Las tropas españolas en Líbano mantienen la alerta "máxima" ante la ofensiva de Hezbolá

La ministra de Defensa, Carme Chacón, afirmó este sábado que el nivel de alerta de los 1.100 militares españoles desplegados en el sureste de Líbano al mando de la Brigada Multinacional Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINUL) es "máximo", tras los últimos acontecimientos protagonizados en Beirut por las milicias chiíes Hezbolá y Amal, que ayer controlaban la mayor parte de la capital y el aeropuerto, incidentes que han hecho "extremar" las medidas de protección y antes los que se mantienen "expectantes y con preocupación".

En su primera rueda de prensa como titular de Defensa en la sede de su Departamento en Madrid, Chacón explicó que el contingente español realiza su misión "con normalidad" y que Defensa analiza "con atención máxima y con preocupación" la situación en el conocido como el país de los cedros y sigue "más que puntualmente" los acontecimientos registrados en los últimos días. No obstante, aseguró que los militares "como de costumbre" han adaptado el nivel de alerta a la situación y están preparados ante la posibilidad de que la misión de Naciones Unidas les proporcione "nuevas instrucciones".

Preguntada por el nivel de alerta que mantenían este sábado, las tropas españolas desplegadas en el marco de FINUL, Chacón se limitó a señalar que éste "se ha extremado" con respecto al que existía antes de los incidentes en Beirut y que "todos" están siguiendo "con la máxima alerta" el desarrollo de los acontecimientos.

Tanto la OTAN como la ONU evalúan diariamente sobre el terreno la situación de seguridad en sus operaciones de mantenimiento de la paz y catalogan dicha situación con un nivel de alerta concreto, especificado con colores hasta el nivel máximo, el negro, el nivel en que se mantuvieron las tropas españolas en los días inmediatamente posteriores al atentado que acabó con la vida de seis militares paracaidistas del Ejército español el 24 de junio de 2007.

Hezbolá cede el control de la capital

Tras estrechar el sábado su control sobre la capital libanesa en una muestra de fuerza después de expulsar a hombres armados leales al gobierno apoyado por Occidente, el grupo chií Hezbolá y sus aliados de la oposición decidieron retirar a sus militantes armados de las calles de Beirut, que ocupaban desde hace tres días. Según un comunicado difundido por Hezbolá, los grupos chiíes opositores devolverán al Ejército el control sobre las calles y las carreteras del Líbano, minutos después de que el mando militar libanés frenase dos decisiones del Gobierno contra esta organización.

Sin embargo, la oposición anunció que planea proseguir su campaña de "desobediencia civil" contra el Ejecutivo del primer ministro libanés, Fuad Siniora, y que hasta ahora ha consistido, entre otras medidas de fuerza, en una acampada multitudinaria que mantiene paralizado el centro de Beirut desde hace año y medio.

La retirada de los milicianos llegó después que las Fuerzas Armadas libanesas congelasen la decisión del Gobierno de desmantelar la red de telecomunicaciones de Hizbulá y de destituir al jefe de la seguridad del aeropuerto, Wafic Chucair, supuesto colaborador del grupo chií.

Instado por el propio Siniora a tomar una decisión sobre las medidas, el mando militar manifestó su intención de investigar los hechos antes de poner en marcha las dos resoluciones gubernamentales. Mientras, el diputado Ali Hasan Jalil, miembro del grupo chií de la oposición Amal, acusó a Siniora de querer dar el "golpe de gracia a la Resistencia " (la milicia de Hizbulá) con sus últimas resoluciones.

Estados Unidos, que considera a Hezbolá como un grupo terrorista, una amenaza a Israel y un arma en manos de Irán en el Líbano, dijo que estaba conversando con otras potencias sobre las medidas a tomar contra "aquellos responsables de la violencia".

Hezbolá tomó el viernes el control de la zona musulmana al oeste de Beirut en lo que el Gobierno y sus aliados describieron como "un golpe de estado armado y sangriento". Al menos 26 personas han muerto y otras 38 han resultado heridas desde que comenzó la violencia hace cuatro días, según los servicios médicos.