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El Gobierno permite a Gas Natural mantener su monopolio al no obligarle a ceder los contratos de importación
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El Gobierno permite a Gas Natural mantener su monopolio al no obligarle a ceder los contratos de importación

Gas Natural seguirá teniendo una posición de privilegio, cercana al monopolio, en el mercado del gas español al no haber sido obligado por el Gobierno a

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El Gobierno permite a Gas Natural mantener su monopolio al no obligarle a ceder los contratos de importación

Gas Natural seguirá teniendo una posición de privilegio, cercana al monopolio, en el mercado del gas español al no haber sido obligado por el Gobierno a ceder la propiedad de los contratos de importación de los que es titular, lo que hubiera supuesto la introducción de competencia efectiva en el mercado gasista. Es la gran laguna que, a juicio de los expertos, contiene la resolución de Consejo de Ministros del pasado viernes que autorizó con condiciones la OPA de GN sobre Endesa.

En torno al 80% de los suministros de gas a España llegan a través de Gas Natural. Pero, al contrario de lo que Margaret Thatcher hizo en su día con British Gas en la liberalización del sector gasista británico, el Gobierno Zapatero permitirá a GN mantener la propiedad de los contratos de importación de gas, mayoritariamente suscritos con Argelia, de modo que para cumplir lo estipulado en el Consejo de Ministros GN podrá limitarse a subastar unas determinadas cantidades de gas, manteniendo la titularidad de dichos contratos.

De esta forma, los beneficiarios de la correspondiente subasta de gas de que habla la resolución de Consejo de Ministros se convertirán de hecho en meros revendedores de gas, con unos márgenes comerciales muy estrechos puesto que la parte del león se la seguirá quedando Gas Natural. El resultado es que GN, como titular de los contratos de importación, va a seguir teniendo la llave del gas que se consuma en España.

La referencia del Consejo del viernes hablaba de que “Gas Natural pondrá en el mercado una cantidad anual de gas en torno al 10% de la demanda a mercado”. Más adelante aludía a la “creación o refuerzo de los competidores de Gas Natural en los mercados de gas, ya que la enajenación de parte de las actuales redes de distribución de Gas Natural facilitaría la incorporación de al menos dos operadores con un tamaño significativo en esta actividad”.

La realidad es que con la propiedad de los contratos de importación en manos de GN, la gasista marcará el precio del gas a enajenar, convirtiendo a los potenciales competidores en simples revendedores de gas.

La cláusula undécima

Directamente ligado a lo anterior, la cláusula undécima de las exigidas por el Gobierno a GN habla de que la gasista “venderá activos de distribución de gas que incorporen redes de distribución completas y contratos de suministro a tarifa con un mínimo de 1,5 millones de puntos de suministro de gas natural, dando lugar, al menos, a dos operadores con un mínimo de 250.000 puntos de suministro cada uno”.

De nuevo el mismo problema. De acuerdo con expertos del sector, “Gas Natural podrá limitarse a ceder justo el gas necesario para atender a esos 1,5 millones de clientes a dos revendedores, que no van a tener margen y que seguramente serán quienes quiera GN. La única forma de crear competencia hubiera consistido en asignar a los potenciales nuevos operadores los contratos de suministro de los que es titular GN”.

Llama sobremanera la atención que la resolución ministerial diga negro sobre blanco que “la participación en el negocio de distribución de Gas Natural se situará en el entorno del 60% del total nacional”, lo cual es sorprendente en términos de libre competencia. Tanto en los Estados Unidos como en la UE ningún operador puede tener más de un 30% del mercado, como condición sine qua non para la existencia de competencia.

Algo similar ocurre en lo que a generación eléctrica se refiere, capítulo en el que se obliga a GN a “enajenar centrales de ciclo combinado o hidráulica modulable con una capacidad equivalente a 1.200 MW”. Resulta que la fuente de energía del ciclo combinado es el gas, un gas cuyo suministro tiene que garantizar GN y que supone el 70% del coste de generación de este tipo de centrales. De modo que de nuevo GN se lleva la parte del león.

Gas Natural seguirá teniendo una posición de privilegio, cercana al monopolio, en el mercado del gas español al no haber sido obligado por el Gobierno a ceder la propiedad de los contratos de importación de los que es titular, lo que hubiera supuesto la introducción de competencia efectiva en el mercado gasista. Es la gran laguna que, a juicio de los expertos, contiene la resolución de Consejo de Ministros del pasado viernes que autorizó con condiciones la OPA de GN sobre Endesa.