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La Policía Nacional sigue a la Municipal de Madrid y también comprará pistolas táser
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SOLO GUARDIA CIVIL NO SE PLANTEA COMPRARLAS

La Policía Nacional sigue a la Municipal de Madrid y también comprará pistolas táser

Policía Nacional y Policía Municipal de Madrid se unen a Mossos y Ertzaintza en la adquisición de este tipo de pistolas, consideradas por los agentes como las más proporcionales y eficaces

Foto: La Policía italiana ha incorporado el táser este mismo mes en varias ciudades. (EFE)
La Policía italiana ha incorporado el táser este mismo mes en varias ciudades. (EFE)

Durante los últimos años, las imágenes de agresiones a agentes de la autoridad a corta distancia se han repetido en España. La última tuvo lugar el pasado 16 de julio, cuando un hombre de 23 años intentó apuñalar con un cuchillo a varios policías nacionales en el distrito madrileño de Carabanchel. Una funcionaria en prácticas se enfrentó a él con una pistola que no llegó a disparar y salvó la vida gracias a la aparición de un coche patrulla que se interpuso entre ambos.

La jurisprudencia determina que la reacción policial debe ser siempre adecuada y proporcional a la amenaza a la que se enfrenta, lo que hace que los agentes no siempre se atrevan a repeler con arma de fuego el ataque de un cuchillo. Los jueces no siempre dan la razón a posteriori al policía que ha apretado el gatillo ante una amenaza de este tipo. Sin embargo, los que se enfrentan cada día a delincuentes con cuchillos o navajas lo tienen claro. "A cinco o seis metros de distancia, un arma blanca puede cumplir perfectamente su objetivo y ser más mortal que un revólver o una pistola", explica un policía que ha pasado casi toda su vida profesional en seguridad ciudadana, el departamento dedicado a hacer la calle, evitar desórdenes públicos y reaccionar a cualquier altercado o amenaza.

Con el fin de contar con una defensa intermedia que no sea mortal pero que reduzca al individuo que pretende dañar al policía, los diferentes cuerpos de seguridad del estado están comenzando a apostar por la denominada arma eléctrica. La marca comercial más conocida es Táser y funciona como una pistola de la que, al apretar el gatillo, no salen balas, sino unos cables que emiten una fuerte descarga sobre el objetivo. La electricidad reduce al delincuente y le imposibilita para reaccionar durante unos minutos

Actualmente 200 cuerpos de policía local en España disponen de estas pistolas eléctricas. Mossos y Ertzaintza también cuentan con algunas unidades. Son la Policía Nacional y la Guardia Civil las únicas corporaciones que no tienen entre sus armas estas defensas, aunque la primera por poco tiempo. La Dirección General de la Policía (DGP) está preparando el pliego de condiciones para sacar a concurso el contrato de adquisición de mil 'táser'. De momento, no está determinado el departamento del cuerpo al que irán dirigidas, según explican desde la DGP. La Guardia Civil, aseguran fuentes oficiales, no tiene entre sus planes de momento hacerse con este tipo de material.

placeholder Un policía italiano sostiene una 'táser'. (EFE)
Un policía italiano sostiene una 'táser'. (EFE)

También ha anunciado la compra de estas armas el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que esta misma mañana durante el pleno de la capital ha adelantado que gastará medio millón de euros en adquirir 200 pistolas de este tipo. El Gobierno municipal entiende que se trata de defensas "proporcionadas y garantistas". "Con estos dispositivos se puede garantizar mejor la convivencia y creemos que con ellos vamos a reforzar a los agentes en su labor policial", ha justificado Almeida en línea con el discurso esgrimido tradicionalmente por los policías.

"Mínima lesividad"

Así lo creen de hecho los funcionarios de la Policía Nacional y de la propia Policía Municipal de Madrid consultados por El Confidencial. "Reduce riesgos y daños, es más proporcional y menos lesivo", asegura el mencionado policía nacional de seguridad ciudadana. Provocan una "lesividad mínima que genera una incapacitación inmediata y transitoria de la persona violenta mediante pulsos eléctricos que interfieren en el funcionamiento de sus capacidades motoras, principalmente brazos y piernas", defienden desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que reclama desde hace años este tipo de defensas.

"Tienen amparo legal en el artículo 5.1 del Reglamento de Armas y suponen aumentar la gama de elementos con los que cuenta un policía nacional para hacer frente a un episodio violento, de acuerdo con los principios básicos de actuación de proporcionalidad, oportunidad y congruencia", argumentó el SUP en una reciente nota de prensa, donde también desechó cualquier daño sobre la persona. En realidad, aseguró el sindicato, no emiten descargas, sino "pulsos eléctricos de algo voltaje, bajo amperaje y corta duración". "Son similares a las señales usadas por el sistema nervioso humano, por lo que interfieren en las que mandan las fibras nerviosas" y provocan la reducción del atacante, que a los pocos segundos -una vez inmovilizado- "recupera el control total de sus músculos".

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El SUP asegura que "la evolución tecnológica ha permitido eliminar los riesgos cardiacos durante su uso, ya que los impulsos eléctricos generados están muy lejos del umbral peligroso para la salud, incluso aunque la persona tenga marcapasos". Amnistía Internacional denunció en 2012 -hace cinco años- que medio millar de personas fallecieron como consecuencia de esta defensa. La 'táser' se usa actualmente en la mayoría de países europeos, en el Reino Unido y en Estados Unidos. Es ágil, porque no ocupa más espacio que las pistolas de siempre, fácil de manejar, da seguridad a los agentes y sirve también como elemento disuasorio, defienden desde el mismo sindicato.

Aun así, otras fuentes policiales admiten que "falta un protocolo del uso de la fuerza que sirva de modelo para jueces, policías y fiscales y sea conocido por la opinión pública". Aseguran además que el encaje legal basado en el artículo 5 del Reglamento de Armas, que recoge las 'táser' como arma prohibida salvo para los agentes habilitados, podría ser insuficiente, ya que no determina en qué momentos ni quién podría usarlas.

Durante los últimos años, las imágenes de agresiones a agentes de la autoridad a corta distancia se han repetido en España. La última tuvo lugar el pasado 16 de julio, cuando un hombre de 23 años intentó apuñalar con un cuchillo a varios policías nacionales en el distrito madrileño de Carabanchel. Una funcionaria en prácticas se enfrentó a él con una pistola que no llegó a disparar y salvó la vida gracias a la aparición de un coche patrulla que se interpuso entre ambos.

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