La responsable de las cabalgatas de Gallardón la lía en los Juegos Centroamericanos

Iba a ser un espectáculo lleno de música, baile y color, en el que se rendía homenaje a la naturaleza y a la cultura de Costa Rica. Un espectáculo sin precedentes, según Jorge Arturo Villalobos, el coordinador del proyecto. Pero un incendio empañó el banderazo de salida a los X Juegos Deportivos Centroamericanos, que se celebran en San José hasta el 17 de marzo. Los responsables del evento encargaron el guión y la dirección de la ceremonia inaugural a Delia Piccirilli, uno de los cinco cargos que Alberto Ruiz-Gallardón blindó en el área de las Artes antes de abandonar el Palacio de Cibeles. Según fuentes muy cercanas al área de las Artes, la artista cerró el contrato en enero de 2012, cuando aún era responsable de las fiestas populares de Madrid.

La infructuosa ceremonia de inauguración de los Juegos, que no tuvo que lamentar ninguna víctima gracias a que los bomberos sofocaron rápidamente el fuego, tuvo unos costes de producción de unos 100.000 euros, sin contar el caché de los 1.410 artistas que participaban ni el coste de los directivos, según revelan a El Confidencial fuentes muy cercanas al evento. Según medios de prensa locales, el daño en el estadio, que fue inaugurado hace tres años, ha sido tan “significativo” que incluso podría ser el causante de que se suspenda alguna prueba deportiva. El recinto afectado, cuyos costes de construcción superan los 100 millones de dólares, es el centro donde tradicionalmente se realizan pruebas de atletismo.

Los responsables del macroevento deportivo ficharon a Piccirilli como directora artística por el peso de su currículum: de 2004 a 2012 fue la encargada de organizar la Cabalgata de Reyes en Madrid, la mayor de España, un acto que cada 5 de enero mueve a miles de ciudadanos y cuya puesta en escena supone cortar durante unas horas el centro de la capital. 

305.000 euros por cuatro años más

Alicia Moreno, exdelegada de las Artes en el Ayuntamiento de Madrid en la era Gallardón, renovó el contrato de Piccirilli y otros cuatro compañeros de alta dirección de la empresa municipal Madrid Arte y Cultura (Macsa) el 19 de diciembre de 2011, tres días antes de que Gallardón aceptase ser ministro de Justicia. Con Ana Botella ya como alcaldesa de Madrid, el nuevo equipo de las Artes pilotado por Fernando Villalonga negoció la salida de alguno de estos directivos, como ocurrió con Mario Gas, director del Teatro Español. Piccirilli negoció en enero mantener su puesto seis meses más y pactó su salida en junio: cumplió su palabra y abandonó el consistorio antes de verano, aunque más tarde lo demandó por despido improcedente, porque Alicia Moreno no abandonó Cibeles sin antes prorrogarle el contrato cuatro años más y comprometerse por contrato a pagarle 305.000 euros.

El actual titular de Las Artes reconoció nada más asumir su nuevo puesto que el problema no lo tenían estos directivos, sino quienes autorizaron y firmaron las prórrogas. Según Las Artes, en la firma de alguno de estos contratos no se cumplieron los trámites previstos, ya que Moreno debería haber informado al Consejo de Administración de la empresa y a la delegación de Hacienda de que los contratos prorrogaban su vigencia, pero no lo hizo.

Macsa, la empresa que gestiona la cultura municipal, presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) el 22 de noviembre para 75 de sus 318 trabajadores. El acuerdo final, tras un mes de negociaciones y huelgas, se cerró con 39 traslados y cinco bajas voluntarias. Villalonga reconoció que el Ayuntamiento se ha visto obligado a iniciarlo por la delicada situación que atraviesan las arcas municipales.