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Las malas hierbas toman Madrid aunque tal vez no hayas reparado en ellas
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Las malas hierbas toman Madrid aunque tal vez no hayas reparado en ellas

Rendijas, alcantarillas, fracturas en el asfalto o juntas del pavimiento. Estos son algunos de los lugares más propicios para la aparición de las plantas ruderales

Foto: Plantas ruderales en Arganzuela Planetario.
Plantas ruderales en Arganzuela Planetario.

Rendijas, alcantarillas, fracturas en el asfalto o juntas del pavimento. Estos son algunos de los lugares más propicios para la aparición de las conocidas popularmente como malas hierbas, concepto heredado de la agricultura, aunque el término más certero es el de plantas ruderales. A pesar de su fama, son buenas hierbas que, con la llegada de la primavera, nacen en los entornos urbanos más insospechados. Y Madrid es un gran escenario.

Juan Manuel Rubiales, profesor de Botánica de la Escuela de Ingeniería de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, cuenta a El Confidencial que “la terminología botánica de ruderal proviene del término latino ‘ruderis’, que significa escombro y que ejemplifica muy bien los lugares donde aparecen estos vegetales”. El éxito de este tipo de plantas “está en la facilidad que tienen para vivir en ambientes muy modificados por la acción del hombre. Por eso las encontramos en márgenes de carreteras y caminos, en campos de cultivo abandonados, en descampados, en escombreras…”.

placeholder Las 'malas hierbas' en Madrid.
Las 'malas hierbas' en Madrid.

Y aunque la denominación correcta sea totalmente desconocida, se sabe más de las plantas ruderales de lo que se cree. Salvo en los cultivos, aportan valor a los ecosistemas urbanos y algunas de ellas son plantas populares, como las amapolas, la caléndulas, malvas, margaritas silvestres, dientes de león, cardos, ortigas o avenas locas.

Plantas cosmopolitas

Las plantas ruderales “salen en cualquier rincón” que pueda albergar vida y casi de un día para otro. Tiene explicación. Según Rubiales, “existen distintas familias y especies, con una gran variedad de formas y estrategias, pero todas comparten ciertas características como su enorme capacidad para generar muchas semillas y de dispersarlas de una forma muy eficiente. Además, son bastante frugales y no necesitan muchos nutrientes ni un suelo bien desarrollado. Pueden prosperar y sobrevivir en cualquier lugar”.

Hay una disciplina denominada ‘malherbología’ que estudia estas plantas

Los suelos urbanos, explica el profesor de Botánica, “suelen tener un exceso de nitrógeno, que aprovechan estas plantas para tener el crecimiento explosivo que las caracteriza, con unos ciclos vegetativos rápidos. Estas características hacen de muchas de estas plantas ruderales una distribución cosmopolita, es decir, se encuentran en muchos lugares del planeta, como documenta la biogeografía”.

¿Por qué malas hierbas?

Si un agricultor planta tomates, lo que menos quiere es que haya competencia con sus tomateras. “El concepto de las malas hierbas es antropocéntrico y viene de la ciencia agronómica, porque las plantas que no cultiva el hombre en una cosecha no interesan en ese terreno”. Parece lógico que no se quiera competencia “por los nutrientes, por el agua, por la luz. De hecho, hay una disciplina denominada ‘malherbología’ que estudia estas plantas, cómo interfieren en los cultivos, cómo se pueden controlar y eliminar en esas situaciones”.

placeholder Las 'malas hierbas' aparecen por el pavimento.
Las 'malas hierbas' aparecen por el pavimento.

Sin embargo, lejos del contexto agrícola, las malas hierbas son buenas, “sobre todo en los contextos urbanos porque la vegetación ruderal mejora la biodiversidad al generar interacciones con otros seres vivos, con polinizadores, insectos, aves, con bacterias, hongos, en definitiva, con todos los componentes que forman los ecosistemas urbanos”. Llega el calor y no podemos olvidar que “las plantas son elementos muy importantes para regular la temperatura o el mismo ciclo del agua”. Y existe otro vínculo, “el histórico, la relación de estas plantas con el hombre, porque compartimos muchas historias y elementos culturales desde hace siglos, por poner un ejemplo, con el uso medicinal de muchas plantas ruderales”.

Uso de herbicidas

Una vez que se conocen las características de estas plantas ya no hay marcha atrás. Pueden observarse por todos los rincones. “En las grietas del asfalto, en pavimentos urbanos, en los alcorques, en descampados, taludes, terrenos removidos, prácticamente aprovechan cualquier oportunidad que se les brinda para establecerse”.

Recuerda Juan Manuel Rubiales que “en los últimos años, hay una tendencia en las ciudades europeas de eliminar el uso de herbicidas para controlar y reducir esta vegetación espontánea. Madrid es uno de los entornos urbanos europeos en los que se dejó de utilizar herbicidas y estas plantas ruderales forman parte ya de la estética de la capital. Es algo nuevo a lo que nos tenemos que acostumbrar y no debemos percibirlo como algo negativo, sino todo lo contrario”. El Ayuntamiento de Madrid aprobó en diciembre de 2018 el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad, donde se recoge la orden de “erradicar el empleo de herbicidas y favorecer la vegetación espontánea”.

Rendijas, alcantarillas, fracturas en el asfalto o juntas del pavimento. Estos son algunos de los lugares más propicios para la aparición de las conocidas popularmente como malas hierbas, concepto heredado de la agricultura, aunque el término más certero es el de plantas ruderales. A pesar de su fama, son buenas hierbas que, con la llegada de la primavera, nacen en los entornos urbanos más insospechados. Y Madrid es un gran escenario.

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