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Sánchez insta una reforma constitucional sin contenido ni calendario para el debate
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el trÁmite PERMITE AL psoe NO CONCRETAR NADA

Sánchez insta una reforma constitucional sin contenido ni calendario para el debate

La iniciativa de reforma constitucional de Sánchez, además de carecer de contenido, tiene un trámite que le permitirá seguir sin dar detalles hasta las elecciones

Foto: Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados. (Efe)
Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados. (Efe)

La iniciativa de reforma constitucional presentada por el PSOE, además de carecer de contenido, tiene un encaje en el calendario legislativo tan corto que sus trabajos, de empezar, no arrancarían hasta mediados de febrero y se suspenderían con las vacaciones de Semana Santa. Así, los socialistas se aseguran no tener que dar más detalles de sus planes hasta las elecciones municipales de mayo.

Cuando Pedro Sánchez llamó a Mariano Rajoy para contarle que iba a registrar en el Congreso su propuesta de crear “una subcomisión en el seno de la Comisión Constitucional para abordar el estudio de la reforma de la Constitución” ya sabía la respuesta negativa del presidente del Gobierno. Se trataba de ganar protagonismo en vísperas del aniversario de la ley de leyes y tampoco arriesgaba nada.

Cuando la mayoría del Grupo Popular rechace la iniciativa podrá mantener su campaña contra “el inmovilismo” de Rajoy ante el desafío independentista en Cataluña y seguir de perfil con su enunciado de reforma constitucional. Y si se constituyera la subcomisión puede empezar por citar a los expertos en febrero y apuntarse después a la tradición parlamentaria de suspender el debate de asuntos institucionales conflictivos en cuanto se aproximan los comicios.

En fuentes del grupo parlamentario socialista reconocen que no pueden ir más allá en su exposición de los tres puntos de generalidades que han presentado en la Cámara porque no hay un acuerdo interno en el PSOE sobre los detalles. Y también porque cualquier concreción serviría a los demás partidos para atacar a Sánchez en periodo preelectoral.

La fórmula de pedir una subcomisión que han elegido les ofrece garantías para poder marear la perdiz. La propuesta tiene que ser calificada por la Mesa del Congreso, que le quedan dos reuniones antes de las vacaciones de Navidad. Luego tiene que pasar a la Comisión Constitucional, órgano que tiene que aprobar la iniciativa para elevarla al pleno. Para la primera votación hay tiempo antes de Navidad si la mayoría (el PP) quisiera y para el pleno el PSOE tendría que esperar a la vuelta de vacaciones.

Los socialistas se han acogido a un trámite basado en una resolución de la presidencia de la Cámara tomada en los tiempos de Federico Trillo que les ahorra hasta el debate. Podrían seguir con sus generalidades hasta febrero; después proponen llamar a expertos, pero sin decirles qué quieren hacer con la Constitución.

Con ese calendario, la Cámara se plantaría en primavera sin entrar en materia. En ese punto se frenarían los posibles trabajos porque en Semana Santa llegan las vacaciones y después la precampaña electoral para los comicios municipales y autonómicos de mayo.

El Gobierno no sólo rechaza la propuesta del PSOE por falta de contenido, es que no se lo toma en serio por considerar que es una operación de imagen de Pedro Sánchez ante el electorado que se puede sentir atraído por Podemos.

El texto registrado por el grupo socialista en el Congreso contiene más elogios a la Constitución que indicaciones de reforma. Las generalidades consisten en proponer “el máximo reconocimiento y nivel de protección a derechos de contenido social”, convertir “en derecho ciudadano el derecho a pensiones suficientes” o “mejorar la representatividad de las Cámaras legislativas”.

El punto sobre el “modelo de Estado con una perspectiva federal” tampoco pasa del enunciado. El PSOE habla de delimitar competencias, incluir “principios del sistema de financiación”, redefinir el Senado o de reconocer las singularidades de “algunas comunidades autónomas”.

Lo más concreto del texto es la idea de que el PP sólo tenga tres miembros en una subcomisión con diez plazas. Otras dos serían para el PSOE y una para cada grupo minoritario: CiU, PNV, UPyD, IU y Mixto. De hacer caso a los socialistas, en las reuniones habría más diputados partidarios de liquidar el régimen constitucional de 1978 (nacionalistas y extrema izquierda) que del PP. El Grupo Popular estudia ahora si frena la iniciativa antes de Navidad o en febrero.

La iniciativa de reforma constitucional presentada por el PSOE, además de carecer de contenido, tiene un encaje en el calendario legislativo tan corto que sus trabajos, de empezar, no arrancarían hasta mediados de febrero y se suspenderían con las vacaciones de Semana Santa. Así, los socialistas se aseguran no tener que dar más detalles de sus planes hasta las elecciones municipales de mayo.

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