Antonio Brufau trató el viernes de convencer a Rajoy de la bondad de la Operación Lukoil

La Operación Lukoil ha movido todos los resortes de la vida política y económica española. A primera hora de la mañana del pasado viernes, 21 de noviembre, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, mantuvo un desayuno con el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, para explicarle en profundidad la operación por la cual la petrolera rusa estaba dispuesta a hacerse con el 20% de Repsol en manos de Sacyr-Vallehermoso, más un porcentaje adicional de casi el 10% de La Caixa, hasta totalizar el 29,9% de la petrolera española.

Un portavoz de Repsol ha reconocido el encuentro, aunque matizando que éste se produjo a iniciativa del candidato de la oposición. “Rajoy, con quien existe una muy buena relación, preguntó a Brufau si podía ir a explicarle una operación tan compleja como es esta, y Brufau fue, como no podía ser de otro modo”. La entrevista, que se desarrolló en la sede popular en la calle Génova 13 de Madrid a partir de las nueve de la mañana, “no fue bien” de acuerdo con las fuentes, circunstancia que puede contribuir a determinar la suerte final de la operación.

Según fuentes de la calle Génova, el presidente de Repsol explicó la situación creada desde que, a finales de julio pasado, Sacyr decidiera poner a la venta su 20% en Repsol, idea acompañada por el lanzamiento del cuaderno de venta en agosto, y la existencia de una oferta de Lukoil, única sociedad dispuesta a pagar la cifra que pide Del Rivero (26,75 euros acción), y que es la que necesita para superar el trance. Para Brufau, nadie entiende que esta sea la mejor solución, pero desde luego es la única que puede salvar a Sacyr. Porque el problema, como cualquier español avisado sabe, no está en Repsol, sino en Sacyr, “y en el pánico que se ha apoderado del Gobierno ante la posibilidad de que Del Rivero, el empresario amigo, presente concurso de acreedores”, con las consecuencias que ello tendría.

El de Repsol habría explicado que la petrolera puede continuar sola su camino, y que también dispone de planes alternativos para hacerlo en compañía de una Gas Natural reforzada con la adquisición de Fenosa. Otra cosa es la situación de La Caixa y sus prisas, evidentes el viernes, por cerrar la operación cuanto antes para poder mejorar la cara de las cuentas de resultados de Criteria Caixa Corp.

Una operación “inmoral e inaceptable”

Rajoy, como es tradicional en él, se habría mantenido a la defensiva y en silencio durante gran parte del desayuno. Parece obvio que el presidente de Repsol no le convenció, si nos atenemos a las duras manifestaciones realizadas al día siguiente, sábado 22, durante la clausura del XI Congreso Provincial del PP de Almería, donde trasladó su oposición por razones de seguridad estratégica nacional a una operación que calificó de inmoral e inaceptable y que convertirá a España en un país de quinta división. Rajoy, exigió al Gobierno que impida la entrada de la rusa en el capital de Repsol, asegurando que hará lo imposible por evitar la operación.

Es evidente que el Partido Popular no quiere dejar escapar una oportunidad como ésta para morder al Gobierno. Como en el pasado ocurriera con Endesa, Génova cree que la posible compra de la petrolera por parte de Lukoil es una operación diseñada, directamente, por la oficina económica de Moncloa, esta vez para ayudar a uno de los amigos del presidente Zapatero, el máximo responsable de Sacyr, Luis del Rivero.