El norte de las islas británicas se está convirtiendo en uno de los puntos más importantes para la energía eólica. Bueno, más que las islas, el mar que las rodea. Y es que, después de que en 2016 Escocia cogiese la delantera con la creación del primer parque eólico flotante del mundo, hace solo unos días, la primera ministra de la región, Nikola Sturgeon, inauguraba el que se va a convertir en el parque eólico flotante más potente del mundo.
Las 11 turbinas, instaladas junto a la ciudad de Aberdeen en las Highlands escocesas, muy cerca del campo de golf que tiene Donald Trump en la zona, podrán crear energía anualmente como para abastecer hasta a 80.000 hogares. Unas cifras nunca antes alcanzadas que hacen soñar al gobierno con una independencia energética de las compañías petroleras.
"Escocia es un líder mundial en energía y eso es bueno para nuestro presente y nuestro futuro, vaya como vaya", dijo Sturgeon a Reuters, mientras mostraba los nuevos molinos del European Offshore Wind Deployment Centre (EOWDC), que está dirigido por la empresa sueca Vattenfall.