El 13 de enero, dos parejas con niños preparan una paella en una finca situada en el cerro de Totalán, un pueblo malagueño de la comarca de la Axarquía. Todo transcurre con normalidad en un tranquilo domingo soleado hasta que Julen, un pequeño de dos años, se despista y cae a un agujero de más de 110 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro. Uno de los familiares escucha los llantos del menor y alerta a los progenitores que, al llegar a la zona, se percatan de que el rescate es muy complicado.
Desde entonces, lo que en principio creyeron que iba a ser una "larga noche" se ha convertido en duras jornadas de arduos trabajos para poder alcanzar el punto donde estaba Julen. Los equipos de rescate han trabajado contrarreloj hasta que en la madrugada de este sábado 26 de enero han localizado el cadáver de Julen.