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La polémica finca del magnate Antolín en Burgos: ni vía verde ni parque natural
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DÉCADAS DE PROMESAS INCUMPLIDAS Y BLOQUEO

La polémica finca del magnate Antolín en Burgos: ni vía verde ni parque natural

José Antolín, gigante de la automoción y una de las mayores fortunas de España, evita que su finca familiar se vea afectada por proyectos como un parque natural o una vía verde

Foto: José Antolín (izquierda). A la derecha, el acceso a la finca La Santé, en Oña, propiedad de la familia Antolín. (EC)
José Antolín (izquierda). A la derecha, el acceso a la finca La Santé, en Oña, propiedad de la familia Antolín. (EC)

Prometía ser el Port Aventura del norte de España. Más de 7.000 millones de pesetas de inversión privada y un gran inyección de fondos públicos para construir un hotel-balneario de lujo, una villa temática medieval, un lago artificial de diez hectáreas, una noria enorme y una amplia área de deportes de aventura. Se generarían más de 100 empleos directos y otros tantos indirectos. Era otoño de 1997 y el norte de Burgos hervía de esperanzas y expectación ante el proyecto que iba a salvar las comarcas de la Bureba y Las Merindades de la penuria y la despoblación.

"Esta iniciativa es el oro negro de esta comarca. Daremos toda la ayuda que necesiten los promotores y lucharemos para que el proyecto salga adelante", exclamó el entonces alcalde de Oña, Demetrio Alonso. La prensa señalaba discretamente a "un grupo de empresarios" en el papel de promotores, pero quien en realidad movía los hilos del proyecto era José Antolín Toledano, presidente y fundador de Grupo Antolín, el gigante burgalés de la automoción, actual 64 mayor fortuna de España con un patrimonio neto de 870 millones y 30.000 empleados en 26 países. Junto a él otro burgalés acaudalado, el constructor Jesús Arranz Acinas, socio habitual de Antolín. Ambos encabezaban la sociedad Caminos del Norte.

placeholder José Antolín (izquierda) y Jesús Arranz (derecha) en una imagen de archivo
José Antolín (izquierda) y Jesús Arranz (derecha) en una imagen de archivo

"Oña va a sufrir un cambio radical y con ella toda la comarca. Se conseguirá atraer turismo nacional e internacional", insistía el alcalde. La burbuja de entusiasmo alcanzó niveles considerables. Antolín solo exigía una cosa para construir el parque temático en La Santé, su finca particular de 278 hectáreas ubicada en Oña: que la excluyeran del Espacio Natural Montes Obarenes. Este espacio justo se estaba conformando y tenía al magnate de la automoción algo mosqueado, ya que confería a su finca el mayor rango de protección medioambiental y limitaba notablemente su uso.

Antolín pidió sacar su finca de un parque natural para construir un gran centro recreativo. La finca fue excluida pero el centro no se construyó

El ayuntamiento de Oña y la Junta de Castilla y León aceptaron la exigencia sin pestañear. De un plumazo, La Santé quedó fuera del espacio protegido, enmendando así a los técnicos que redactaron el proyecto, que consideraron La Santé una parte fundamental. También se guardó en un cajón un informe posterior de la consejería de Medio Ambiente que desaconsejaba construir un centro recreativo de masas en pleno parque natural.

placeholder La finca La Santé, en Oña, es propiedad de la familia Antolín
La finca La Santé, en Oña, es propiedad de la familia Antolín

Han pasado 23 años y en La Santé no se ha construido un Port Aventura ni nada que se le parezca. En realidad, no se ha construido nada. Tras conseguir sacar la finca del parque natural, nunca más se supo del "oro negro" que iba a salvar al norte de Burgos de la despoblación. Cinco años después del anuncio, en 2002, la entonces alcaldesa de Oña, Berta Tricio, pidió explicaciones a Antolín y Arranz. Le respondieron, lacónicamente, que nuevos informes técnicos comprometían la viabilidad del proyecto por razones climatológicas. ¿Siguen pues adelante con el parque temático?, incidió la alcaldesa. No hubo respuesta.

Dos años más tarde, en 2004, el PSOE presentó una Proposición No de Ley (PNL) en las cortes de Castilla y León para que La Santé volviese a formar parte del parque natural Montes Obarenes si Antolín y Arranz finalmente descartaban la inversión. La PNL quedó aprobada a la espera del 'sí' o el 'no' de los empresarios. Nueva callada por respuesta. Los años pasaron y hoy todo el mundo tiene claro que no se va a invertir ni un céntimo. Pero, eso sí, la finca ha quedado excluida del parque, tal como exigían los empresarios.

placeholder Acceso a la finca La Santé, en Oña, propiedad de la familia Antolín. (D.B.)
Acceso a la finca La Santé, en Oña, propiedad de la familia Antolín. (D.B.)

La historia se repite

"Fue una gran decepción. Que te vendan la moto para que saques la finca del parque natural y te lo vendan como interés general y creación de empleo es una tomadura de pelo. Yo ya tenía mis dudas desde el día en que presentaron el proyecto. Lo único que hicieron fue arreglar unos tejados del edificio principal. Fue un engaño manifiesto a toda una comarca", sentencia el actual alcalde de Oña, Arturo Pérez.

La familia Antolín se niega a que el proyecto de reactivación turística Vías Verdes pase por el trazdo original en su finca

El alcalde recuerda con desagrado ese episodio y se indigna porque hoy la historia se repite. Por culpa de La Santé, peligra el proyecto de Vías Verdes llamado a impulsar el turismo y el desarrollo local en una zona tan deprimida como La Bureba y Las Merindades. El Grupo Asuari, filial de Grupo Antolín que figura como actual propietario, no quiere que la vía verde, que es la antigua vía del tren Santander-Mediterráneo reconvertida en camino turístico, pase por dentro de su finca.

Cerca de 1,5 kilómetros de la antigua vía del tren cruzan La Santé cerca de la casa-palacio que preside la finca. Sin la construcción de ese tramo es imposible conectar la vía que se está acondicionando a ambos lados de la propiedad, y por lo tanto pierde todo el atractivo para los turistas.

placeholder Un 70% de la vía verde Santander-Mediterráneo está lista para su uso. (D.B.)
Un 70% de la vía verde Santander-Mediterráneo está lista para su uso. (D.B.)

Antolín no bloquea explícitamente, según las voces conocedoras del proyecto. Todo empezó 2008, cuando el Centro de Desarrollo Rural (Ceder) de Las Merindades impulsó la construcción del camino natural. Habló con Adif, propietaria de la vía férrea, y con el Ministerio de Medio Ambiente, que es quien financiaba este proyecto en distintos puntos de España (hoy el responsable es el Ministerio de Agricultura).

El Ceder logró que el ministerio aprobase una vía verde 64,3 kilómetros de longitud con un presupuesto de 5,3 millones. Pero alguien presentó alegaciones: era el Grupo Asuari, que veía con desagrado el trasiego de turistas por el interior de su finca. Para ello propuso sacar el camino a uno de los márgenes, al otro lado del río Oca junto a la carretera nacional, aún dentro de la propiedad familiar pero ya totalmente apartado.

Antolín convenció a los impulsores de la vía verde que había que sacarla de su finca. Precio del sobrecoste: 500.000 euros

El trazado de la vía es propiedad de Adif y pasa por multitud de fincas particulares. Un propietario no tiene sobre el papel derecho a impedir su utilización, pero Antolín convenció al Ceder y a Adif de que era necesario desviar la vía verde de su finca. Para ello habría que acondicionar un camino que no existe junto a una carretera y construir dos pasarelas peatonales sobre el río Oca. Precio aproximado del sobrecoste: 500.000 euros, según fuentes cercanas. Ninguna entidad ha facilitado detalles del mismo a este periódico.

¿Quién paga el desvío?

El problema es saber quién paga el sobrecoste, y en el norte de Burgos llevan diez años esperando una respuesta. Fue en 2010 cuando Antolín negoció con el Ceder sacar la vía turística de su finca. Según relató entonces la prensa local, el magnate se comprometía a poner 300.000 euros. Hubo cierta discusión sobre por qué Antolín había de tener el privilegio de excluir su finca del camino natural, más viendo el precedente del parque temático nunca construido, pero para su fortuna todo quedó paralizado ese mismo año debido a los rigores de la crisis económica y otros problemas con los terrenos. Cuando volvió a haber dinero para las vías verdes, a inicios de 2018, las máquinas regresaron al norte de Burgos. Ese mes de marzo, Antolín, a través del Ceder, pidió oficialmente el desvío.

Desde entonces las obras han ido avanzando a buen ritmo. Menos en el interior de La Santé, que luce hoy como siempre, sin más actividad que la de la familia que vive en la casa principal, contratada para mantener la finca. La antigua vía del tren discurre por mitad de los campos arados. Cuesta distinguir el trazado, oculto bajo la maleza. En apariencia, no existe un uso comercial o un motivo claro que explique por qué la vía verde no puede cruzar este terreno, y nadie se presta a explicar las razones.

placeholder La vía verde, antigua línea de ferrocarril, en el centro de la imagen, cruza la finca La Santé
La vía verde, antigua línea de ferrocarril, en el centro de la imagen, cruza la finca La Santé

El bloqueo es total. El Ministerio de Agricultura confirma que el desvío a la altura de La Santé "se encuentra en estudio" desde que fue presentado hace dos años. Pero fuentes cercanas a la familia Antolín niegan toda polémica. "Por parte de los propietarios de la finca no existen problemas en la ejecución de la obra. Hay una voluntad clara de que esa vía verde se haga", afirman. Y se hará, según esas fuentes, siguiendo el proyecto de desvío que ya plantearon hace 10 años, que saca el camino natural de delante de la casa principal y lo aleja a la carretera. No consta ningún otro caso de un particular que haya sido capaz de desviar la vía verde de su trazado original.

Sobre quién paga el proyecto nadie ofrece una respuesta. El ministerio no parece dispuesto a sufragar con dinero público el proyecto de un propietario particular, y Tragsa, ejecutora de las obras, dice que hasta que no haya fondos no va a mover una máquina. Toda la vía verde ha de estar terminada en diciembre de 2021.

Yo lo llamo el milagro de La Santé, el milagro de una familia poderosa que logra poner sus intereses por encima del interés público

"Yo lo llamo el milagro de La Santé, el milagro de una familia poderosa que gracias a sus relaciones clientelares con la Junta de Castilla y León y las administraciones locales logra poner sus intereses particulares por encima del interés público y el medio ambiente. También es la historia de una farsa, del engaño a una de las zonas rurales más necesitadas del país, primero con promesas que sabían que nunca iban a cumplir y ahora pretendiendo que con el dinero de todos le saquen la vía verde de su finca", resume Carlos Palma, responsable del Grupo Naturalista CIE, una de los pocas entidades que se ha atrevido a acusar a Antolín en Castilla y León.

placeholder La vía verde acondiciona las vías de tren en desuso para convertirlas en caminos naturales. (D.B.)
La vía verde acondiciona las vías de tren en desuso para convertirlas en caminos naturales. (D.B.)

"El perjuicio sobre la región es enorme. Por culpa de este bloqueo no se puede completar una apuesta turística muy importante para nuestra zona, que sufre desde hace años un grave problema de despoblación. Este tipo de gente con dinero e influencias que cree que está por encima de las leyes es la que al final hunde al mundo rural", le secunda Roberto Fernández, portavoz de la Asociación Cultural Tedeja. "De entrada es un escándalo que el Ceder apoye a un particular en su intención de desviar la vía verde. Antolín nunca ha dado un motivo que justifique el desvío y parece que su intención es no pagarlo. Sospecho que lo que pretende es bloquear el proyecto para que nadie les moleste, igual que hicieron hace 20 años sacándose de la manga un parque temático para que la finca quedase fuera del parque natural".

"No podemos esperar más, nos estamos quedando sin población y sin alternativa de futuro", urge el alcalde de Oña

"Si esto no se desbloquea de inmediato, vamos a exigir al ministerio de Agricultura que ejecute la obra por su trazado original, que es la antigua vía del tren", exclama el alcalde de Oña, harto de los dolores de cabeza que La Santé, es decir la familia Antolín, lleva dando a los vecinos desde hace 23 años. "No podemos esperar más, nos estamos quedando sin población y sin alternativa de futuro. La vía verde es un proyecto importante para fijar población y reactivar la economía. No podemos pasarnos otros diez años igual".

El trazado ferroviario es de propiedad estatal y goza de un carácter jurídico de protección. El ministerio de Agricultura tiene pues en su mano descartar la propuesta de desvío presentada por el Grupo Asuari y acondicionar los 1,5 kilómetros de camino natural dentro de la finca, o exigir que sea el propietario quien sufrague la obra alternativa. Nadie se plantea lo contrario, es decir que el ministerio asuma el desvío con dinero público. "Sería un escándalo", indican los afectados. Igual que hace 23 años, el norte de Burgos está pendiente de la decisión de la familia más poderosa de la provincia.

Prometía ser el Port Aventura del norte de España. Más de 7.000 millones de pesetas de inversión privada y un gran inyección de fondos públicos para construir un hotel-balneario de lujo, una villa temática medieval, un lago artificial de diez hectáreas, una noria enorme y una amplia área de deportes de aventura. Se generarían más de 100 empleos directos y otros tantos indirectos. Era otoño de 1997 y el norte de Burgos hervía de esperanzas y expectación ante el proyecto que iba a salvar las comarcas de la Bureba y Las Merindades de la penuria y la despoblación.

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