Sánchez tantea a Gabilondo desde el verano pasado para que releve a Gómez en Madrid

El golpe sobre la mesa de Pedro Sánchez para derribar a Tomás Gómez, escenificado el pasado miércoles en la sede de Ferraz por su número dos, César Luena, no fue improvisado. De hecho, la suerte del ya exsecretario general del PSOE madrileño (PSM) parecía estar echada desde el fiasco de las elecciones europeas del pasado año, cuando los socialistas obtuvieron en la Comunidad de Madrid un escuálido 18,9% de los votos, incluso cuatro puntos menos que los obtenidos por el PSOE (23%), el peor resultado en la historia del partido, cuyo entonces líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció su renuncia al día siguiente.

Rubalcaba cedió las riendas del partido a Sánchez en el congreso extraordinario celebrado a finales de julio de 2014. Y el nuevo secretario general del PSOE, que dejó en la cuneta a los otros dos aspirantes –Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias–, comenzó a diseñar de inmediato la Operación Gabilondo: un golpe palaciego, ejecutado en unas pocas horas, para destituir a Gómez y poner en su lugar a Ángel Gabilondo, último ministro de Educación de José Luis Rodríguez Zapatero y una figura muy respetada en el PSOE, pese ano tener carnet socialista.

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A finales del pasado verano, Sánchez trasladó personalmente sus planes a Gabilondo, que aceptó de inmediato pero puso sus condiciones, según han revelado a El Confidencial fuentes cercanas a la Ejecutiva socialista. El catedrático de Filosofía y exrector de la Universidad Autónoma de Madrid exigió, para ser el candidato autonómico del PSM en 2015, que se le entregase un partido pacificado y, sobre todo, no tener que enfrentarse a otros aspirantes en unas elecciones primarias. En otras palabras: Gabilondo dijo sí pero le puso deberes a Sánchez y su equipo.

Los contactos entre el exministro de Educación y el líder del PSOE han continuado desde entonces. En esos encuentros, según las fuentes consultadas, Sánchez hizo ver a Gabilondo que, una vez defenestrado, Gómez no iba a poner las cosas fáciles, como así ha ocurrido. De momento, el exalcalde de Parla presentó ayer mismo un recurso contra su destitución ante el Comité de Garantías del PSOE, y ha amenazado con abrir una batalla judicial en los tribunales para frenar los planes de Sánchez. Sin embargo, las mismas fuentes creen que el desafío de Gómez se irá "desinflando" a lo largo de los próximos días.

La segunda condición será, aparentemente, más fácil de cumplir para Sánchez: con toda seguridad, no habrá primarias. En su lugar, la Comisión Gestora designada por Ferraz y encabezada por Rafael Simancas se empleará a fondo en las próximas semanas para recorrer todas las agrupaciones y distritos socialistas de la región con el fin de convencer a los cuadros dirigentes y a la militancia de la idoneidad de Gabilondo como candidato en las autonómicas de mayo. Para mantener las formas, eso sí, Gabilondo guardará silencio hasta que la gestora eleve su propuesta ala Comisión Federal de Listas.

Las reacciones de los barones territoriales del PSOE han sido, en general, de un tibio apoyo a la decisión de Sánchez y a la forma de ejecutarla. La presidenta andaluza y secretaria general del partido en esa comunidad, Susana Díaz, que la víspera había optado por guardarsilencio con el argumento de que no tenía "información suficiente", le dejó ayer un recado a Gómez, al afirmar que el "secreto" de los socialistas andaluces es la "unidad" y poner "siempre" los intereses de los ciudadanos "por encima" de los del partido. ¿Insinuaba que el secretario general del PSOE no actúa así? Tal vez.