La Tolerancia Cero de Berlusconi

El despliegue militar que está llevando a cabo Silvio Berlusconi para combatir la inseguridad ciudadana en Italia se hace eco de las drásticas reformas policiales que el antiguo alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, introdujo en los años 80 y 90 para eliminar el crimen urbano. Algunas voces temen que este tipo de medidas conduzcan a abusos de determinados grupos, como el de los inmigrantes ilegales.

La foto de la derecha recoge una de las primeras detenciones que se practicaron este lunes por los 3,000 militares enviados a las calles de cinco ciudades italianas, Roma, Milán, Nápoles, Verona y Padova. La operación, que durará seis meses y se extenderá a un total de 10 ciudades, pretende servir de ensayo para una operación mayor en la que el número de militares podría ascender a los 30,000. El objetivo es claro: eliminar la oleada de crímenes supuestamente cometidos por inmigrantes ilegales y por miembros de la comunidad gitana italiana. Diversos medios de comunicación del país informaron que la medida costará a los contribuyentes italianos 31,2 millones de euros en el 2008.

Según las estimaciones de Limes, la revista italiana de geopolítica, Italia dispone del mayor número de agentes policiales de toda Europa. A pesar de ello, las estadísticas oficiales indican que el crimen continúa creciendo y con él el sentimiento de inseguridad ciudadana. Este creciente descontento de los italianos fue aprovechado por Berlusconi en la pasada campaña electoral, en la que prometió que devolvería la seguridad a las ciudades.

La estrategia finalmente ofrecida por Il Cavalieri está desatando un interesante debate sobre su legitimidad. Para algunos italianos entrevistados por El Confidencial, la medida no es más que pura propaganda, uno más de los viejos trucos de su presidente, pero no una solución real al problema. Otros entrevistados consideraban la medida excesiva. “Ahora mismo en Italia, no hay necesidad de esto”, dijo a este diario una periodista política que vive en Roma. “La última vez que se desplegaron fuerzas militares en Italia fue en 1978, cuando tuvieron que hacer frente al grupo terrorista las Brigate Rosse”. Para esta italiana, la inseguridad ciudadana no es tan grave como para requerir una medida semejante.

Nueva York y la doctrina de la Tolerancia Cero

Pero existe la opinión de que este tipo de políticas, englobadas dentro de lo que se ha dado en llamar, Tolerancia Cero, reducen significativamente el crimen. Tolerancia Cero viene de las tesis de dos sociólogos conservadores norteamericanos, que concluyeron que la comisión de delitos leves (como romper unas ventanas) lleva a otros más graves, y que la desordenada apariencia de los barrios engendra desórdenes criminales. En contra de esta situación, la Tolerancia Cero sirve para crear un clima anticrimen, castigando muy duramente los delitos más leves.

La ciudad que con más éxito ha implementado este tipo de políticas ha sido Nueva York, donde su antiguo alcalde “Rudy” Giuliani, “consiguió transformar completamente una ciudad infernal en una de las ciudades más seguras del mundo”, según explicó a El Confidencial John D’Agostino, un alto ejecutivo que reside en la Gran Manzana. De la exitosa experiencia en Nueva York se dedujeron dos consecuencias: que la gente detenida por delitos leves solía tener cargos acumulados por delitos más graves. Que la mera presencia de la policía uniformada tranquilizaba a la gente y la hacía sentir más segura.

En la actualidad, el problema está en que este tipo de políticas, que ahora ha puesto en marcha Berlusconi, pero que ya llamaron enormemente la atención de otros políticos, como el antiguo Primer Ministro británico, Tony Blair, pueden dar lugar a toda una serie de abusos de derechos humanos por parte de la autoridad. Tal y como afirmó la revista The Economist en 1999, estas políticas no han sido más que un disfraz en Nueva York para el acoso racista a determinados grupos.