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El 25-S se estrella contra la Policía en su intento de rodear el Congreso
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El 25-S se estrella contra la Policía en su intento de rodear el Congreso

Se esperaba una protesta masiva, pero apenas unos miles de manifestantes se agolparon ayer durante toda la tarde en el ala este de la Cámara Baja, en la

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El 25-S se estrella contra la Policía en su intento de rodear el Congreso

Se esperaba una protesta masiva, pero apenas unos miles de manifestantes se agolparon ayer durante toda la tarde en el ala este de la Cámara Baja, en la plaza de Neptuno, en un intento fallido de "rodear el Congreso". Los manifestantes unificaron sobre la marcha la protesta en una sola concentración cuando comprobaron que los presentes no eran suficientes para acordonar todo el Parlamento. Los agentes, perfectamente organizados por grupos de diez, cargaron con contundencia en varias ocasiones contra grupos de manifestantes, uno herido de gravedad con pronóstico, según Emergencias, de “lesión medular”.

Los manifestantes fueron llegando a los alrededores del Congreso pasadas las cinco de la tarde, con el pleno del día ya empezado. Nadie encabezaba la protesta con un eslogan concreto. Cada participante portaba su reivindicación particular y todos buscaban que sus quejas se colasen en el interior de la Cámara Baja. 

La mayoría de los convocados era gente tranquila como Alberto, un licenciado en Comunicación Audiovisual que denunciaba que, a sus 27 años, “nadie me ha ofrecido un contrato de trabajo, siempre he trabajado becado, sin cobrar ni un céntimo, y quiero decir a éstos (los diputados) que basta ya”. A su lado se quejaba María, una jubilada que reprochaba ante un cordón policial formado por decenas de agentes que “el Congreso también es del pueblo, por eso he venido hasta aquí, porque parece que si nos quejamos desde nuestras casas no nos oyen aquellos”, afirmaba, señalando con el dedo hacia un grupo de diputados que observaba desde la puerta lo que acontecía en el exterior.  

Durante toda la tarde la marcha fue tomando forma, y los diputados salían hasta la puerta para tomar el pulso a la protesta que crecía en la calle. A las seis en punto, la hora en la que confluían las dos vertientes iniciales de la protesta, el presidente del Congreso, Jesús Posada, abandonaba un minuto el hemiciclo para comprobar ‘in situ’ el fracaso de la convocatoria.

Algún miembro del 25-S aprovechó los momentos donde se mascaba la tensión para intentar romper el cerco policial y lanzaron varios objetos contra los agentes mientras coreaban “vergüenza me daría ser un policía” o “que salgan, que salgan (los diputados)”. Los agentes, lejos de envalentonarse, se quedaban firmes. "Estad tranquilos, no avancéis", les recomendaba un alto mando policial llamando a sus subordinados a la calma. A mitad de tarde hubo un corte de cables que privó de la retransmisión en directo de muchas televisiones, incluida la de Telemadrid. Conforme la noche caía, la Policía abrió una brecha en la plaza con furgones, creando un pasillo de seguridad donde se desplegaron decenas de agentes equipados para despejar la zona en cualquier momento. La mayoría de los manifestantes protestaban pacíficamente, sentados, con los brazos en alto.

La situación se descontroló de noche, cuando un grupo pequeño arremetió físicamente contra la Policía. Era la primera vez que los pitidos de la calle retumbaban en el patio interior de la Cámara Baja y los diputados estaban a punto de abandonar el pleno. A partir de ahí, los agentes realizaron duras cargas hasta abrir un hueco importante en la plaza para proceder al desalojo, que a medianoche se antojaba complicado por la crispación. Los enfrentamientos incluían cargas y lanzamientos de pelotas de goma, muy cerca de la plaza de Neptuno y del Museo del Prado, por donde se empezó a disolver la manifestación. Una parte de los congregados lanzaban petardos y bengalas, además de múltiples insultos a los policías, que hicieron la primera carga de golpes y detenciones a las siete de la tarde, cuando un pequeño grupo intentó tirar al suelo las vallas que acordonaban la Cámara Baja. Entre las quejas más comunes destacaba “Lo llaman Democracia y no lo es” y “Esto es una Dictadura”.

 

Los diputados abandonaron el Congreso sin problemas

En la carrera de San Jerónimo, la zona norte, y en las calles adyacentes de la protesta, únicamente se arrimaron durante toda la manifestación grupos de curiosos que preguntaban qué sucedía dentro de un fuerte cordón policial que empezó a disolver la concentración pasadas las nueve y media de la noche. La Delegación del Gobierno cifró en unas 6.000 las personas que participaron en la protesta. Los diputados abandonaron el hemiciclo minutos antes de las once de la noche, casi todos a pie. 

Los pocos coches oficiales que salieron abandonaron el Congreso sin problemas por el lateral del Hotel Ritz, en dirección contraria pero por una calle que la Policía había habilitado para ese momento. A medianoche, todavía había helicópteros sobrevolando el centro de Madrid y decenas de furgones policiales custodiaban la Cámara Baja, completamente vacía. El balance de personas que han resultado heridas ha sido de 64, una de ellas de gravedad y 27 policías. En lo que respecta a las detenciones, el número ha aumentado hasta 35 personas. Los manifestantes más encendidos desplazaron las protestas hasta la Puerta del Sol, donde tenían previsto concluir la jornada reivindicativa. “Nos vamos, pero mañana volveremos”, desafió más de un indignado a los agentes que todavía cercaban el Congreso. 

Se esperaba una protesta masiva, pero apenas unos miles de manifestantes se agolparon ayer durante toda la tarde en el ala este de la Cámara Baja, en la plaza de Neptuno, en un intento fallido de "rodear el Congreso". Los manifestantes unificaron sobre la marcha la protesta en una sola concentración cuando comprobaron que los presentes no eran suficientes para acordonar todo el Parlamento. Los agentes, perfectamente organizados por grupos de diez, cargaron con contundencia en varias ocasiones contra grupos de manifestantes, uno herido de gravedad con pronóstico, según Emergencias, de “lesión medular”.