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Resignación en las eléctricas: “Nuestros nietos seguirán pagando la luz que nosotros consumimos hoy”
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Resignación en las eléctricas: “Nuestros nietos seguirán pagando la luz que nosotros consumimos hoy”

Ni malestar ni enfado. Mucho menos sorpresa. Las palabras de Zapatero entraban dentro de lo previsto, según las principales eléctricas del país, que el domingo escucharon

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Resignación en las eléctricas: “Nuestros nietos seguirán pagando la luz que nosotros consumimos hoy”

Ni malestar ni enfado. Mucho menos sorpresa. Las palabras de Zapatero entraban dentro de lo previsto, según las principales eléctricas del país, que el domingo escucharon cómo el presidente del Gobierno situaba la subida del precio de la luz el próximo 1 de julio –cuando toca revisar la tarifa- más cerca de la inflación que del 11,3% propuesto por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para paliar el déficit de tarifa que acumulan las compañías y que alcanza los 14.000 millones de euros. “Nunca se atreven. Lo anuncian unos y al final reculan otros para quedar bien”, aseguran fuentes del sector.

Lo que sí se respira es una cierta resignación. “En el fondo Zapatero lo único que ha hecho es cumplir con su compromiso electoral. Además, a nadie se le oculta que, políticamente, limitar la subida es una decisión muy golosa”, aseguran esas fuentes. “Sabemos graduar los momentos y tomar decisiones pensando en los consumidores”, dijo Zapatero este fin de semana, insistiendo en que el incremento de los precios de la tarifa eléctrica será “razonable”, algo que ya había adelantado en una intervención en el Congreso de los Diputados. Entonces, sin embargo, no avanzó una cifra. El IPC se encuentra actualmente en el 4,7%. El sector se lo toma con filosofía: “Si no se lleva a cabo una subida importante, se deberá más dinero y nuestros nietos pagarán lo que sus abuelos consumían”.

Quienes no salen tan bien parados de las palabras de Zapatero son dos de sus ministros. Miguel Sebastián, titular de Industria, no le había hecho ascos a una subida de la luz en el entorno propuesto por la CNE. De hecho, cuando conoció la propuesta, dijo verla “más razonable” que las anteriores alzas que apuntó su propio secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, alrededor del 20%. “Nosotros tenemos más experiencia y sabemos que no siempre sale adelante todo lo que va al Consejo de Ministros”, subrayan las fuentes consultadas.

El propio vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, insistió recientemente en Bruselas en que los costes de la electricidad deben acomodarse a los costes de producción, una tesis que ha defendido en numerosas ocasiones. Es más, Solbes dijo que una subida del 11,3% es “una buena propuesta para el debate” e incidió en que, si no se acometen estos aumentos, “estaremos retrasando el problema”.

Clos fue primero

Sebastián no es el primer ministro de Industria desairado por avalar una subida de esta índole. Joan Clos se propuso eliminar el déficit tarifario en tres o cuatro años y llegó a dar pábulo una subida de la electricidad del 10%, posibilidad que finalmente abortó Rodríguez Zapatero. El presidente fue entonces contundente y dejó claro al ministro que la luz, al menos para los 20 millones de hogares, no subiría por encima de la inflación, un auténtico mantra para el jefe del Ejecutivo. La subida que se apruebe finalmente para julio deberá sumarse a la entrada en vigor en enero del presente ejercicio de un alza de la electricidad del 3,3% y a la modificación de la tarifa nocturna, que puede suponer un coste adicional para los consumidores.

Lejos de criticar al Ejecutivo, las eléctricas lanzan todas sus iras contra la CNE. Y es que todavía colea en el sector el informe del supervisor en el que asegura que la ley regala 4.400 millones a hidráulicas y nucleares, al pagar a precio de la tecnología más cara dos energías con coste muy inferior. “Los organismos reguladores deben dedicarse a estudiar cómo disminuir la dependencia energética, a las emisiones del efecto invernadero o las infraestructuras, pero la CNE parece más preocupada por los ingresos de las eléctricas”, aseguran fuentes del sector. “Y su informe lo que hace es minar la rentabilidad de las compañías y puede provocar que se frenen las inversiones”, critican con dureza, añadiendo que “la Comisión parece más interesada en suplantar al legislador”.

El documento realiza el cálculo bajo la hipótesis de que se han amortizado las centrales construidas antes de 1998. “No tiene sentido que, por el hecho de que algo se haya amortizado, ya no se deba cobrar el precio. Además, el estudio carece del más mínimo rigor técnico y no se ha hecho con el concurso de las empresas; mucho menos de la información que éstas facilitan a la propia CNE”, lamentan. En su momento, la patronal Unesa ya salió al paso del informe y reprochó a la Comisión que criticara el sistema de formación de precios en la electricidad y no lo hiciera en otros sectores de su competencia, como el gas y o el petróleo, generando una importante incertidumbre regulatoria.

Ni malestar ni enfado. Mucho menos sorpresa. Las palabras de Zapatero entraban dentro de lo previsto, según las principales eléctricas del país, que el domingo escucharon cómo el presidente del Gobierno situaba la subida del precio de la luz el próximo 1 de julio –cuando toca revisar la tarifa- más cerca de la inflación que del 11,3% propuesto por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para paliar el déficit de tarifa que acumulan las compañías y que alcanza los 14.000 millones de euros. “Nunca se atreven. Lo anuncian unos y al final reculan otros para quedar bien”, aseguran fuentes del sector.

Miguel Sebastián