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Dos años de cárcel por estafar a mendigos, analfabetos y desempleados
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NO INGRESARÁ EN PRISIÓN

Dos años de cárcel por estafar a mendigos, analfabetos y desempleados

Las víctimas no sospechaban nada hasta que los bancos comenzaban acciones judiciales contra ellos, cuyos nombres ya figuraban en el listado de morosos

Foto: Foto: Pixabay
Foto: Pixabay

El hombre que fue detenido en febrero de 2011 en Valladolid por utilizar a parados, mendigos y amigos como víctimas de numerosas estafas, Antonio María R.A, ha sido condenado a dos años de prisión, al alcanzar un acuerdo, frente a los nueve que pedía para él la acusación pública, y ni siquiera tendrá que ingresar en la cárcel.

La condena, que incluye una multa de 1.050 euros, ha quedado en suspenso siempre y cuando abone fielmente, a razón de cien euros al mes como mínimo, el conjunto de indemnizaciones estipulado en favor de las distintas entidades perjudicadas y que se eleva a casi 38.000 euros, de los que se habrán de descontar los 13.000 ya consignados por el condenado.

Foto: Varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía a la entrada de los juzgados de A Coruña. (EFE)

Antonio María R.A. logra así una sustancial rebaja de su condena, que inicialmente se elevaba a nueve años, tras considerarse autor de un delito continuado de falsedad en documento mercantil, así como de otro de falsedad en documento privado, en concurso medial con un delito de estafa, y todo ello con las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño.

Los hechos, saldados ya con una condena firme, fueron investigados por agentes del Grupo de Delincuencia Económica de la Brigada de Policía Judicial, a raíz de que en 2010 una de las víctimas que vivía en una residencia denunció que un amigo suyo le había dejado sin dinero.

El condenado se ofrecía para gestionarles su patrimonio o les ofrecía ofertas de empleo falsas. Luego, falsificaba sus documentos

Según fue avanzando la investigación, los agentes comprobaron cómo el detenido, de 72 años, elegía sus víctimas entre mendigos, parados y analfabetos, mostrando una gran falta de escrúpulos, dado que en algún momento no dudó en utilizar a amigos suyos para ser víctimas de sus estafas.

Modus operandi

Tras lograr captar su confianza, se ofrecía a ayudarles a gestionar su patrimonio o bien les ofrecía falsas ofertas de empleo. Después de conseguir acceso a sus cuentas corrientes, comenzaba su labor de falsificar documentación.

Foto: (Foto: Reuters)

Utilizando el nombre de sus víctimas y la documentación falsificada a su nombre, solicitaba préstamos, tarjetas de crédito y realizaba compras masivas de productos que posteriormente vendía a terceros. Realizaba verdaderos "descalabros" en el patrimonio de sus víctimas, que no sospechaban nada hasta que las entidades ejercían acciones judiciales contra ellos, figurando como morosos en los listados existentes con ese fin, tal y como en su día apuntó la policía.

Para eludir la acción policial utilizaba direcciones de terceros para recibir correspondencia y nunca aparecía ni física ni documentalmente, respondiendo sus víctimas de todas las deudas que dejaba.

El éxito de la operación fue vincular probatoriamente que era la persona que se encontraba detrás de todas las operaciones fraudulentas.
En el momento de la detención se intervino numerosa documentación falsificada, así como correspondencia bancaria de terceras personas que había sido sustraída de buzones para sus fines.

El hombre que fue detenido en febrero de 2011 en Valladolid por utilizar a parados, mendigos y amigos como víctimas de numerosas estafas, Antonio María R.A, ha sido condenado a dos años de prisión, al alcanzar un acuerdo, frente a los nueve que pedía para él la acusación pública, y ni siquiera tendrá que ingresar en la cárcel.

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