El insólito caso del abogado Cuervo: tras su indulto ha sido condenado e imputado
Un letrado de la calle Serrano fue indultado en 2007. Desde entonces ha sido condenado por ayudar a Verbatim a eludir 3,3 millones de IVA y está imputado en dos causas, entre ellas la de Gao Ping
En una derivada del caso Banesto en los noventa, en el caso Gao Ping, en la condena a la multinacional Verbatim por un fraude fiscal de 3,2 millones y en una investigación en los juzgados de Plaza de Castilla por un fraude de seis millones de IVA... hay un nombre que se repite: José Luis Cuervo Calvo. Un discreto abogado de la calle de Serrano de Madrid al que la Agencia Tributaria persigue en varios frentes. En 2006 fue condenado por apropiación indebida pero un año después fue indultado parcialmente por el Gobierno del PSOE. No acabó su carrera ahí. Después fue condenado por un fraude fiscal de 3,2 millones y está implicado en dos causas más. ¿Quién es José Luis Cuervo? Él no ha querido hablar para este reportaje, pero un recorrido por sus causas judiciales permite reconstruir parte de su vida.
Madrid. Principios de los años noventa. España del pelotazo. El financiero Manuel Rein comienza a hacer operaciones extrañas con la sucursal española del banco alemán Westdeutsche Landesbank. Lo dirige en Madrid Karl Otto Börn y tiene como segundo a un abogado de 33 años llamado José Luis Cuervo.
Según la sentencia que condenó a los tres muchos años después, orquestaron un entramado para estafar a la matriz alemana del banco. Simulaban que Banesto apoyaba a Rein para concederle créditos que Dusseldorf no habría autorizado por la poca solvencia. Además, daban dinero a una empresa de Rein para que comprara "pagarés y bonos de entidades públicas y semipúblicas que nunca llegaron a emitirse" (como euskobonos o bonos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana).
La prensa entró en el tema. 'El País' informaba en noviembre de 1994 de que "Karl Otto Börn y el joven financiero español Manuel Rein Redondo montaron una red de financiación de hasta 117.000 millones de pesetas sin autorización de la matriz del banco y garantizada en parte por títulos inexistentes". Todo se centra en Börn y Rein. Cuervo es un desconocido y soporta la tormenta en la sombra.
El caso se eterniza en los tribunales hasta que el Supremo les condena en 2006 por estafa y apropiación indebida. La sentencia del Supremo, de julio de 2006, relata "el entramado urdido" por ellos e incluye detalles como cuando este certificaba la constitución de un depósito de 2.000 millones de pesetas en el banco que nunca habían entrado. Cuervo es condenado por estafa en primera instancia en 2005 y el Supremo ratifica la condena un año después. Finalmente, la pena impuesta es de tres años de prisión menor, 3.000 euros de multa y una indemnización al banco de 3,9 millones de euros.
El Supremo le condenó en 2006 pero un año después recibió el perdón parcial del Gobierno del PSOE
Por entonces Cuervo ya es otro. Ha dejado el sector bancario y se ha instalado por su cuenta. Está especializado en derecho mercantil. Trabaja para una multinacional y lleva concursos de acreedores. Pero, sobre todo, es intermediario. Pone en contacto a gente. Sabe de leyes y de economía. Y pese a que ha conocido el banquillo, no parece tener miedo a bordear la ley.
En 2005, el año de la primera condena, ya se está gestando su implicación en otro escándalo. Entonces el entorno de la multinacional de cedés Verbatim contacta con él, según la sentencia posterior de la Audiencia Nacional. Verbatim (o sus directivos) han decidido no pagar el IVA en España, para lo que simula que exporta la mercancía a Portugal, aunque los artículos nunca salen. Esa operación está exenta de IVA. Luego, formalmente los cedés vuelven a España a través de pequeñas empresas pantalla (llamadas 'truchas' en la jerga) que son liquidadas antes de pagar el IVA. Verbatim defraudó así 3,278 millones entre 2005 y 2008, siempre según la sentencia. Además, al vender más barato que la competencia, ganó cuota de mercado.
Mientras participa en el carrusel del IVA, Cuervo ve cómo su hoja de servicios queda prácticamente limpia. En octubre de 2007, el Consejo de Ministros le indulta parcialmente. Según el decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado, Justicia le conmuta "las penas privativas de libertad impuestas por otra de un año de prisión, a condición de que abone las responsabilidades civiles fijadas en sentencia en el plazo que determine el tribunal sentenciador y no vuelva a cometer delito doloso en el plazo de cuatro años desde la publicación del real decreto". El texto del acuerdo, propuesto por el entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, señala que se le indulta "considerando los informes del tribunal sentenciador y del ministerio fiscal", que según Justicia apoyaron el indulto. Un año después fue indultado Karl Otto Börn, su superior en Landsbank.
La trama de Verbatim cae en abril de 2009, cuando la Guardia Civil detiene a 19 personas. Los agentes han tenido pinchados teléfonos y entran en su despacho. No han pasado ni dos años desde que fue indultado. La Audiencia Nacional consideró el 6 de marzo pasado que Cuervo era pieza clave en la trama. Cuando le arrestan, lleva documentación de la firma Copysecuancia LDA, uno de los muchos nombres implicados en el carrusel "con miras a hacerla participar en el engranaje desde Portugal, que ya había diseñado para Víctor B. [el dueño de la empresa de Portugal que compraba los cedés y que fue condenado] en relación a las empresas Teknosum Star, Deltek Sistem, Intermedia Televisión, Stracta Visión, HQR América, Amaddeus Business, Interior Building Supplier, Freeway Telecom, Vertize Europea; se fueron creando para consumar la entrada en el mercado español del producto Verbatim sin coste fiscal alguno", según la sentencia.
La Audiencia falló que era pieza clave en el carrusel con el que Verbatim defraudó 3,3 millones
El fallo no se centra en Cuervo, al que cita siempre como el hombre que hacía los papeles: "Víctor, asesorado por Cuervo Calvo y para obtener un lucro igualmente ilícito, tejió una red de empresas constituidas en España" que simulaban compras de productos de Portugal a España. Es "la mente creadora de la estructura", quien "se ocupaba de la creación de sociedades instrumentales" y que "conocía todos los pormenores de la trama".
Por ello, Cuervo fue condenado el pasado mes de marzo pasado como "responsable por cooperación de un delito continuado contra la Hacienda Pública", penado con dos años y medio de cárcel y multa de 964.019 euros. Cuervo ha recurrido al Supremo, por lo que la sentencia no es firme.
Para un abogado, estar condenado por la Audiencia Nacional es un problema, pero para Cuervo no es el primero. El 19 de octubre de 2012, cuando el juicio de Verbatim ni se había celebrado, la Guardia Civil volvió a su despacho, lo detuvo y registró su casa. Esta vez buscaban pruebas por la operación Emperador, la trama con la que supuestamente Gao Ping enviaba cantidades ingentes de dinero a China sin el control de Hacienda.
La Fiscalía Anticorrupción lo define como "empresario español y abogado en ejercicio" que colabora "en la materialización de envíos de capital a la República Popular de China, fuera de los cauces legalmente establecidos. (...) Cuervo se dedica a realizar, de forma habitual, envíos de dinero de personas con amplio poder adquisitivo".
Cuervo pasó tres meses y medio en prisión preventiva y entonces el BOE comenzó a publicar los concursos de acreedores que perdía como administrador. Tiene cuentas embargadas y ha pisado la cárcel unos meses.
En el sumario hay una conversación entre dos españoles de la trama que hablan de una de tantas empresas: "Ya sabes el tema por dónde va. En tu ordenador te abres una carpeta que ponga facturas de José Luis Cuervo / Indegesu SL". Es solo una mención, y la empresa aparece solo un puñado de veces en un sumario de miles de folios y plagado de nombres de firmas que utilizaban la red de una forma u otra.
Pero en la Agencia Tributaria, tiempo después, alguien vuelve a hacer clic. Indegesu está siendo investigada desde este año por el Juzgado de Instrucción 25 de Madrid por fraude fiscal. La firma, aparentemente inactiva, cobró seis millones de euros de IVA pero no los ingresó en Hacienda, según fuentes del caso. En esa causa también está imputado Cuervo, que fue administrador único de la empresa y que tenía la sede en su despacho de Serrano. En ese lugar discreto en el que Hacienda tiene puesto el foco.
En una derivada del caso Banesto en los noventa, en el caso Gao Ping, en la condena a la multinacional Verbatim por un fraude fiscal de 3,2 millones y en una investigación en los juzgados de Plaza de Castilla por un fraude de seis millones de IVA... hay un nombre que se repite: José Luis Cuervo Calvo. Un discreto abogado de la calle de Serrano de Madrid al que la Agencia Tributaria persigue en varios frentes. En 2006 fue condenado por apropiación indebida pero un año después fue indultado parcialmente por el Gobierno del PSOE. No acabó su carrera ahí. Después fue condenado por un fraude fiscal de 3,2 millones y está implicado en dos causas más. ¿Quién es José Luis Cuervo? Él no ha querido hablar para este reportaje, pero un recorrido por sus causas judiciales permite reconstruir parte de su vida.