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El fiscal se basa en las tesis del juez Torres para pedirle a Corulla 100 millones por ‘Malaya’
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LA NIÑA MIMADA DE LA TRAMA DE CORRUPCIÓN

El fiscal se basa en las tesis del juez Torres para pedirle a Corulla 100 millones por ‘Malaya’

Montserrat Corulla, La dama del velo blanco, se enfrenta a una multa de 100 millones de euros y a cuatro años de cárcel, tras la petición

Foto: El fiscal se basa en las tesis del juez Torres para pedirle a Corulla 100 millones por ‘Malaya’
El fiscal se basa en las tesis del juez Torres para pedirle a Corulla 100 millones por ‘Malaya’

Montserrat Corulla, La dama del velo blanco, se enfrenta a una multa de 100 millones de euros y a cuatro años de cárcel, tras la petición del fiscal Juan Carlos López Caballero por su presunta implicación en el delito de blanqueo de capitales en el caso Malaya. La solicitud de la condena se basa, prácticamente en su totalidad, en las tesis mantenidas en el auto de procesamiento que dictó el juez Torres antes de apartarse del procedimiento.

 

Montserrat Corulla, descrita a lo largo del voluminoso sumario Malaya, como la principal testaferro de Roca y a quien el propio Juan Antonio Roca (alias El Piedras y alias Juanito Valderrama, según denominaciones usadas por la propia Corulla), describe como "una fenómena", entró en contacto con la trama marbellí a través del despacho de abogados Sánchez-Zubizarreta, según reconoció ella misma ante el magistrado.

La abogada más codiciada mediáticamente, admitió en su declaración judicial que actuaba como mujer de paja del supuesto artífice de la corrupción marbellí, y que cobraba un salario mensual de 4.000 euros como empleada de una de sus sociedades. En uno de los testimonios a petición propia, afirmó que “había firmado dos transferencias de cantidades millonarias a Suiza desde el despacho Sánchez Zubizarreta-Soriano Pastor “pero sin saber el destino de los fondos”.

Ya en el auto de procesamiento fijado por el juez Torres fechado en Marbella el 18 de julio de 2.007 se fijó  la suma de 100 millones de euros de multa para “Montserrat Corulla Castro, Miguel Pérez CaminoGonzalo Astorqui Zabala y Julio Blasco Garrido, atendiendo simplemente a los fondos recibidos y objeto de blanqueo en sus entidades como Condeor, Masdevallía y Lipizzar”.

La Corulla en el segundo estadio

En el escrito de López Caballero se afirma que en la estructura delictiva de Roca se practicaba la división del trabajo. En la cúspide se encontraban los abogados del despacho Sánchez Zubizarreta-Soriano Pastor, que creaban y mantenían el entramado de 71 empresas tras las que Roca ocultaba su patrimonio y que recibió ingresos en metálico de 25,5 millones de euros entre 1994 y 2005.

Montserrat Corulla se encontraba en el segundo estadio: dentro del conjunto de los encargados de adquirir y gestionar los inmuebles “de su jefe”, como los hoteles de El Rocío (Huelva), Los Alcázares (Murcia) o los tres palacios que Roca poseía en Madrid. Según se desprende de la investigación policial Montserrat Corulla empezó a recibir órdenes directas del “jefe”.  En una de las conversaciones intervenidas por la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO), Corulla se quejaba de que “El Piedras nunca tiene bastante…”, hecho que la hacía que tener que trabajar más que el resto de los letrados del despacho para no enfadarle.

La niña mimada

Algunas imputadas del caso Malaya se han quejado del trato de favoritismo que han dispensado “los jueces con la Corulla”. Montse, además de ser una de las pieza clave en la trama, ha sido en todo momento “la niña mimada del proceso”.

El 29 de marzo de 2006 la abogada fue detenida en la primera fase de la Operación Malaya. Ahí el mundo se le vino encima. Tras negarse durante cinco meses a confesar sus actividades presuntamente ilícitas, el 28 de agosto del 2009 compareció a petición propia ante el juez Torres para hablar. Y allí contó todo lo que debía contar. Durante el transcurso de esta declaración pactó una serie de condiciones que le permitieron, una semana después, el 4 de septiembre, salir de la prisión de Alhaurín de la Torre tras depositar una fianza de 60.000 euros. Y lo que es más, en diciembre de ese mismo año viajó a Sudáfrica con su novio de entonces, el empresario Gonzalo Muñoz, para pasar las Navidades junto a su familia de safari. 

Entre esas medidas de favor que se pactaron el día de la confesión de la La dama del velo blanco estaban “la de archivar ciertas conversaciones telefónicas privadas de Corulla para proteger su intimidad”. Parte del contenido de estas conversaciones luego vieron la luz, porque paralelamente a las escuchas policiales del caso Malaya, Monserrat Corulla tenía pinchado el teléfono por detectives contratados por Muñoz, sospechoso de que le era infiel.

 

Por amigos comunes

La acusada de blanqueo de capitales admitió ante Torres que actuaba como testaferro de Roca y proporcionó valiosa información para el proceso judicial, según aseguraron fuentes cercanas al caso. Montserrat Corrulla relató al juez Miguel Ángel Torres que conoció a Juan Antonio Roca a través de amigos comunes que le pusieron en contacto con el despacho de abogados Sánchez Zubizarreta-Soriano Pastor, cuyo equipo de abogados fabricó, supuestamente, todo un entramado societario a través del cual se ocultaba y blanqueaba el patrimonio obtenido ilícitamente por ex asesor de urbanismo en el Ayuntamiento marbellí.

La letrada aseguró que, en principio, entró a trabajar en el bufete realizando tareas menores, hasta que reclamó llevar a cabo otras de mayor envergadura y que llevaran aparejado más salario, alegando para ello su formación como jurista. En su defensa, Montserrat Corulla dijo también “que en muchas ocasiones no sabía lo que firmaba”. Y tal vez por ese desconocimiento “tan poco creíble” se enfrente ahora a una de las demandas mas duras del fiscal solicitándole una multa de 100 millones de euros.

Montserrat Corulla, La dama del velo blanco, se enfrenta a una multa de 100 millones de euros y a cuatro años de cárcel, tras la petición del fiscal Juan Carlos López Caballero por su presunta implicación en el delito de blanqueo de capitales en el caso Malaya. La solicitud de la condena se basa, prácticamente en su totalidad, en las tesis mantenidas en el auto de procesamiento que dictó el juez Torres antes de apartarse del procedimiento.

Caso Malaya