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Las leyes catalanas no amparan la inmersión lingüística en las escuelas del Gobierno de Mas
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VERDADES Y MENTIRAS DE UN DEBATE QUE AFECTA A 1.300.000 NIÑOS

Las leyes catalanas no amparan la inmersión lingüística en las escuelas del Gobierno de Mas

El auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a impartir enseñanza bilingüe a toda una clase si un alumno la pide ha

Foto: Las leyes catalanas no amparan la inmersión lingüística en las escuelas del Gobierno de Mas
Las leyes catalanas no amparan la inmersión lingüística en las escuelas del Gobierno de Mas

El auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a impartir enseñanza bilingüe a toda una clase si un alumno la pide ha levantado en esta comunidad la mayor polvareda política de los últimos años. Tanto que el Gobierno catalán está dispuesto a no cumplirla sentencia por  cuestiones ideológicas o políticas. Un hecho gravísimo que pone en tela de juicio todo el sistema y que afecta a 1.300.000 niños que están escolarizados en la comunidad. Y eso porque, de hecho, lo que cuestionael auto es el modelo lingüístico catalán, alabado y defendido con uñas y dientes por los nacionalistas y denostado por los no nacionalistas. La razón de fondo es sencilla: la lengua (o sea, el idioma) es la principal herramienta para reivindicar un Estado propio para Cataluña.

De ahí que los nacionalistas preserven la lengua como uno de sus principales argumentos a la hora de reclamar determinados privilegios. En nombre del “país”o de la “nación”, se han aprobado durante las últimas décadas leyes y normas sobre el catalán tan proteccionistas que rayan la inconstitucionalidad y que han ido siendo anuladas por los tribunales paulatinamente.

Algunas instituciones (ayuntamientos y diputaciones),por ejemplo, obligaban a atender al público en catalán, pero diversas sentencias derogaron esa norma y determinaron que también pueden atender el público en castellano y que el catalán no es exclusivo. El Código de Consumo obliga también a que los comercios estén rotulados, al menos, en catalán. De lo contrario, se exponen a sanciones pecuniarias. 

Pero la ley más impactante que afecta a la colectividad es la Ley de Educación. Cataluña tiene dos lenguas oficiales, pero el sistema educativo prevé sólo la inmersión lingüística en catalán. Dicho de otro modo: las clases se dan en catalán y existe una asignatura de castellano,como si fuese lengua extranjera. Los nacionalistas lo tienen claro: la lengua castellana siempre ha estado sobreprotegida.

Explican fuentes nacionalistas a El Confidencial que “la población es bilingüe y los estudiantes no tienen problemas para expresarse en castellano. La mayoría de las comunicaciones se hacen en castellano y la mayoría de los medios de comunicación son en castellano. Pero con el catalán sí que hay problemas. Y, al ser la lengua propia de Cataluña, es preciso que el Gobierno catalán la proteja”. Y, además, las familias que han pedido “ser excluidas del sistema de inmersión lingüística son una cantidad ínfima. No llegan a una quincena ante el millón muy largo de alumnos que no le encuentran ninguna pega al sistema. Pero por unos pocos no han de fastidiarse todos y renunciar a un sistema que ha sido elogiado y puesto como modelo internacional en Europa", dicen. Porque los niños salen de las escuelas catalanas conociendo perfectamente el catalán, pero también el castellano. Y esperemos que dentro de un periodo de tiempo también puedan salir conociendo otro idioma más”.

Según los nacionalistas, el sistema educacional catalán ha sido convalidado por el Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo  y por las instituciones europeas. Pero todo es según el color del cristal con que se mire. Tras las primeras sentencias del Supremo, la consejería de Educación de Cataluña decidió segregar a los pocos alumnos que  reclamaban la enseñanza en castellano, poniéndoles un profesor para ellos solos. De hecho, sin embargo, esa es la primera manipulación: los escasos pleitos interpuestos en los tribunales no exigen una enseñanza en castellano, sino la enseñanza bilingüe, es decir, ponderada entre las dos lenguas de la comunidad: el catalán y el castellano.

Además,consideran que las sucesivas sentencias que ha habido del Supremo en los últimos dos años les han dado la razón, ya que imparten enseñanza en castellano a quien la pide. Pero todo es una cortina de humo.ElConstitucional,en su sentencia 31/2010, obligaba a la Generalitat a reintroducir el castellano como lengua vehicular. Y el Supremo ha abundado en esa línea. Es más: considera que la segregación y la impartición de una enseñanza individualizada no es la solución, sino que las clases han de darse en las dos lenguas del Estado.

Un “ejercicio de escapismo”

Artur Mas dijo que los niños catalanes hablan mejor el castellano que los andaluces. Que lo demuestre

María José García, diputada del PP en el Parlamento autonómico asegura a El Confidencial que “hasta ahora, el Gobierno catalán ha buscado triquiñuelas para no aplicar las sentencias y aprovecharse del sistema judicial. Ha realizado un ejercicio de escapismo permanente. Contrariamente a lo que proclaman los nacionalistas, el Tribunal Constitucional nunca avaló la inmersión lingüística de Cataluña, ya que a la hora de comentar el fallo de ese tribunal sólo dicen que el sistema es válido y está bien pero obvian la frase de que el catalán ha de ser utilizado "sin excluir al castellano", recuerda. Pero, "además, el modelo lingüístico tampoco está amparado por la legislación propia catalana, ya que ni el Estatuto ni la Ley de Normalización Lingüística del 83 ni la Ley de Política Lingüística del 98 prevén un predominio del catalán sobre el castellano, sino que exigen el bilingüismo. Es decir, el sistema que aplican es contrario a la propia legislación de Cataluña”, denuncia.

La diputada popular replica que, igualmente, las instituciones europeas tampoco han avalado la inmersión catalana. “La Carta Europea dice que lal ey protege a las lenguas minoritarias y que en España estas lenguas se protegen más que en otros sitios. Por tanto, los nacionalistas mienten cuando dicen que las instituciones comunitarias les apoyan. O, por lo menos, no dicen toda la verdad”, subraya.

Los fallos de un sistema

Para los no nacionalistas, el modelo de inmersión lingüística "no es de éxito ni es la base de la cohesión social”. Para ello, se basan en que los colegios privados, que no están sometidos a la inmersión de los públicos, obtienen mejores resultados. Lo que tendría que hacer Cataluña, aseguran, es un sistema como el vasco, que permite escoger entre la inmersión en euskera, en castellano o una bilingüe. “Pero la inmersión obligatoria en una sola lengua es contraria a la Constitución, al Estatuto y a todas las leyes en vigor”, subraya García. Lo que pasa, advierte la diputada del PP, es que “en aras de ese proyecto político de que Cataluña es un país diferente, se implantó un sistema que no tiene el aval de la legislación, ni siquiera de la legislación propia catalana”.

“Además, Artur Mas dijo que los niños catalanes hablan mejor el castellano que los andaluces. Que lo demuestre. En primer lugar, no hay posibilidad de hacer comparaciones. Las pruebas PISA, en Cataluña se hacen en catalán, por lo que ese informe no nos sirve. Ahora, el ministro Wert quiere introducir en la Lomce una prueba obligatoria de castellano a todos los alumnos de  España a final de la primaria, a final de ESO y a final de Bachillerato. Además, se permitirá hacer a las comunidades con lengua propia otro examen, también obligatorio,para que lo hagan en su idioma. Si tuviésemos esa prueba,podríamos saber si los alumnos catalanes están a la altura delos de otras comunidades en castellano.Pero de momento no podemos afirmar nada porque no hay ninguna prueba comparatoria”, señala García.

La polémica está servida. Sobre la cabeza de la consejera de Educación de Cataluña, Irene Rigau, pende la amenaza de que pueda ser inhabilitada por desacato a una sentencia judicial. El Gobierno catalán, según ha podido conocer este diario, mantendrá el pulso y la inmersión lingüística. Pese a quien pese, aunque la Justicia acecha.

El auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a impartir enseñanza bilingüe a toda una clase si un alumno la pide ha levantado en esta comunidad la mayor polvareda política de los últimos años. Tanto que el Gobierno catalán está dispuesto a no cumplirla sentencia por  cuestiones ideológicas o políticas. Un hecho gravísimo que pone en tela de juicio todo el sistema y que afecta a 1.300.000 niños que están escolarizados en la comunidad. Y eso porque, de hecho, lo que cuestionael auto es el modelo lingüístico catalán, alabado y defendido con uñas y dientes por los nacionalistas y denostado por los no nacionalistas. La razón de fondo es sencilla: la lengua (o sea, el idioma) es la principal herramienta para reivindicar un Estado propio para Cataluña.