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El refugio ideal para las grandes fortunas y las multinacionales
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PRESIÓN SOCIAL PARA ACABAR CON ESTAS PRÁCTICAS

El refugio ideal para las grandes fortunas y las multinacionales

Hace un par de semanas, Intermon Oxfam denunció que dos terceras partes del dinero de las grandes fortunas del mundo se esconden en paraísos fiscales ligados

Foto: El refugio ideal para las grandes fortunas y las multinacionales
El refugio ideal para las grandes fortunas y las multinacionales

Hace un par de semanas, Intermon Oxfam denunció que dos terceras partes del dinero de las grandes fortunas del mundo se esconden en paraísos fiscales ligados a la Unión Europea. El deprimido Viejo Continente, referente de lo que se entiende por mundo desarrollado y garante del estado del bienestar, ha permanecido deliberadamente ajeno al doble rasero en materia tributaria que durante décadas han amparado sus fronteras. Sólo ahora que los efectos de la crisis económica afectan de manera crucial a servicios básicos es cuando se ha instado a los líderes europeos a "acordar acciones inmediatas para acabar con la evasión de impuestos" y que este "dinero perdido" sirva para financiar los costes de lo público.

En pleno fragor informativo sobre las revelaciones del Offshore Leaks, esta reconocida organización internacional ha estimado que "al menos 14 billones de euros pertenecientes a grandes fortunas individuales se esconden en paraísos fiscales", lo que "representa una pérdida de más de 120.000 millones de euros en impuestos para los gobiernos de todo el mundo". Estas cantidades ponen de manifiesto que "en un momento donde los ciudadanos, tanto en los países ricos como pobres, están sufriendo debido a medidas de austeridad y a recortes presupuestarios, este dinero escondido podría suponer financiación para los servicios públicos", explicó un representante oficial de Intermon Oxfam.

El debate está servido. "Es escandaloso que nuestros gobiernos permitan que tanto dinero evite pagar impuestos, quedando fuera aquellos individuos que más pueden contribuir a financiar los bienes y servicios públicos". Como detalla Intermon Oxfam en su trabajo, "dos tercios de esta riqueza escondida en paraísos fiscales -más de 9,5 billones de euros- se esconde en paraísos de la propia Unión Europea o bajo su jurisdicción". De hecho, "sólo Reino Unido y sus territorios dependientes acumulan más de la mitad de esa cantidad, convirtiéndolo de lejos en el principal culpable, pero de ninguna manera en el único", ya que también suman a esta causa Suiza, Luxemburgo, Andorra o Malta.

En la presentación de su informe el pasado mes de mayo, el director general de la ONG, José María Vera, afirmó que "los líderes europeos no tienen ninguna excusa para no actuar cuando ven la proporción de dinero que se esconde justo debajo de sus narices. Pueden ser acusados justamente de pura y simple hipocresía". En este sentido, hizo hincapié en la necesidad de que la "Unión Europea tome partido por los ciudadanos, en lugar de beneficiar a unos pocos privilegiados", hasta el punto de señalar que lo verdaderamente en riesgo es "su credibilidad". Por este motivo, colectivos sociales y agentes no gubernamentales reclaman acciones inmediatas para acabar con la evasión de impuestos.

Por si fuera poco, durante los últimos meses se ha conocido cómo las primeras multinacionales del mundo se sirven de estructuras societarias en paraísos fiscales para reducir al máximo el pago de impuestos. Gigantes como Google, Apple y Microsoft se ahorran miles de millones de dólares al año en impuestos gracias a maniobras de ingeniería fiscal que les permiten tributar mínimamente por los beneficios que logran fuera de Estados Unidos, fundamentalmente gracias al amparo que obtienen de jurisdicciones como las de Irlanda o Singapur, a través de las cuales canalizan formalmente su actividad internacional, evitando así tributar en países donde obtienen beneficios millonarios.  

Este contexto es el que ha hecho que la próxima cumbre del G-8 que arranca el lunes en Belfast tenga por uno de sus principales temas la evasión fiscal. Para abundar en la necesidad imperiosa de acabar con estas prácticas, esta misma semana una de las ONG francesas más importante -CCFD-Tierra Solidaria- publicó otro informe en el que hacía referencia a la implantación en paraísos fiscales de los 50 primeros grupos multinacionales europeos por cifra de negocios. Su trabajo concluye que de media un 29% de las filiales extranjeras de este conjunto de grandes compañías, en el que figuran tres corporaciones españolas, Banco Santander, Telefónica y Repsol, tienen su sede en territorios de elusión fiscal.

Además de las normas de transparencia a las que deben someterse las compañías cotizadas, el compromiso para dejar de utilizar las ventajas tributarias de los paraísos fiscales parece un ejercicio de buenas intenciones difícil de cumplir si no hay una obligación tácita que lo impida. Así lo recoge el informe de la ONG francesa, que demuestra cómo aunque la guerra contra los tax havens se remonta a 2009, el número de empresas domiciliadas en esos exóticos lugares ha aumentado un 16% desde esa fecha, siendo enclaves como Holanda, Delaware, Luxemburgo, Irlanda y las Islas Caimán los destinos preferidos por esta elite de empresas europeas. Todavía hay demasiados resquicios legales.

Hace un par de semanas, Intermon Oxfam denunció que dos terceras partes del dinero de las grandes fortunas del mundo se esconden en paraísos fiscales ligados a la Unión Europea. El deprimido Viejo Continente, referente de lo que se entiende por mundo desarrollado y garante del estado del bienestar, ha permanecido deliberadamente ajeno al doble rasero en materia tributaria que durante décadas han amparado sus fronteras. Sólo ahora que los efectos de la crisis económica afectan de manera crucial a servicios básicos es cuando se ha instado a los líderes europeos a "acordar acciones inmediatas para acabar con la evasión de impuestos" y que este "dinero perdido" sirva para financiar los costes de lo público.