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Paco Molina, 16 años, desaparecido en 2015: "¿Por qué no se habla de mi hijo?"
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Paco Molina, 16 años, desaparecido en 2015: "¿Por qué no se habla de mi hijo?"

Isidro se queja de que los medios no le han hecho caso y dice que por eso se ha lanzado a las redes sociales: "Más de 70 personas me han llamado ya para decirme que han visto a Paco"

Foto: Imagen de archivo de una concentración de familiares y amigos de Paco. (Canalsur)
Imagen de archivo de una concentración de familiares y amigos de Paco. (Canalsur)

Paco Molina tenía 16 años cuando desapareció durante la calurosa noche del jueves 2 de julio de 2015. Salió pasadas las 19:00 con sus amigos, en bermudas y camiseta. Estuvo tomando con ellos un refresco y patatas fritas en el parque cordobés de los jardines de los Patos. A las 22:30, le mandó un wasap a su padre. "Voy a dormir fuera", le escribió. "Me extrañó esa forma de expresarse, porque él siempre decía que iba a dormir a casa de su amigo fulanito, la única en la que alguna noche se quedaba", confiesa Isidro Molina, el padre del chico.

"Mi hijo solo dormía en esa casa, porque eran amigos de la familia; aquella vez era la tercera o la cuarta vez que lo hacía", recuerda Isidro, quien añade que, tras recibir el mensaje y notar algo raro, le dijo que no se acostara tarde. Como seguía intranquilo, llamó a su hijo por teléfono. "¿Cómo que vas a dormir fuera? ¿Dónde vas?", le preguntó. "Te lo he dicho por wasap", respondió el joven. "Y es verdad, tras colgar me entró el mensaje en el que me dijo que no se acostaría tarde", afirma Isidro, que fue en ese momento cuando habló por última vez con el chaval.

Nunca fue a dormir a casa de su amigo. Tras despedirse de sus amigos, uno de ellos le preguntó que adónde iba. "He quedado con un colega en un bar del centro", le dijo. "¿Qué colega?", le interrogó su interlocutor. "Uno que tú no conoces", contestó Paco a la última persona conocida que aseguró haber visto al chico. "Mi hijo no llegó a ese bar", afirma con rotundidad Isidro, que fue al día siguiente a preguntar al camarero. "Me dijo que la noche anterior Paco no había estado por allí", subraya el padre, que está convencido de que a su hijo "se lo llevaron o le ofrecieron algo que luego se fue de las manos".

Foto: Bomberos y guardias civiles buscan al niño de ocho años desaparecido en Níjar (Almería). (EFE)

La Policía Nacional mantiene varias líneas de investigación abiertas, pero ninguna es pública. Sí confirmó al inicio de las pesquisas que la última conversación que Paco mantuvo por WhatsApp fue con una amiga 17 minutos después de las 12 de la noche. Le dijo que luego le escribiría cuando cargara el móvil porque se le estaba acabando la batería. Desde entonces, el celular no ha vuelto a emitir señal alguna.

Isidro está convencido de que su hijo no se ha ido voluntariamente porque había quedado con un amigo para el siguiente domingo, porque también se citó para correr con otro chico de su edad para el lunes y porque un día antes de desaparecer le pidió insistentemente a su madre que le comprara una moto. Era una conversación recurrente esta última, pero, según el padre, si se fuera a ir, no habría estado discutiendo por esto un día antes. "Además, ¿para qué queda con gente si sabe que se va a marchar?", se dice el hombre a modo de pregunta retórica.

"Si se iba a ir, se habría llevado el dinero que tiene en su cajón, pero solo se metió cuatro euros en el bolsillo, para comprar el refresco y las patatas fritas; además, se habría cogido alguna mochila; pero no, se fue con lo puesto", insiste Isidro, que este fin de semana irá junto a su mujer a la concentración que hay en Córdoba en homenaje al niño asesinado Gabriel Cruz. "Iremos porque no es solo por el pequeño, sino por todos los desaparecidos", subraya el padre de Paco, que recuerda a su hijo como un chico "noble".

"Recuerdo que le pregunté una Navidad que por qué vendía polvorones para sacar dinero para el viaje de estudios si él no iba a ir; me respondió que lo hacía para ayudar a un amigo cuyo padre se había quedado en paro", rememora Isidro, quien insiste en la posibilidad de que su hijo fuera engañado. "Si alguien le pide algo de ayuda a Paco, él lo hace", expone el padre, que ha montado un grupo de Facebook con 15.000 seguidores: Se busca a Paco Molina Sánchez. "Hay mucha gente que lleva más de dos años y medio apoyándonos", asegura con emoción el hombre, que aprecia enormemente la repercusión de las redes sociales.

Foto: Un agente de la Guardia Civil hace guardia en la zona donde desapareció Gabriel Cruz. (EFE)

"Es lo único que nos queda, los medios no nos hicieron caso; mandé correos electrónicos a todas las televisiones y a todos los periódicos de Madrid, incluso a los gratuitos; yo me ofrecí incluso a pagar por que me sacaran un anuncio que dijera que se busca a mi hijo, pero ni así; no entiendo por qué nadie habló de mi hijo", recuerda con tristeza. Solo una cadena sacó su historia. "Por eso me eché a las redes sociales", añade el hombre, que afirma que actualiza y alimenta todos los días los perfiles de Facebook y Twitter (@nosfaltapaco1).

En estas cuentas, la familia publicitó un número de teléfono al que de vez en cuando llegan fotos y mensajes de gente que asegura haber visto al chico. En total, Isidro contabiliza 70 llamadas de personas que han escrito o telefoneado para decir que han visto a Paco en algún sitio. La policía ha investigado todas ellas, pero sin éxito. El padre del chaval pide que la gente que crea haber visto a su hijo le haga una foto y la mande rápido. "Cada vez llegan más imágenes", afirma. "Pero es importante que no tarden en mandárnoslas para que los investigadores puedan actuar", agrega.

"Una chica me llamó porque creía haber visto a Paco en el metro de Madrid, pero lo hizo un mes después; ahí la policía no podía hacer nada", recuerda. "Otra me avisó de que había visto un chico parecido en un bar de Oviedo, aunque me avisó dos días más tarde; aun así, los agentes fueron, pero las cámaras del local estaban estropeadas", apunta Isidro, quien asegura que le ha escrito o telefoneado gente de Tarragona, Alicante, Valencia, Algeciras, La Línea o Madrid.

La capital de España, de hecho, es uno de los sitios de donde recibe más llamadas. Ahí es donde en teoría viajó el joven, según apunta una de las líneas de investigación. Un chófer de la estación de autobuses aseguró haber visto a Paco subir al bus que iba a la capital de España la mañana siguiente a la desaparición. "Pienso que alguna de estas llamadas será un día la buena", dice esperanzado el padre.

Paco Molina tenía 16 años cuando desapareció durante la calurosa noche del jueves 2 de julio de 2015. Salió pasadas las 19:00 con sus amigos, en bermudas y camiseta. Estuvo tomando con ellos un refresco y patatas fritas en el parque cordobés de los jardines de los Patos. A las 22:30, le mandó un wasap a su padre. "Voy a dormir fuera", le escribió. "Me extrañó esa forma de expresarse, porque él siempre decía que iba a dormir a casa de su amigo fulanito, la única en la que alguna noche se quedaba", confiesa Isidro Molina, el padre del chico.

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