Botella se da unos días para repensar el futuro de la Caja Mágica y La Peineta

El Ayuntamiento de Madrid se ha dado unos días de plazo para repensar el futuro de buena de las instalaciones olímpicas tras el fracaso de la candidatura del 2020. La propia alcaldesa, Ana Botella, muy debilitada políticamente tras la votación del COI, será la encargada de exponer, en breve, el futuro que aguarda, entre otras cosas, al estadio de La Peineta, al que proyecta trasladarse el Atlético de Madrid, o de instalaciones como la Caja Mágica, hoy infrautilizada, o el centro acuático, aún en construcción.

El delegado de Seguridad y portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Enrique Núñez, aseguró ayer que el proyecto pasa por intensificar “mucho más” la actividad de las instalaciones deportivas ya construidas e incluidas en el proyecto, tal y como se planteaba en la propia candidatura de Madrid. Desde el equipo de Botella no se quiere apuntar más allá ni ofrecer más concreción sobre un asunto que, en todo caso, será presentado por la propia regidora.

“En unos días anunciará el futuro y las acciones de determinadas instalaciones que vienen prestando ya un uso más o menos intensivo”, explicó Núñez en declaraciones a la Cadena Ser. “Lo que hay que hacer es intensificarlo mucho más desde el punto de vista de prestar un servicio de atención a los ciudadanos”, concluyó.

La Caja Mágica, sin un uso estable desde que fue inaugura en 2009, tenía previsto acoger las pruebas de tenis o balonmano. Con un coste final que alcanzó los 294 millones de euros, más del doble de lo previsto, su futuro podría pasar porque su gestión acabe en manos privadas o incluso que se venda, extremo todavía más difícil dado que parece difícil encontrar a un comprador interesado en invertir alrededor de 300 millones de euros.

Madridec, la empresa que lo gestionaba, fue disuelta por Botella después de que se quedará en quiebra técnica. El último uso que ha tenido ha sido el de ser la sede del equipo HRT de fórmula 1, que pagaba un alquiler anual de 800.000 euros hasta que fue expulsado de las instalaciones por impago.

Muy incierto se presenta también el futuro del Centro Acuático, situado en el barrio de San Blas, y que requiere de una inversión de 48 millones de euros para que deje de ser solo un esqueleto de hormigón en mitad de la nada. Tras el parón que sufrió después de que Madrid perdiera en la candidatura para los Juegos de 2016 no parece que la obra vaya a finalizar a corto plazo.

Está por ver cómo afecta también el revés olímpico al futuro del estadio de La Peineta, el emblema de la candidatura de Madrid. El Atlético de Madrid se ha comprometido con el Ayuntamiento a trasladarse a ese estadio que, según lo previsto, debería estar terminado para la segunda mitad de 2015. El proyecto pasa, en buena medida, por las manos de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), que se ha comprometido a derruir el Calderon, soterrar lo parte que queda al descubierto de la M30, terminar La Peineta y, a cambio, construir 1.600 viviendas en el solar en el que antes estaba la antigua fábrica de Mahon. Una operación sobre la que, pese a los compromisos suscritos, existen muchas dudas por la propia situación de la constructora y por el revés del batacazo olímpico.

En cuanto a dónde se va a destinar el dinero que se iba a invertir en las instalaciones del proyecto en el caso de que Madrid obtuviera los Juegos, Núñez señaló que “es lo que hay que ver” porque ese dinero hay que implicarlo en “inversiones reales para ciudadanos”. El coste total de la candidatura olímpica hubiera supuesto una inyección de 1.500 millones de euros sufragadas a partes iguales por el Gobierno, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento.

Los 500 millones que correspondían al Consistorio “era una reserva establecida para estas instalaciones”, explicó el portavoz, quien ha indicado que se destinará “en función de los presupuestos y de la necesidades que tiene esta ciudad como cualquier gran ciudad europea, que tiene muchas”.