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María, la 'indignada' acusada de sepultar a sus hijos que soñaba con vivir en una granja
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de la vida antisistema a la autodestrucción

María, la 'indignada' acusada de sepultar a sus hijos que soñaba con vivir en una granja

La principal sospechosa del asesinato de los dos niños pequeños en Godella fue detenida en 2011 por protestar ante las Cortes Valencianas en una manifestación de 'indignados'

Foto: Maria Gombau, cuando fue detenida en 2011 en una protesta de 'indignados' ante las Cortes Valencianas. (EFE)
Maria Gombau, cuando fue detenida en 2011 en una protesta de 'indignados' ante las Cortes Valencianas. (EFE)

María Gombau, la madre de los dos niños asesinados en Godella la noche del pasado miércoles, soñaba con vivir en una granja en la montaña de la sierra de Gúdar (Teruel), alejada del sistema y del mundo convencional. La principal sospechosa de la muerte de los pequeños Amiel e Ixchel optó desde casi su adolescencia por un estilo de vida alternativo que, lejos de proporcionarle el equilibrio mental que buscaba, derivó en una trágica alucinación autodestructiva. Tanto ella como su marido han sido detenidos por un presunto delito de homicidio y han pasado a disposición judicial.

Una análisis forense determinará en qué medida la pareja es imputable desde el punto de vista de la responsabilidad penal, a la vista de lo que todo indica que es un cuadro psicótico y de violencia esquizoide, probablemente de ella. Los síntomas encajan: alucinación, predilección por lo parapsicológico, delirios y manía persecutoria. Por el momento, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Paterna (Valencia), en funciones de guardia, ordenó el traslado de la madre de los dos niños al objeto de que médicos especialistas valoren su estado psiquiátrico y determinen si se encuentra en condiciones de prestar declaración ante la autoridad judicial, según informó Europa Press.

No es la primera vez que la joven se topa con la Justicia. En junio de 2011, casi una adolescente, fue detenida en Valencia por agentes de la Policía Nacional con cargos de resistencia a la autoridad en una protesta frente a las Cortes Valencianas el día que se constituía la Cámara tras las elecciones autonómicas.

Según las crónicas de aquellos días, cuando bullía el 15M, un pequeño grupo de exaltados dentro del colectivo de los llamados 'indignados' trató de impedir el paso de vehículos y comenzó a lanzar objetos y a increpar a funcionarios policiales que custodiaban el edificio en protesta por la presencia de imputados del Partido Popular entre los parlamentarios que iban a tomar posesión. La situación generó tensión y los antidisturbios cargaron contra los manifestantes.

La abuela se puso en contacto con los Servicios Sociales para advertir de las condiciones de vida de los pequeños Amiel y Rachel

Una de las arrestadas fue María Gombau, que fue condenada por esos altercados a hacer trabajos para la comunidad en el municipio de Rocafort, donde residía con su familia. Posteriomente fue absuelta por la Audiencia Provincial junto a otros detenidos. "Lo que han hecho es cogerme a mí y pegarme, porque soy la débil", se quejó la detenida ante las cámaras aquel día.

Las fotos de aquella detención regresan ahora como un mal presagio de lo que ocurrió este pasado miércoles. Ocho años después, el sueño antisistema se había convertido en una vida desordenada, sin apenas recursos económicos y alejada de la realidad social junto a su pareja Gabriel, un ciudadano belga con el que residió en Bruselas un tiempo hasta que decidieron regresar a España, donde tuvo a su segunda hija.

Alejada de su familia, aunque su madre la ayudaba llevándole comida, ropa y utensilios para sus nietos, son varios los conocidos que señalan su progresivo descenso a los infiernos y su trastorno psicológico. Su vida, sin agua corriente ni luz contratada, en condiciones higiénicas cuestionables para criar a dos niños y sin empleo estable quedaba muy lejos de las comodidades del entorno y de los adosados de clase media-alta en la frontera de Godella y Rocafort. Gabriel, no obstante, se había esforzado en rehabiltar la vivienda y hacerla habitable. Casi nadie pone en duda el amor que mostraban por sus hijos, como revela el propia foto de perfil que María tenía en Facebook. Sin embargo, la pendiente emocional comenzó a ir hacia abajo en las últimas semanas.

Foto: Integrantes del dispositivo de búsqueda en el chalé okupado de Godella. (EFE)

Algunos familiares (la propia abuela y madre de María) habían advertido de la situación, aunque dos patrullas de la Policía Local de Godella y de Rocafort estuvieron el pasado lunes, a raíz de un aviso telefónico, en la casa de los niños hallados muertos y cuyos padres están acusados de un delito de homicidio. Allí comprobaron que los progenitores y los menores estaban "en buenas condiciones".

Así lo explicó el Ayuntamiento de Godella en un comunicado este viernes, en el que precisó que en febrero de 2016 los Servicios Sociales del consistorio intervinieron por un conflicto de convivencia vecinal con la misma familia a petición del Juzgado número 2 de Paterna. Ese mismo año se archivó tras constatar que habían abandonado el municipio. La relación entre abuela e hija no era buena.

Además, el miércoles el Teléfono del Menor contactó con los Servicios Sociales de Godella a raíz de una información facilitada por familiares, y se estableció una coordinación con el centro escolar San Sebastián de Rocafort, donde asistía el hijo mayor, el Centro de Salud de Godella y la Policía Local de Godella. El niño llevaba días sin acudir al colegio.

El jueves la Policía Local de Godella recibió una llamada de la Policía Local de Rocafort informando sobre un servicio de emergencia recibido a través del 112 que se estaba produciendo en la cercanía de la vivienda ocupada por esta familia. Ya era demasiado tarde. Los niños estaban sepultados bajo tierra y su madre repetía en bucle que "tenían que resucitar".

María Gombau, la madre de los dos niños asesinados en Godella la noche del pasado miércoles, soñaba con vivir en una granja en la montaña de la sierra de Gúdar (Teruel), alejada del sistema y del mundo convencional. La principal sospechosa de la muerte de los pequeños Amiel e Ixchel optó desde casi su adolescencia por un estilo de vida alternativo que, lejos de proporcionarle el equilibrio mental que buscaba, derivó en una trágica alucinación autodestructiva. Tanto ella como su marido han sido detenidos por un presunto delito de homicidio y han pasado a disposición judicial.

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