Corea del Norte cierra su embajada en Madrid por la actitud "inamistosa" del Gobierno español

La embajada de Corea del Norte en Madrid comunicó al Ministerio de Asuntos Exteriores su cierre mediante una nota verbal, enviada el 26 de octubre, en la que justifica su decisión por las “medidas inamistosas” aplicadas por el Gobierno español, según indican fuentes diplomáticas y de la sociedad civil.

La nota recuerda que en 2017 el embajador norcoreano, Kim Hyok-Chol, y otro diplomático, fueron expulsados. El entonces ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, tomó la decisión de declararles persona non grata después de que Pyongyang llevara a cabo un ensayo nuclear y pusiera a punto misiles balísticos intercontinentales. Desde entonces, la embajada estaba dirigida por un encargado de negocios, So Yun Sok. A partir de ahora, será la embajada norcoreana en Roma la que llevará las relaciones con España.

NK News, una publicación surcoreana que sigue de cerca las actividades del régimen de Pyongyang, aseguró, sin embargo, que el cierre obedecía a razones más prosaicas: la necesidad de ahorrar divisas. Precisa que al menos una docena de embajadas y consulados norcoreanos van a echar el cierre en las próximas semanas.

“Esta avalancha de cierres parece mostrar que ya no es factible para el norte mantener misiones diplomáticas” porque “sus esfuerzos para conseguir divisas han tropezado con el endurecimiento de las sanciones” que EEUU y la Unión Europea imponen al régimen de Kim Jong-un, declaró a la agencia de prensa surcoreana Yonhap, un funcionario del Ministerio de la Unificación en Seúl.

"Esta avalancha de cierres parece mostrar que ya no es factible para Corea del Norte mantener misiones diplomáticas"

Corea del Norte padece una nueva hambruna como la que golpeó a sus 25 millones de habitantes entre 1995 y 2000, según señalan algunas agencias de Naciones Unidas y confirman investigaciones periodísticas como la de la BBC publicada en junio pasado. A finales del siglo pasado, tres millones de norcoreanos murieron de inanición. Aun así, el régimen sigue adelante con su ambicioso programa armamentístico.

La nota verbal norcoreana esgrime una segunda razón para justificar el cierre: la continuación de “las provocaciones de los malvados desconocidos que amenazan severamente la seguridad de nuestra embajada”. Alude al asalto que sufrió su representación diplomática en el barrio madrileño de Aravaca, en febrero de 2019, por parte de Free Joseon, un misterioso grupo enemigo del régimen encabezado por Adrian Hong. El jefe de los asaltantes apareció después en EEUU y aseguró haber entregado el material robado, sobre todo ordenadores, al FBI.

La embajada de Corea del Norte ha comunicado también por carta, el 26 de octubre, su cierre al que era su principal interlocutor en España, el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Esta minúscula formación, que se escindió del Partido Comunista de España en 1984, apenas cuenta con un puñado de concejales en localidades pequeñas, pese a haberse presentado desde entonces a todas las elecciones municipales, legislativas y europeas.

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Julio Díaz Díaz, secretario general del PCPE, respondió también por carta a la comunicación de la embajada. Afirma en su contestación que “se siente con el pesar de no haber podido revertir la agresividad de los gobiernos del Estado español que, vía la Unión Europea, han aplicado con saña las sanciones impuestas por el imperialismo”.

El secretario general se despide expresando su “alta consideración (...) al camarada Kim Jong-un, al Partido de los Trabajadores de Corea y al Gobierno de la República Popular Democrática de Corea”. El régimen norcoreano está considerado por las principales ONG de derechos humanos como una de las dictaduras más férreas del mundo. En el índice de Freedom House se sitúa en el pelotón de cola junto con otros tres países: Siria, Sudán del Sur y Turkmenistán.