Ella, su víctima, ni se dio cuenta, pero las cámaras de seguridad del supermercado donde llevaba a cabo sus feas costumbres sí le han delatado.

En la ciudad de Cheliábinsk, en Rusia, este anciano se dedicaba a pasearse por los pasillos de las tiendas de ultramarinos en busca de víctimas despistadas y a poder ser que luciese minifalda. Con un gesto rápido y certero, y sin dejar hueya de su delito, primero acecha y después ataca. Móvil en mano coloca el objetivo de su cámara bajo la fala de las mujeres y... clic. Una fotografía más para su particular colección.

Pero ahora, después de haber sido pilado, seguro que se piensa un poco más volver a repetir o por lo menos en este súper.