En el tren había recorrido solo 600 metros cuando se detuvo. La nieve lo dejaba encallado y 58 viajeros quedaban atrapados en su interior. Desafiando al frío varios pasajeros y los operarios de renfe bajaron del tren y con palas intentaban limpiar las vías pero había más de un metro de nieve. La tarea se complica tanto que incluso se barajó la posibilidad de sacar al pasaje a pie pero en ese momento la Guardia Civil, Proteccion Civil, varios vecinos y el propio alcalde de Canfranc se sumaron al rescate. Casi tres horas después consiguieron habilitar las vías y el tren pudo regresar a la estación de Canfrac donde los pasajeros se subieron a un autobús con destino a Zaragoza.