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¿Quién debe pagar el desastre del 'Prestige'?
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EL JUICIO, VISTO PARA SENTENCIA

¿Quién debe pagar el desastre del 'Prestige'?

Por fin quedo ya visto para sentencia, esta semana en A Coruña, el interminable juicio por la catástrofe del Prestige, el petrolero que se hundió el

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¿Quién debe pagar el desastre del 'Prestige'?

Por fin quedo ya visto para sentencia, esta semana en A Coruña, el interminable juicio por la catástrofe del Prestige, el petrolero que se hundió el 19 de noviembre de 2002 ante las costas gallegas y que inundó con 63.000 toneladas de fuel la costa cantábrica hasta llegar incluso a Francia. Y, once años después, los únicos posibles condenados pueden ser el capitán del buque, el griego Apostolus Mangouras, el jefe de máquinas, Nikolaos Argyropulos, y el exdirector general de Marina Mercante, José Luis López Sors. Sólo al primero le piden prisión. Concretamente, 12 años, además de 43.200 euros de multa, cinco años de inhabilitación profesional y el pago de 4.442 millones de euros de indemnización por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, daños y desobediencia.

Juan Zamora Terrés, capitán de marina mercante y exinspector de buques, ha seguido atentamente todo el proceso judicial. De hecho, desde aquel desgraciado día de noviembre de 2002. Y, en 2004, sacaba a la luz, como director del Centro de Logística y Servicios Marítimos de la Universidad Politécnica de Barcelona, el primer estudio técnico sobre la tragedia ecológica: Prestige, del accidente a la catástrofe.

Hoy, con el juicio visto para sentencia, Zamora Terrés tiene claro quién fue el responsable de la tragedia: “El Gobierno español es el responsable”, afirma con rotundidad. Era en aquel tiempo presidente José María Aznar, Francisco Álvarez Cascos el ministro de Fomento y Mariano Rajoy portavoz gubernamental (para la posteridad quedó su desafortunada frase reduciendo el vertido a “hillos de plastilina”). “De todos los agentes principales e importantes, de todos los testigos, López Sors ha querido asumir toda la responsabilidad, ha aceptado convertirse en cabeza de turco. ¿Pero quiénes son los verdaderos responsables? Los que tomaron la decisión errónea de alejar el barco de la costa y lanzarlo contra el temporal”, señala.

Especialmente feroz se muestra con Álvarez Cascos, la jerarquía política más protagónica de cuantas han prestado declaración en el proceso. “Se presentó ante el tribunal para hilvanar una sandez tras otra, pura vaciedad que debería habernos ahorrado por una simple cuestión de vergüenza y educación. Dijo el exministro que los funcionarios eran estupendos, el director general un patriota y un ingeniero insuperable y que, en contraposición, el capitán, el naviero, el armador, la clasificadora, el seguro, el consignatario, el club de protección e indemnización, en fin, el entorno entero del buque estaba formado por codiciosos, avaros, gente desalmada, piratas y griegos, mafiosos todos”, relata.

Sin responsabilidad política alguna

Cangas do Morrazo, población marinera situada frente a Vigo cruzando la ría, fue una de las innumerables villas afectadas por la catástrofe. Allí vive Manuel Camaño, exsecretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y hoy portavoz ocasional de la misma. “López Sors ha aceptado asumir el papel de tonto, de torpe. Pero los verdaderos responsables son muchos. De este juicio deberían derivar condenas al Gobierno español, a la naviera, a la aseguradora, al dueño de la flota... Pero es un puzle irresoluble. El juicio se va a cerrar sin depurar responsabilidad política de ningún tipo. Y la tragedia del Prestige volverá a ocurrir. De eso no me cabe la menor duda”, vaticina.

El siguiente interlocutor del periodista es una de los mayores expertos en marítima de España. Accede a dar su opinión, porque ha ocupado los puestos técnicos de mayor jerarquía en la Administración. “No debo dar mi nombre”, se disculpa. “Es demasiado comprometido para mí”. Coincide con Camaño y con Zamora en el sacrificio de López Sors centrifugando toda la responsabilidad. “¿Por qué tomó las decisiones tácticas López Sors? ¿Cómo se puede decir que López Sors tomó las decisiones técnicas si no es un técnico?”, se pregunta. Y añade, un tanto histriónicamente, ya que se le ve absolutamente informado de los pormenores del proceso: “El juicio ha sido una farsa, así que ni lo vi ni lo escuché. ¿Para qué? Me faltan todos los testimonios. No ha pasado por la sala ningún testigo válido”, señala. “Eso de que el Prestige era una basura, que dicen los implicados políticos, y que por eso sucedió el accidente, es mentira. Y lo saben. Si aplicamos el adjetivo basura al Prestige, tendremos que llamar basura al 60% de los barcos que transportan mercancía. La gran negligencia fue alejar el barco para sacarlo de las 120 millas jurisdiccionales españolas. Eso fue una barbaridad. El barco tendría que haber ido a Corcubión (puerto de la ría coruñesa) y no hubiera pasado prácticamente nada”, concluye.

La misma idea sostiene Zamora Terrés: “Si se hubiera llevado, solo estaríamos hablando de un primer derrame de entre 1.000 y 3.000 toneladas. Esas sí han de ser responsabilidad de la naviera. Pero el resto es de los responsables políticos que alejaron el barco. Las posibilidades de salvar al Prestige eran rotundas”, concluye.

Por fin quedo ya visto para sentencia, esta semana en A Coruña, el interminable juicio por la catástrofe del Prestige, el petrolero que se hundió el 19 de noviembre de 2002 ante las costas gallegas y que inundó con 63.000 toneladas de fuel la costa cantábrica hasta llegar incluso a Francia. Y, once años después, los únicos posibles condenados pueden ser el capitán del buque, el griego Apostolus Mangouras, el jefe de máquinas, Nikolaos Argyropulos, y el exdirector general de Marina Mercante, José Luis López Sors. Sólo al primero le piden prisión. Concretamente, 12 años, además de 43.200 euros de multa, cinco años de inhabilitación profesional y el pago de 4.442 millones de euros de indemnización por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, daños y desobediencia.