Comerse el pelo, envejecimiento prematuro o no madurar: enfermedades de libro... y de cine

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El síndrome de Rapunzel
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El síndrome de Rapunzel

También llamado tricofagia, describe el impulso de ingerir el cabello propio. En 1889, el psiquiatra francés François Henri Hallopeau describió por primera vez la tricotilomanía, referida a la necesidad compulsiva de arrancarse el pelo a uno mismo. En el caso del síndrome de Rapunzel, los pacientes acaban comiéndose el cabello y pueden desarrollar tricoberzoar, una acumulación de pelo que en algunos casos llega a obstruir los intestinos. El síndrome toma el nombre del personaje descrito por los Hermanos Grimm, la joven que, encerrada por una bruja en una torre, utilizó su larga trenza para que un príncipe trepara por ella para rescatarla.
El síndrome de Benjamin Button
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El síndrome de Benjamin Button

La progeria, enfermedad de Hutchinson-Gilford o síndrome de Benjamin Button es una patología rara y sin tratamiento que provoca el envejecimiento acelerado en niños. Los enfermos de progeria tienen una esperanza de vida media de 13 años, aunque se han dado casos de pacientes que han sobrevivido hasta los 20 años. Descrita por primera vez en 1886 por el médico inglés Jonathan Hutchinson, está provocada por la mutación de los genes LMNA, encargados de confeccionar la membrana nuclear de las células. En 1922, Scott Fitzgerald publicó el relato 'El curioso caso de Benjamin Button', sobre un bebé nacido con el aspecto de un hombre de 70 años que con el paso del tiempo rejuvenece.
Los complejos de Peter Pan y Wendy
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Los complejos de Peter Pan y Wendy

Fue en 1983 cuando el psicólogo estadounidense Dan Kiley publicó el libro 'El síndrome de Peter Pan', en el que describía un alto porcentaje entre sus pacientes que se negaban a aceptar sus responsabilidades como adultos, al igual que el protagonista del libro de Barrie, el niño que no quería crecer. En 1984, debido al éxito de su libro, Kiley publicó 'El dilema de Wendy', sobre las mujeres que adoptan el rol de madre en sus relaciones con los hombres. 
El síndrome de Alicia
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El síndrome de Alicia

Asociada a tumores cerebrales y migrañas, esta enfermedad neurológica provoca que los pacientes sufran alteraciones de la percepción visual y la imagen corporal como micropsia (sensación de que el objeto es más pequeño que lo que en realidad es), macropsia (más grande), pelopsia (que están más cerca)  o telopsia (más lejos). El nombre se refiere al momento en el que, en el libro de Lewis Carroll, Alicia cambia de tamaño en su viaje por el País de las Maravillas.
El complejo de Cenicienta
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El complejo de Cenicienta

En 1981, la psicoterapeuta estadounidense Colette Dowling escribió 'El complejo de Cenicienta: el miedo de las mujeres a la independencia', describiendo un síndrome que afecta a mujeres con un deseo inconsciente de que alguien cuide de ellas, sin poder alcanzar la independencia emocional. El paralelismo con el personaje de Cenicienta se encuentra en la incapacidad de salir de una situación negativa sin la ayuda de un príncipe azul, una perpectiva vital que Dowling asocia con la cultura social en la que estas mujeres son educadas. 
El síndrome de Madame Bovary
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El síndrome de Madame Bovary

En 1892, cuando el filósofo francés Jules de Gaultie publicó 'El bovarismo: la psicología en la obra de Flaubert', popularizó el término, "bovarismo", adoptado posteriormente por el mundo de la psiquiatría en manuales que utilizaban esta referencia para describir un desorden de la imaginación consistente en el rechazo a la realidad, la insatisfacción vital, la construcción de una fantasía propia y un estado de neurosis e histeria. En 'Madame Bovary', la protagonista, Emma Bovary, es una lectora apasionada de novela romántica que fantasea con una vida idílica para escapar de la monotonía de su realidad conyugal.   

Síndrome de Hutchinson-Gilford. Una enfermedad epónima con un nombre difícil de recordar para los menos instruidos en los manuales de medicina. Mucho más fácil es, desde luego, acordarse de "síndrome de Benjamin Button", otra de las deniominaciones de esta enfermedad que provoca el envejecimiento prematuro de las células de los pacientes que la padecen.

El mundo de la medicina y la psicología ha recurrido en más de una ocasión al imaginario literario y cinéfilo para renombrar algunos de sus trastornos, relacionando la sintomatología de estos desórdenes con rasgos característicos de los personajes más icónicos de la literatura y el cine.

Enfermedades raras -existen alrededor de 7.000, según la plataforma Top Doctors- y complejos más comunes enraizados en la cultura social que encuentran en las películas y los libros el 'mote' perfecto. 

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