice Keller, deja a Obama y a otros líderes occidentales ante una difícil tesitura.

El director del Times recuerda que tanto Obama como otros mandatarios contemplaban la posible mejora de las relaciones con Teherán como una forma de ayudar a resolver los problemas con Afganistán, Irak y la proliferación nuclear. En lugar de eso, apunta Keller, "afrontan la perspectiva de tener que negociar con un hombre que, además de negar de forma acérrima el Holocausto, aparece ahora como sospechoso de unos comicios falsos".