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El edificio arrasado por el incendio de Valencia era 'gasolina': la fachada estaba recubierta de plástico
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El edificio arrasado por el incendio de Valencia era 'gasolina': la fachada estaba recubierta de plástico

El bloque calcinado pertenecía a una promoción de lujo y se construyó en el año 2005 impulsado por la promotora Fbex, que años después quebró. Tras la crisis, quedó en manos de un banco y actualmente estaba habitado

Foto: Un bombero trata de apagar el edificio en llamas, en el barrio de Campanar. (Eduardo Manzana / Europa Press)
Un bombero trata de apagar el edificio en llamas, en el barrio de Campanar. (Eduardo Manzana / Europa Press)

En plena zona de expansión de la ciudad, en el barrio de Nou Campanar, símbolo de los años de expansión de la burbuja inmobiliaria, ardieron como una falla dos edificios entre las calles Maestro Rodrigo, General Avilés y Rafael Alberti. Las llamas se comieron rápidamente los dos bloques de Valencia en el peor incendio que recuerda la ciudad. Alrededor de las 17:20 horas se detectó el foco inicial, que partió de un cuarto piso del edificio más afectado por la catástrofe. Apenas un par de horas después, ese inmueble y uno contiguo estaban totalmente arrasados.

Por el momento hay al menos 4 muertos, 19 desaparecidos y 14 heridos confirmados, seis de ellos bomberos. La explicación a la voracidad de las llamas y la rapidez con la que se propagaron puede estar en la cubierta del edificio. Así lo indicó en un primer momento Esther Puchades, la ingeniera que peritó el bloque calcinado, que también es vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia (Cogitival).

Puchades, en conversación con El Confidencial, aseguró que el material del que está recubierto el edificio es poliuretano situado como la loncha de un sandwich entre planchas de aluminio, un elemento altamente inflamable cuando recibe calor y con propiedades que facilitan la propagación de las llamas. Esto, además de los fuertes vendavales presentes durante la jornada, explicaría a su juicio la velocidad con la que se extendieron las llamas, especialmente a través de los paneles de apariencia metálica que recubren la fachada.

Sin embargo, la presencia de este compuesto fue descartada por el Colegio de Arquitectos Técnicos de Valencia, que desvelaron que el certificado final de obra no contemplaba el poliuretano como aislante, sino un mineral de lana de roca, en teoría mucho menos inflamable. La propia Puchades admitió con posterioridad que pudo precipitarse el análisis, aunque señaló la opción de que los paneles de aluminio empleados para el revestimiento, mediante el sistema de fachada ventilada, llevasen incorporado algún "compuesto termoplástico" que sirvió de combustible y aceleró la propagación de las llamas. Esta es ahora la hipótesis más plausible, a la espera de las conclusiones de los investigadores. El polietileno podría ser ese material.

Foto: Los bomberos intentan rescatar a vecinos atrapados por el fuego. (EFE/Manuel Bruque)

"No sé cómo ha podido pasar, ¡ha sido todo rapidísimo!". Entre lágrimas y muy conmocionada, una de las administradoras de la finca que esta tarde han desbordado las llamas se muestra en shock ante los medios de comunicación. Es vecina del lugar y asiste perpleja al gran incendio que esta tarde se ha iniciado en un edificio de 14 plantas y 138 viviendas en la ciudad, junto a la rotonda de General Avilés con Maestro Rodrigo.

Ladrillo, polímero y aluminio

El inmueble arrancó la construcción en año 2005, que finalizó años más tarde, en 2009 según aclaraba la perito en declaraciones a la televisión pública. Fue construido por la promotora Fbex que, tras la crisis inmobiliaria de 2008, quebró sin llegar a culminar la venta de los pisos. Como consecuencia, la propiedad del inmueble terminó en manos de la banca en compensación de las deudas. Terminó siendo comercializado por Aliseda, la inmobiliaria que tenía el Banco Popular, en la etapa previa a ser adquirida por el fondo de inversión Blackstone. Actualmente, se encontraba habitado.

Foto: Vista del edificio en llamas. (EFE/Manuel Bruque)

Puchades descarta que hubiera barreras cortafuegos en el edificio porque estas "permiten resistir al menos media hora" y que luego se extiendan las llamas, mientras que el incendio se ha progrado hasta niveles insospechados en apenas 60 minutos. Ha descrito los distintos materiales que llevaba cada capa del edificio en el exterior, como "una chapa de aluminio interior", una "fachada ventilada", que, por la presencia de ese compuesto polímero es lo que habría propiciado la rápida propagación del fuego.

Aunque menciona que otros días de fuertes vientos no ha ocurrido nada parecido, considera que en esta ocasión sí tuvo que ver: "El calor en la parte de abajo, mezclado con el aire caliente en la zona superior del edificio, han hecho que el fuego se extendiera".

Los vecinos se salvan entre ellos

Cuando comenzó el fuego, a Manuel le temblaron las piernas. Como Adriana, es otro vecino de la zona que tiene cerca un laboratorio de prótesis dental, del que es el dueño. Se muestra tranquilo cuando habla ante los medios, pero reconoce que ha vivido momentos de alta tensión. No se explica aún que una "finca preciosa" como esta ha podido acabar así ni sabe si, como ha apuntado la perito Puchades, la razón está en el material.

"Sí, la fachada era metálica y siempre me ha resultado bonita. Creo que lo que prendía era lo que estaba bajo el metal", deduce, cuando aún no hay respuestas oficiales que resuelvan su duda y la de muchos valencianos. Lo peor para Manuel fue ver a los niños llorar. "Ha pasado uno de ellos, que iba aterrorizado y entre lágrimas, con la madre detrás ofreciéndole agua", rememora así los instantes de un día aciago. Pero también hubo momentos que le conmovieron. "Mi vecino, que tiene un negocio aquí al lado, ha llamado a tres de sus clientes habituales para saber quiénes estaban en casa. Uno le dijo que en su planta aún estaban su madre y su mujer y fue a sacarlas de allí", relata.

Por el momento no ha oído que haya denuncias de desapariciones por parte de otras familias de la finca: "Esa, al menos, es una buena señal". Según su testimonio, todo empezó en la parte trasera de la finca. Por desgracia, el optimismo de Manuel no se confirmó: el siniestro se ha llevado por delante diez vidas.

En plena zona de expansión de la ciudad, en el barrio de Nou Campanar, símbolo de los años de expansión de la burbuja inmobiliaria, ardieron como una falla dos edificios entre las calles Maestro Rodrigo, General Avilés y Rafael Alberti. Las llamas se comieron rápidamente los dos bloques de Valencia en el peor incendio que recuerda la ciudad. Alrededor de las 17:20 horas se detectó el foco inicial, que partió de un cuarto piso del edificio más afectado por la catástrofe. Apenas un par de horas después, ese inmueble y uno contiguo estaban totalmente arrasados.

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