¿Quién mató al agente Celso?

A. Requeijo | EC Diseño
Ilustración de muerte en el salvaje Ourense: ¿quién mató al agente Celso?

sta historia discurre entre tintes propios de un wéstern en versión española donde casi nada es lo que parece. Varias acusaciones se solapan en los juzgados. Los sumarios hablan de clanes policiales enfrentados, personajes de los bajos fondos, drogas, pinchazos telefónicos y la aparición de oportunos escritos anónimos que juegan a alterar el guion de los hechos. No es Baltimore, ni Nueva York, es Ourense.

Ilustración de la primera escena
Primera escena

El cuerpo de un policía yace sobre un cerco de sangre en su despacho de la comisaría provincial de Ourense. Lleva horas tendido cuando aparecen los primeros compañeros en la escena de lo que, a simple vista, parece un suicidio. El fallecido es Celso Blanco, un veterano experto en tiro acostumbrado a tratar con la prensa. Presenta un disparo en la cabeza. Sin embargo, una jueza mantiene imputados a dos compañeros suyos. Son los gemelos Roi y Bernardo Deprado Lahoz. Los dos hermanos visten, se mueven y piensan igual.

Segunda escena

El inspector Antonio Rodríguez es ahora el jefe del Grupo de Drogas de la ciudad. Entabla relación con una vieja narcotraficante local a la que llaman la Pucha. Los chivatazos de esta delincuente habitual proporcionan al policía éxitos rápidos y mediáticos en la calle. Pero todo se tuerce cuando alguien avisa de sus actividades a la Unidad de Asuntos Internos en Madrid.

Ilustración de la segunda escena
Ilustración de la tercera escena
Tercera escena

Un recuento rutinario en la armería de la comisaría detecta la desaparición de varias pistolas. Se guardan en una habitación que cuenta con dos puertas, pero solo hay tres personas que tienen llave para entrar. Los responsables policiales saldan el caso como un error de inventario. Cualquier intento por mantenerlo oculto salta por los aires cuando los periódicos locales se desayunan una mañana con la información de un comunicado anónimo. Denuncia un mercado negro de armas con epicentro en la sede policial. Las tres escenas anteriores están relacionadas.

Ilustración de Celso Blanco y algunas de las frases de su nota de suicidio
Celso Blanco y algunas de las frases de su nota de suicidio

Celso dejó una enigmática nota de despedida. Pedía perdón y avisaba a sus allegados de que ya lo entenderían. Venía a admitir su culpa en el robo de armas en el búnker de la comisaría. La confesión habría puesto el punto final a esta madeja, pero la jueza que asumió las pesquisas consideró demasiado burda la tesis del suicidio. La muerte solo fue un punto y aparte en el alambicado relato que lleva hasta los dos policías gemelos como únicos sospechosos del homicidio. Eran compañeros y amigos del fallecido. Tímidos ante los medios, cuesta distinguirlos.

Han sido muchos los investigados y hasta la fecha todos siguen en libertad. La Justicia no ha sido capaz de dar respuesta a las incógnitas que rodean la muerte de Celso. El Confidencial ha tenido acceso a miles de folios que permiten adentrarse en un caso que ha tenido escaso eco fuera de la prensa local, pero que conforman uno de los casos más complejos de la historia reciente en España. El análisis de estos documentos y entrevistas personales a sus protagonistas ha dado como resultado una profunda investigación que muestra el lado menos conocido de una ciudad tranquila. Ourense presenta bajos niveles de criminalidad, hay años que se cierran sin ningún homicidio.

Su comisaría de Policía rompe el paisaje urbano. Es un edificio grisáceo de grandes dimensiones con aspecto de fábrica vieja si no fuera por unas estructuras llamativas de color amarillo que le dan un aspecto de modernidad algo extravagante. Los vecinos de Ourense – 105.000 habitantes– han vivido en su mayoría ajenos todos estos años a los pormenores de lo sucedido en las instancias de esa dependencia policial.

¿Quién es quién?
¿Quién es quién?
Celso Blanco, agente fallecido
¿Asesinato de los hermanos gemelos?
Antonio Rodríguez sustituyó al gemelo como jefe del grupo de drogas
Josefa la Pucha jefa narco del barrio de Covadonga
Texto e investigación Alejandro Requeijo
Diseño, ilustración e infografía Rocío Márquez y Marina G. Ortega
Desarrollo Luis Rodríguez