Así es la Aister H60, la lancha de más de 2 millones de euros que utiliza la Guardia Civil para interceptar narcos

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La muerte de dos guardias civiles en acto de servicio en Barbate, tras ser arrollados por una narcolancha, ha avivado el debate en torno a los medios de los que disponen los agentes para combatir a los narcotraficantes. En este caso, iban a bordo de una zódiac, una embarcación inflable de apenas cinco metros de eslora que resulta poco apropiada para enfrentarse a las grandes y potentes lanchas que utilizan los narcos hoy en día.

Los agentes no siempre se ven obligados a recurrir a zódiacs como esa, y en esta ocasión lo hicieron porque las patrulleras que tiene el cuerpo en Cádiz estaban averiadas. De entre las patrulleras de las que dispone actualmente el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, destaca el modelo Aister H60, que próximamente llegará a estar representado con ocho unidades en su flota.

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El astillero Aister (Aislamientos Térmicos de Galicia, S.A.), ubicado en Moaña (Pontevedra), cerró el primer contrato de patrulleras H60 para la Guardia Civil en 2021, con dos unidades en una licitación por 4,5 millones de euros: la primera de ellas fue bautizada como 'Río Flumen'. Operan en Algeciras y Huelva.

Posteriormente le adjudicaron otras tres unidades por 7,2 millones, y actualmente tiene en marcha otra licitación de tres Aister H60 por valor de 7,5 millones, por lo que se prevé que al finalizar esos trabajos la Guardia Civil disponga de ocho de estos modelos.

Así es la Aister H60

Esta patrullera moderna y con tecnología punta está especialmente diseñada para tener la capacidad de perseguir e interceptar a los narcos en el mar, y en teoría puede alcanzar velocidades de entre 60 y 70 nudos, comparables a las narcolanchas más veloces. Incluye sistemas de lanzagranadas, su estructura reforzada y casos de aluminio están pensados para soportar fuertes choques, y tiene una vida útil de aproximadamente 20 años.

Tiene un gran tamaño de 18 metros de eslora, y su interior está completamente equipado. En un primer momento, eso sí, la Guardia Civil tuvo problemas con su velocidad, pues constató que solo llegaba a navegar a entre 55 y 57 nudos, menos de lo prometido e insuficiente para alcanzar a los narcos más escurridizos. Aquel inconveniente se debió a que Aister había limitado los motores de la embarcación al 70% de potencia, con el propósito de protegerlos.

En cualquier caso, durante estos días son muchos los que están defendiendo la postura de que los agentes de la Guardia Civil deberían disponer de un mayor número de embarcaciones de este tipo, con las características más avanzadas posibles, para hacer frente al narcotráfico.