Catorce años por agredir sexualmente hasta tres veces por semana a la hija de su pareja
La situación se prolongó hasta el momento en que la relación entre el agresor y la madre de la víctima concluyó
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Un tribunal ha impuesto una pena de 14 años y tres meses de cárcel a un individuo por perpetrar repetidos abusos sexuales contra la hija menor de su pareja en la localidad de Pinoso, Alicante. Durante aproximadamente cuatro años, desde que la menor contaba con 8 años hasta alcanzar los 12, el condenado la sometió a una serie de agresiones sexuales de forma sistemática, que incluían tocamientos y actos de penetración.
La sentencia dictaminada determina que las agresiones se producían frecuentemente, con una frecuencia de hasta tres ocasiones semanales. La situación se prolongó hasta el momento en que la relación entre el agresor y la madre de la víctima concluyó, situación que coincidió con el cese de los abusos. No obstante, la víctima no se atrevió a revelar los hechos hasta dos años después del final de la convivencia, retenida por las amenazas de muerte que el acusado dirigía hacia ella y su madre.
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Medidas de protección y compensación
Junto a la condena de prisión, el juzgado ha ordenado siete años de libertad vigilada y una orden de alejamiento que prohíbe al condenado aproximarse a menos de 300 metros de la víctima durante 16 años. Adicionalmente, el sentenciado deberá afrontar una compensación económica de 12.000 euros por los daños morales causados a la menor.
El fallo es susceptible de ser recurrido en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) en un plazo de diez días. Este caso subraya la gravedad de los delitos de abuso sexual infantil y las medidas judiciales adoptadas para proteger a las víctimas y sancionar a los responsables de actos tan deleznables.
Un tribunal ha impuesto una pena de 14 años y tres meses de cárcel a un individuo por perpetrar repetidos abusos sexuales contra la hija menor de su pareja en la localidad de Pinoso, Alicante. Durante aproximadamente cuatro años, desde que la menor contaba con 8 años hasta alcanzar los 12, el condenado la sometió a una serie de agresiones sexuales de forma sistemática, que incluían tocamientos y actos de penetración.